
Hay parejas que emprenden
un largo camino para lograr ser padres. Dentro de este contexto, surgen
interrogantes que tienen como denominador común el concepto de salud reproductiva.
La
atención del cuerpo y la importancia de tener una buena salud reproductiva, es
clave al momento de pensar en un embarazo. La búsqueda de un hijo no sólo
comienza con una conversación entre la pareja, sino también existen pasos
previos para prepararse y lograr tener el tan ansiado bebé.
“Se
considera a una pareja sana, dentro de éstos términos, cuando tiene un estado
general de bienestar físico y mental. Esto implica que tienen la capacidad de
disfrutar de una vida sexual satisfactoria, sin riesgos, y con libertad para
decidir procrear o no. Tomando esto en cuenta, las parejas se pueden preparar
en la búsqueda de su embarazo y enfrentarlo en mejores condiciones”, comenta el
Doctor Hugo Leiva, Ginecólogo Especialista en Fertilidad de Clínica de la Mujer
de Viña del Mar.
La
mujer debe controlarse con su ginecólogo al menos una vez al año, y realizarse
un examen completo. “Es necesario no tener enfermedades crónicas que alteren la
fertilidad, haber tenido la primera regla entre los 11 y 15 años y tener ciclos
menstruales regulares”, explica el experto de Clínica de la Mujer.
En
la etapa previa al embarazo, es conveniente tener una vida saludable y una muy
buena alimentación. “El consumo de vitaminas y minerales, es esencial. La mujer
se debe enfocar en ingerir hierro, ácido fólico, calcio y zinc. Además, es
recomendable realizar deporte. Por otra parte, no es aconsejable el consumo excesivo
de alcohol, tabaco, y por ningún motivo, drogas de uso recreacional.
Además, la relación de pareja juega un rol
fundamental en este proceso. Ésta debe ser enriquecida día a día para enfrentar
el proceso de manera sólida”, comenta el Dr. Leiva de Clínica de la Mujer.
Antecedentes
previos o genéticos
Si
alguno de los dos tiene alguna historia médica compleja, o sabe de algún
familiar que tuvo problemas para concebir, debe ser evaluado por un médico. “Se
identifica un problema de infertilidad cuando la pareja ha pasado más de un año
de vida sexual activa, sin embarazo. En caso de que la mujer tenga 35 o más
años, solo se esperan seis meses”, explica el especialista de www.clinicamujer.cl.
“Si
sucede lo anterior, es necesario buscar ayuda de un especialista de Medicina
Reproductiva. En esos casos se realiza un estudio primario, que es en parte la
misma evaluación que se debería realizar una mujer en su chequeo anual, y se le
solicitan otros exámenes más específicos para buscar signos y causas de
Infertilidad”, comenta el Doctor Leiva.
Cuando
el problema se relaciona al hombre
Con
respecto a los hombres, se deben estudiar los espermios. Se evalúa su
concentración, motilidad, forma, vitalidad y separación espermática. También es importante realizar un estudio
genético con el test de fragmentación del DNA espermático y un perfil bioquímico completo.
Una
vez terminada esta etapa diagnóstica de ambos miembros de la pareja, se define
el tratamiento más adecuado para cada pareja.
En
resumen, si bien la mayoría de los casos de infertilidad llegan a buen puerto, es necesario previo a un embarazo, conocer el
cuerpo y cuidarlo para así embarcarse en este hermoso camino con el conocimiento
adecuado.