Con un espectáculo
del Cirque du Soleil son inaugurados los Juegos Panamericanos en Toronto.
Con un original espectáculo diseñado por el Cirque
du Soleil que combinó leyendas de las tribus indígenas originarias, su
diversidad cultural y el deporte, Toronto abrió los brazos el viernes a los
Juegos Panamericanos entre la indiferencia de sus habitantes por el evento y la
enorme expectativa de los atletas para medir fuerzas en la escala previa a la
olimpíada de Río 2016.
La ceremonia, de dos horas y media de duración, tuvo
lugar en un escenario poco habitual, el estadio cubierto Rogers Center, casa
del equipo de béisbol Azulejos de Toronto, que mostró algunos claros de butacas
en su capacidad para 45.000 espectadores.
"Lo que verán es que el corazón canadiense en
grande, se hincha de orgullo por el país que amamos....somos una sociedad
acogedora como nunca han visto", dijo Saad Rafi, director ejecutivo del
comité organizador. "El deporte tiene el poder de cambiar actitudes que de
otras formas no fue posible...Los juegos les han dado razones para creer",
apuntó.
Hasta ahora, la mayoría de los habitantes de
Toronto le han dado la espalda a los juegos, contrariados por los más de 2.000
millones de dólares invertidos, los problemas de tránsito que ocasionan y la
ausencia de grandes figuras. Los organizadores, no obstante, confían en
revertir esta indiferencia con el inicio de las competencias y las medallas de
los atletas locales.
El recién retirado basquetbolista de la NBA Steve
Nash tuvo el honor del encender el llamado "pebetero democrático" de
los juegos, en alusión a que su diseño estuvo a cargo de representantes de 30
comunidades de la región de Ontario. Con forma de piña de pino, el pebetero
contiene 66 paneles grabados con símbolos que identifican a las distintas
colectividades que habitan la zona.
La compañía circense con base en Montreal, que por
primera vez tuvo a su cargo la inauguración de un evento deportivo, ideó un
espectáculo basado en relato sobre la perseverancia de los atletas ante la
adversidad para alcanzar una meta, y en paralelo Canadá como nación, por su
geografía accidentada y pasado.
Unos 600 artistas de 25 nacionalidades, con
vestuario diseñado por la mexicana Renata Morales, actuaron en un escenario con
forma de tortuga, rodeado por otros cuatro más pequeños que representaron las
cuatro direcciones, concepto que alude al equilibrio de la vida para los
pueblos indígenas.
El show comenzó con un "Despertar de la
Tierra", en el que una veintena de artistas con vestimenta auténtica de
tribus indígenas dieron la bienvenida con tambores a un águila, una figura
sagrada que puede predecir el futuro y sobrevoló alrededor del estadio.
El canadiense DJ Shub animó luego con ritmos de hip
hop y dance hall un carnaval multicultural de las variadas colectividades que
conviven en esta ciudad, con 183 bailarines de Brasil, Colombia y otras
nacionalidades.
La multitud rugió cuando la leyenda del atletismo
canadiense, Donovan Bailey, campeón olímpico en 1996, que se lanzó en
paracaídas desde la CN Tower, símbolo de la ciudad y una de las más altas del
continente. Con la antorcha en su poder, Bailey descendió sobre el escenario y
le entregó la llama a Faith Zacharias, clavadista de 15 años, para simbolizar
el relevo generacional.
Tras la interpretación de una versión improvisada
del himno nacional de Canadá en francés e inglés, idiomas oficiales de Canadá,
con la Orquesta Sinfónica de Toronto, comenzó el desfile de las 41 naciones que
participarán en los juegos, cada una acompañada por su ritmo típico. Primero
fue Argentina, a ritmo de tango, con el ciclista Walter Pérez como abanderado.
Le siguió Brasil, con samba de fondo y portando su
bandera el nadador Thiago Pereira, quien aspira a convertirse en el máximo
ganador de medallas en la historia de su país, mientras el gimnasta Luis Rivera
lució sonriente con el estandarte de Puerto Rico pese a que un desgarro en el
bíceps del brazo izquierdo lo dejó fuera de competencia.
"Mucha emoción, esto es lo que yo he estado
esperando por años desde que comenzó mi carrera en la gimnasia", expresó
Rivera.
Con "Cielito lindo", la delegación de
México, liderada por la raquetbolista Paola Longoria, emocionó a cientos de sus
compatriotas en las gradas del estadio.
La navegadora Dolores Moreira fue la abanderada de
Uruguay ya que la atleta Débora Rodríguez, elegida en un principio, no llegó a
tiempo a Toronto por problemas con el vuelo.
Canadá, que organiza los juegos por tercera vez en
su historia, cerró el desfile con Marc Oldershaw (canotaje) al frente de 720
atletas, la delegación más numerosa.
Ya con los atletas en el centro de la escena, cinco
guardianes, símbolo del pentatlón, protagonizaron el momento de mejor calidad
de artística de la ceremonia, por diseño, coreografía y juego de luces que
estuvieron a la altura de los mejores espectáculos del Cirque du Soleil.
"Estos juegos ya son una linda realidad",
dijo el uruguayo Julio Maglione, presidente de la Organización Deportivas
Panamericana (ODEPA) en su mensaje en el acto, en el que estuvo presente el
presidente del COI, Thomas Bach.
Los anfitriones rindieron homenaje al mexicano
Mario Vázquez Raña, quien durante más de tres décadas presidió la ODEPA hasta
su fallecimiento en febrero.
Más de 6.000 atletas comenzarán a competir desde el
sábado en 36 disciplinas.
Fuente: AP