Gracias a
la tecnología, tratamientos que antes duraban años y requerían constante
supervisión médica, ahora son más breves y sencillos de controlar por el ortodoncista,
haciendo que sean más asequibles.
La Inteligencia Artificial (IA)
está transformando diversos sectores, y la ortodoncia se suma a la tendencia.
Si en las últimas décadas, los tratamientos para corregir la alineación dental
han evolucionado de manera significativa, dejando atrás los brackets metálicos
tradicionales, la tecnología está permitiendo otro salto en su desarrollo.
Según
explica Ignacia Torres, ortodoncista de Wizz -especialista en alineación
dental- explica que “la IA se ha convertido en una herramienta clave para
apoyar a los ortodoncistas en la planificación de tratamientos más precisos,
permitiéndonos llegar a más personas con soluciones personalizadas, accesibles
y de alta calidad”.
En la actualidad, con la llegada e
implementación de la IA en los tratamientos actuales, se ha podido generar una
planificación más precisa y personalizada. Estos sistemas analizan las imágenes de los dientes para
segmentar y determinar una mejor planificación de los movimientos de los dientes,
siempre bajo la supervisión de ortodoncistas especializados en ortodoncia
invisible, quienes son los responsables de validar y ajustar cada etapa del
tratamiento. “Además, los controles virtuales permiten un seguimiento en
tiempo real del progreso del paciente, reduciendo la necesidad de visitas
presenciales y optimizando la experiencia del usuario”, explica Ignacia.
Y agrega que “los alineadores
invisibles son removibles, estéticos y cómodos. Esto facilita la higiene oral y
permite a los pacientes continuar con su estilo de vida sin restricciones
alimenticias. Además, al ser prácticamente invisibles, ofrecen una solución
discreta para quienes buscan mejorar su sonrisa sin comprometer su apariencia
durante el tratamiento”.
Cómo
funciona la IA en la ortodoncia
Los
alineadores invisibles actuales, como los desarrollados por la scale up chilena
Wizz, están diseñados para corregir los siguientes casos:
Apiñamiento
dental (poco espacio que resulta en dientes superpuestos unos sobre
otros).
Giroversión
(dientes girados sobre sí mismos).
Diastemas
(separación visible entre los dientes).
El
proceso comienza con una cita gratuita de escaneo 3D, donde se capturan
imágenes detalladas de los dientes del paciente. Estas imágenes son evaluadas
por un equipo de ortodoncistas con el apoyo de su software de IA, determinando
la viabilidad del tratamiento y su duración, manteniendo el criterio clínico
del especialista en el centro de cada decisión. “Generalmente, los tratamientos
tienen una duración de entre 4 y 8 meses, dependiendo de la complejidad del
caso”, explican desde Wizz.
Es así como a nivel mundial, la
preferencia por los alineadores transparentes ha experimentado un crecimiento
sostenido. Se estima que, en 2024, aproximadamente el 70% de todos los
tratamientos de ortodoncia iniciados incluyeron alineadores transparentes, un
aumento significativo desde el 59% estimado en 2020. Estas cifras (publicadas
en AlignerCo, titulado "The
Essential Guide to Teeth Straightening Statistics in 2025") proyectan
que, para el 2025, los alineadores transparentes dominarán aún más el mercado
debido a factores como comodidad y conveniencia.
Respecto
a Chile, un estudio reciente reveló que el 5,3% de los jóvenes adultos planean
someterse a un tratamiento de ortodoncia en el próximo año, y de estos, el
14,7% está interesado exclusivamente en alineadores transparentes, según el estudio
"Percepción de la población chilena sobre la ortodoncia invisible",
publicado en la revista BMC Oral Health en 2024.
Diferencias
con la ortodoncia tradicional
Los tratamientos de ortodoncia
tienen una larga historia, comenzando su desarrollo moderno en el en la segunda
mitad del siglo XX. En la década de 1970, los brackets metálicos se
popularizaron con la introducción de adhesivos dentales, lo que permitió
fijarlos directamente en los dientes sin necesidad de bandas metálicas
alrededor de cada pieza dental. Sin embargo, los tratamientos seguían siendo
incómodos y con una duración de tres a cinco años.
Durante los años 90, la ortodoncia
seguía basándose en el uso de brackets metálicos que requerían ajustes
constantes y largos periodos de tratamiento, lo que implicaba molestias y
limitaciones en la alimentación, además de altos costos monetarios.
A partir de los años 2000, la
ortodoncia comenzó a evolucionar con la aparición de los primeros alineadores
transparentes en Estados Unidos. Empresas en Europa y Norteamérica
desarrollaron tecnologías avanzadas para digitalizar el proceso, mejorando la
precisión y reduciendo los tiempos de tratamiento.
Sobre Wizz
En este contexto global de avance,
Wizz nace en el 2017 como una propuesta innovadora desde Chile para
democratizar el acceso a esta tecnología en Latinoamérica, con el desarrollo de
herramientas digitales propias entrenadas con IA para generar una planificación
más precisa y personalizada, de forma estética en tiempo récord, sin brackets,
sin costos por control, registros de avances y seguimiento de manera remota y
con flexibilidades de pago.
La empresa cuenta con clínicas en
diversas ciudades (Santiago, Temuco,
Antofagasta, La Serena, Viña del Mar, Concepción y Rancagua) donde los
pacientes pueden acceder a evaluaciones y tratamientos personalizados. “La
evolución de la ortodoncia, desde los brackets metálicos hasta los alineadores
invisibles diseñados por ortodoncistas gracias a herramientas entrenadas con
IA, marca una diferencia significativa con los métodos tradicionales y
posiciona a empresas innovadoras a la vanguardia del sector dental en Chile y
el mundo. Así, la ciencia,
tecnología y cercanía se unen para que más personas puedan recuperar la magia
de sonreír”, finaliza Torres.