domingo, 26 de septiembre de 2010

En penumbras se efectúa vísperas de la Oración por Chile


Solo con la luz de la luna y las velas de los feligreses se iluminó la noche de vísperas de la “Oración por Chile”, donde el Obispo de la Diócesis de Iquique, Monseñor Marco Órdenes, dio un mensaje de esperanza y de fe, basándose en las penumbras en las que se encontraba la explanada del templo y el pueblo de La Tirana en general.

La eucaristía comenzó a las 22.35 horas, con las palabras de Monseñor, expresando: “una vez leí un texto del año 1900, en donde el párroco de Pica le decía al Obispo de ese entonces: ‘tenemos que preparar muchas velas de cebo para celebrar la fiesta, porque son tantos los que vienen, pero muy pocos los iluminados’. Eso me recuerda que nosotros, que ahora estamos sin luz, estamos celebrando como lo hacían antiguamente, cuando no había electricidad y, en parte es mejor, ya que tenemos el corazón más tranquilo y esperando a recibir la palabra”.

A la vez, el Obispo hizo un llamado a la reflexión de lo que es la oscuridad y la fe que se tiene en Dios para salir de ella. “Muchas veces nosotros pasamos por momentos oscuros, por situaciones oscuras, pero esta nos ayuda, ya que tenemos pasos más dubitativos, mucho más pensados. Y allí está el Señor, para darnos la seguridad y nosotros debemos confiar. Así como lo hizo María, quien escuchó la voz de Dios, aunque Él le habló desde la oscuridad y lo hizo, porque el Señor es luz. Con ÉL se alumbra nuestro camino y los pasos son más sólidos, puesto que nos sirve de báculo para que transitemos sin peligro y con seguridad”.

Ofrendas

Como es costumbre en esta celebración, se le pidió a la Virgen del Carmen que cuidara de Chile, de estas tierras y que ayudara, también, a ser una suerte de luz. “Esta noche pidamos a la Virgen que no se olvide nunca de Chile”, manifestó Monseñor Órdenes.

Transcurridas sus palabras, se dio paso a la entrega de ofrendas, que en esta ocasión tuvieron gran significado, puesto que cada objeto representó parte de nuestra identidad nacional. Es así que, hasta el altar de la Virgen, se pusieron juguetes, un casco, copihues, estandartes escapularios y las réplicas del bastón de Bernardo O’Higgins y del acta constitutiva de la primera junta de gobierno, como también una bandera chilena que vistió a la Carmelita; mientras que los fuegos artificiales se veían en el cielo.

Terminada la celebración, el Obispo bendijo las camisetas de os jóvenes reunidos en el encuentro de líderes y pidió por ellos, como el futuro que tendrá el Santuario.