La
presidenta chilena, Michelle Bachelet, realizó un positivo balance al cumplirse
hoy el primer año de su segundo mandato, pese a la crisis desatada por
acusaciones de tráfico de influencias en contra de su hijo, Sebastián Dávalos.
"Gobernar
tiene complejidades, tiene diferencias de opinión, pero también tiene grandes
acuerdos, importantes avances y hay logros colectivos que ya van mostrando sus
frutos", dijo Bachelet durante la inauguración de un jardín infantil en la
localidad de Putaendo, en la región de Valparaíso.
"Ya
están en plena marcha los cambios para que, cuando termine este Gobierno, lo
que busco es que ustedes sientan que su vida ha cambiado para mejor",
agregó.
Bachelet
inició el 11 de marzo del año pasado su segundo período con la promesa de
realizar reformas para fomentar la equidad en un país marcado por profundas
desigualdades sociales.
Varios
de los cambios que ha impulsado, como una gran reforma al sistema de educación
para mejorar su calidad y garantizar su gratuidad en todos sus niveles, ha
logrado avanzar gracias a la mayoría con que cuenta su bloque de
centroizquierda en el Congreso.
Las
modificaciones a la enseñanza serán financiadas con recursos adicionales
aportados por un reforma tributaria, aprobada el año pasado, que eleva los
impuestos a las grandes empresas.
"Es
importante que todos puedan conocer los frutos de estos doce meses en
resultados tangibles que van haciendo carne el discurso contra la
desigualdad", señaló la mandataria.
"Son
muchas las tareas y ustedes también lo saben (...). Pero todos los que viven en
nuestra patria pueden tener la certeza de que estamos empeñados en cumplir
nuestro compromiso sin desviarlo, con confianza en nuestras convicciones y
teniendo como norte las prioridades que la ciudadanía nos ha impuesto",
agregó.
La
conmemoración del primer año del segundo Gobierno de Bachelet se produce en
momentos en que su popularidad ha caído por debajo del 40 por ciento, según las
últimas encuestas, en gran parte afectada por un millonario negocio inmobiliario
en que se encuentra envuelto su hijo, Sebastián Dávalos, y su nuera.
El
caso salió a luz a principios de febrero, cuando Bachelet se encontraba de
vacaciones, y ha dado pie a acusaciones de tráfico de influencias, ya que
Dávalos obtuvo un millonario crédito bancario para comprar unos terrenos tras
reunirse con el presidente de la institución financiera.
Debido
a las críticas el hijo de la mandataria debió renunciar a su cargo como
director sociocultural de la Presidencia y la propia Bachelet anunció el martes
cambios a la Constitución y la creación de un consejo asesor para regular las
relaciones entre los negocios y la política.
Bachelet
reconoció las dificultades que ha enfrentado en el último período pero se
mostró confiada en que su Gobierno y la clase política en general, duramente
cuestionada por escándalos de corrupción, recuperarán la confianza de la
ciudadanía.
"Una
tarea de esta magnitud no puede estar exenta de dificultades y como ustedes
saben yo soy una optimista, una optimista histórica en el sentido de que creo
que las cosas más valiosas son las que más cuestan", sostuvo Bachelet.
Pero
destacó que su administración está tomando medidas para contar con un sistema
democrático "más transparente", precisamente a través de la
regulación de los conflictos de interés, el tráfico de influencias y la
corrupción.
"Los
hechos lamentables que todos hemos conocido han generado una pérdida de
confianza de la ciudadanía que requiere de una voluntad política y también de
acciones precisas que restablezcan la credibilidad en nuestras
instituciones", dijo.
No
obstante, afirmó que, pese a las dificultades, su Gobierno seguirá adelante con
sus proyectos de reformas en pos de una mayor igualdad social.
"El
compromiso es que este nuevo año nos encontrará trabajando para que todos
compartamos los frutos de esta patria", dijo.
Fuente:
EFE