
Miles de personas
llegaron hoy hasta el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos que se levanta
en la capital chilena con el fin de honrar a las víctimas que cayeron durante
la dictadura que encabezó el general Augusto Pinochet (1973-1990) y de apoyar la
función de ese recinto.
El masivo acto,
denominado #YoProtejoLaMemoria, sirvió también para rechazar las declaraciones
del recién dimitido ministro de las Culturas y el Patrimonio, Mauricio Rojas,
eje de polémica después de reavivarse unas críticas que lanzó hace tres años al
museo, del que dijo entonces que era un montaje que manipulaba la historia.
La iniciativa se
realizó en el contexto de la excarcelación hace dos semanas de siete exagentes
de la dictadura que estaban condenados por crímenes de lesa humanidad, una
decisión de la Corte Suprema que ha sido criticada fuertemente con diversas
marchas y manifestaciones en los últimos días.
De acuerdo con las
cifras proporcionadas por los organizadores, más de 10.000 personas coparon el
recinto, su explanada y sus alrededores.
El senador y
excandidato a la presidencia Alejandro Guillier, que estuvo en la convocatoria,
dijo a los periodistas que "la inmensa mayoría de los chilenos entiende
que el Museo de la Memoria es para honrar a los que cayeron como víctimas de la
acción terrorista del Estado. Esto no es un museo histórico", recalcó.
Por su parte, la
actriz Malucha Pinto consideró que el hecho de que haya llegado tanta gente al
museo "significa que (a los chilenos) los sigue movilizando la memoria y
los derechos humanos".
Al lugar también
llegó el excanciller y actual presidente del Partido por la Democracia (PPD),
Heraldo Muñoz, acompañado de dirigentes y militantes de base.
Lo propio hizo el
presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, Roberto Rivera Vicencio,
quien colocó flores en cada uno de los artículos de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos ubicados en el Museo de la Memoria, y el poeta Raúl
Zurita, premio Nacional de Literatura 2000 y premio Iberoamericano de Poesía
Pablo Neruda 2016.
"Quiero
invitarlos a escribir, a leer y decir esto: Todo mi amor está aquí. Esto para
hacerle frente al odio y al olvido, para decir que este no es un acto de
intolerancia, sino que es un acto de amor, a favor del amor y contra todo
intento de pretender justificar la tortura , el asesinato y la
desaparición", señaló a los presentes la actriz y activista chilena
Javiera Parada.
Daniel Platovsky,
miembro del directorio del museo, declaró a la prensa que "este evento
demuestra que hay mucha gente que entiende lo que es el museo de la memoria y
los derechos humanos. Además, es un espacio que está abierto a todos los
ciudadanos, sin importar su color político", subrayó.
En el acto
participaron artistas o bandas como Villa Cariño, Illapu, Anigta Tijoux, De
Kiruza, Manuel García, Rulo y Los Prisioneros, entre otros.
La polémica en
torno al museo se zanjó este lunes, cuando el presidente de Chile, Sebastián
Piñera, aceptó la renuncia del ministro Rojas, quien había asumido el cargo el
jueves anterior, vinculada a las críticas que lanzó hace tres años.
Tras su
nombramiento, el diario La Tercera replicó el sábado pasado unas palabras de
Rojas en una conversación con el actual ministro de Exteriores, Roberto
Ampuero, que aparecieron en el libro "Diálogo de Conversos", que
ambos publicaron en 2015.
Rojas señaló en
ese libro que el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, inaugurado en 2010
por la entonces presidenta chilena, Michelle Bachelet, y que promueve el
recuerdo de los crímenes cometidos durante la dictadura de Pinochet, es
"un montaje cuyo propósito es impactar al espectador, dejarlo atónito,
impedirle razonar".
"Es una
manipulación de la historia", añadió Rojas, que además en 2016, en una
entrevista con CNN, reafirmó su opinión y aseguró que el museo buscaba "contar
una versión falsa de la historia de Chile (...) es algo para que la gente no
piense, para atontarte".
Durante la
dictadura de Pinochet, según datos oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a
manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos
desaparecidos, mientras otros 33.000 fueron torturados y encarcelados por
causas políticas.
Fuente: EFE