La crisis emocional y la
violencia laboral son una realidad para más del 35% de los trabajadores en el
país, con un impacto mayor en las mujeres.
En tiempos de
incertidumbre, el liderazgo debe evolucionar: más que dirigir, es necesario
acompañar y conectar con los colaboradores, señala experto.
No
cabe duda de que el mundo atraviesa momentos difíciles. La incertidumbre
global, alimentada por la creciente inestabilidad geopolítica y la guerra
comercial recientemente desatada por Donald Trump, ha disparado nuevamente las
alarmas en los mercados internacionales. Aunque el ministro de Hacienda, Mario
Marcel, ha señalado que Chile mantendrá su competitividad a pesar de los
aranceles del 10% impuestos por Estados Unidos a nuestros productos -con
excepción del cobre y la madera- ha reconocido que la economía mundial atraviesa
un verdadero estado de shock. Esta situación deja en suspenso la esperada
recuperación económica que el secretario de Estado había anticipado para
nuestro país en 2025.
Liderar
en un contexto de incertidumbre sostenida en un nuevo escenario de alta complejidad,
es el mayor reto que enfrentan hoy las organizaciones, ya que no sólo deberán
hacerse cargo de las proyecciones económicas, sino también del clima emocional
de sus equipos.
“Aún no sabemos cómo
impactará en los números finales esta nueva realidad mundial, pero hay un
escenario menos visible del que tenemos que ocuparnos y que veníamos
arrastrando desde hace algunos años: la creciente inquietud de trabajadores que
sienten cómo su mundo laboral se vuelve cada vez más inestable. Hoy, liderar va
mucho más allá de la gestión de resultados: se trata de sostener equipos en
medio de la incertidumbre, de comprender el impacto emocional de los cambios y
de promover entornos adaptativos que respondan con agilidad a los nuevos
tiempos. El liderazgo efectivo, en este nuevo escenario, requiere una mirada
situacional, emocionalmente inteligente y profundamente humana.”, señala
Alfredo Pérez, psicólogo organizacional y coach, director ejecutivo Método Consultores.
Estos
cambios impactan a nuestro país en medio de distintas transformaciones como la
puesta en marcha de Ley Karin, un cambio generacional profundo en el mundo del
trabajo y el aumento de las problemáticas de salud mental y el mayor nivel de
estrés de la región.
La Incertidumbre como
Emoción Predominante
Según
el reciente informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, la incertidumbre ha
tomado la delantera como la emoción predominante en los chilenos. También ha
aumentado el miedo y la preocupación, y la esperanza -una emoción clave para el
bienestar laboral-ha disminuido, cayendo del 17% al 10%. La confianza
interpersonal ha tenido una caída histórica alcanzando apenas 15%. Estos bajos
niveles son alarmantes y reflejan el impacto profundo que la incertidumbre está
teniendo en las dinámicas laborales.
Riesgos psicosociales en
alza
Los
riesgos psicosociales son condiciones inherentes al trabajo que están
relacionadas al tipo de organización, contenido del trabajo y ejecución de la
tarea, así como también de las relaciones personales entre quienes trabajan en
un lugar. Estos tienen la capacidad de afectar positiva o negativamente a las
personas en el trabajo, se pueden medir en Chile desde 2013, a través del
cuestionario de evaluación de ambiente laboral de salud mental CEAL-SM/SUSESO,
que permite identificar los riesgos presentes y así, generar medidas de
prevención.
Los
últimos resultados arrojan cifras alarmantes: un 23,4% de los centros de
trabajo en Chile se encuentra en estado de riesgo no óptimo, es decir, niveles
medio y alto de riesgo psicosocial que se asocian con un mayor riesgo de mala
salud mental. Las dimensiones más críticas son: Vulnerabilidad (89,4%): donde
los trabajadores sienten temor a exigir derechos o hablar abiertamente en el
entorno laboral, carga de trabajo (87,5%): Las personas sienten sobreexigencia
sostenida en múltiples sectores y exigencias emocionales (80,7%): Los
colaboradores sienten desgaste por exposición constante a demandas afectivas
intensas.
En conjunto, un 75% de
las organizaciones presenta condiciones no óptimas en salud mental. Además, un
35,7% de los trabajadores reportó haber vivido violencia o acoso en los últimos
12 meses.
“Hay
que mirar bien estos datos, porque reflejan cómo llega la gente a trabajar con
la sensación de vulnerabilidad y exigencia emocional altísima, con una
percepción de carga de trabajo intensa. Es por ésta razón que hoy las
organizaciones necesitan tener trabajadores con nuevas competencias, más
adaptativas, con herramientas para poder manejar esta carga emocional, y
manejar el estrés. Se requieren habilidades distintas, que en general no están
siendo entrenadas. Las cifras también nos muestran que las mujeres presentan
mayores riesgos psicosociales y peor salud mental, por lo que urgen políticas organizacionales
con enfoque de género”, agrega el psicólogo organizacional Alfredo Pérez.
En éste contexto de Incertidumbre
y menor Bienestar: ¿Qué Hacer?
Frente
a este panorama, las organizaciones deben tomar medidas urgentes para mitigar
los efectos de la incertidumbre y en la salud mental de sus colaboradores. Las
estrategias incluyen promover la autogestión emocional, la flexibilidad y
adaptabilidad, generar conversaciones propositivas, liderazgos que promuevan la
cercanía, fomentar la creación de un ambiente laboral basado en la confianza,
en la escucha de distintas perspectivas como parte del trabajo colaborativo.
Además, tomar decisiones basados en una visión más amplia, identificando
patrones para capturar en forma rápida nuevas oportunidades de innovación y de
negocio. Finalmente, el bienestar no solo debe ser una preocupación individual,
sino un desafío adaptativo colectivo que involucre a todos los niveles de la
organización.
Frente
a la incertidumbre y los constantes cambios, es crucial reconocer la realidad,
poner el problema sobre la mesa y escuchar cómo nos afecta, según el sector,
rubro y nivel organizacional. Estamos en un momento histórico de alta
complejidad. “Hay que abrir espacios de conversación genuina, tanto entre
líderes como en los equipos de trabajo. Para impulsar equipos competitivos
debemos generar ambientes y dinámicas de trabajo que permitan identificar
oportunidades en forma ágil, elaborar estrategias propositivas con apertura a
la crítica y a distintos escenarios para hacerlas más robustas, en un marco de
trabajo respetuoso por la diversidad de perspectivas. Se requiere transformar
la ansiedad en oportunidades de crecimiento y adaptación. Resulta fundamental
que las organizaciones no solo revisen sus estrategias, sino también la
capacidad de sus líderes para acompañar procesos de gestión de la complejidad y
cambio. De eso dependerá la sostenibilidad del desempeño organizacional”,
finaliza Alfredo Pérez.