martes, 12 de septiembre de 2017

Cardenal Ricardo Ezzati bendice al mundo circense

Este martes los circos de la capital salieron a las calles del centro de Santiago con bailes, shows y acrobacias para celebrar junto a la Iglesia católica la temporada 2017.

La actividad comenzó con un encuentro en paseo Ahumada con calle Moneda, donde todos los artistas, acompañados de su Capellán Marcio Toniazzo, caminaron hacia la Catedral Metropolitana, donde fueron recibidos por el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati. “El circo aporta, tiene la tarea de llenar el corazón de la gente de alegría, simpatía, de confianza y realmente lo que ustedes hacen es un aporte que debemos destacar por todo el valor humanizador que tiene. Ustedes pintan el gris de la vida cotidiana. Gracias y bienvenidos”, dijo el obispo.

Agustín Maluenda, “Pastelito”, del circo “Pastelito y Tachuela chico” señaló: “Estamos muy contentos de tener un representante de la Iglesia de manera tan seria y eso habla muy bien. Nos ayuda a que tomemos a Dios de manera seria, porque no todo tiene que ser payasada. Necesitamos momentos espirituales como hijos de Dios para poder sacar adelante nuestra profesión que es muy difícil. Estamos ligados al riesgo, al peligro, a los viajes, a las rutas. Yo creo que sin Dios en el corazón no sería lo mismo. Debemos tener a Dios para que nos cuide y proteja y que guíe a esta familia”.

Por su parte, el padre Marcio Toniazzo, Director del Departamento de Movilidad Humana y capellán circense del Arzobispado de Santiago, manifestó: “Los circenses son muy creyentes en Dios. Nosotros como Iglesia solo acompañamos y de verdad, que la acogida con que te reciben los circos es una bendición. La coherencia de ellos fuera de la pista es la misma coherencia cuando están dentro de ella. Son personas generosas que siempre nombran a Dios y ayudan a muchas personas, cosas que no son dichas en la pista y son hechas de corazón. Como Iglesia es un desafío estar junto a ellos, tal como lo pide nuestro Arzobispo de Santiago, y recibir esa riqueza tan grande de la familia circense tan creyente en Dios. Como sacerdote, agradezco y tengo la experiencia de fe de la acogida que recibo en el circo día a día”.