
En
la inauguración de un estadio, el presidente boliviano tuvo una pésima
demostración como jugador de fútbol.
Al presidente de Bolivia, Evo Morales,
le encanta el fútbol. Es sabido que es una de sus pasiones y, cuando puede, se
suma a algún partido.
Pero su amor por el deporte no significa que sea un
buen deportista. Morales demostró que no es muy ducho con la pelota el domingo
pasado en la inauguración del moderno estadio de fútbol en Villa Ingenio, El Alto, con capacidad
de 25.000 espectadores.
El mandatario dio el puntapié inaugural con tan
mala puntería que le pegó un pelotazo a un militar y en el rebote "la
ligó" otro.
Evo ya había estado implicado en situaciones
"raras" para un político en una cancha de fútbol. En el 2010 recibió
y repartió patadas en un partido amistoso en el que terminó lesionado en la
pierna derecha.
El choque era contra el equipo de la Alcaldía de La Paz, en aquel entonces
en poder del partido opositor Movimiento
Sin Miedo (MSM). Morales recibió una dura falta y reaccionó con un
rodillazo a su oponente, según se aprecia en un video que tomó repercusión.