La reciente degradación de las famosas momias
chilenas del Chinchorro, las más antiguas del mundo, podría deberse al cambio
climático, que ha provocado que aumenten los niveles de humedad en la región,
según un estudio divulgado hoy por investigadores de la Universidad de Harvard.
"En los últimos diez años, el proceso se
ha acelerado", afirmó Marcela Sepúlveda, profesora de Arqueología y
Antropología de la Universidad de Tarapacá en Arica (Chile), en unas
declaraciones recogidas por la revista científica "Harvard Gazette".
Este proceso de degradación ha afectado a
cerca de 120 momias que se conservan en el Museo Arqueológico de Tarapacá, un
tesoro antropológico, ya que datan de hace más de 7.000 años, dos mil antes de
que los egipcios comenzasen a momificar a sus grandes faraones.
Para dilucidar las causas de esta
desintegración, los investigadores chilenos consultaron con el equipo de Ralph
Mitchell, catedrático emérito de Biología Aplicada de la Escuela de Ingeniería
y Ciencias Aplicadas de Harvard y expertos en momificaciones.
"Sabíamos que las momias se estaban
degradando pero nadie sabía por qué", explicó Mitchell.
El equipo del doctor estadounidense se centró
en analizar la "microflora", las bacterias, de los cuerpos de las
momias.
Tras los exámenes, descubrió que el causante
de la degradación no era una bacteria procedente de los organismos antiguos,
sino que se trataba de una bacteria ordinaria que habita en la piel de los
seres vivos.
Sepúlveda había apuntado que los niveles de
humedad en Arica, cerca del desierto de Atacama y uno de los lugares más áridos
del planeta, habían aumentado en las últimas décadas como consecuencia del
cambio climático.
La investigación del equipo de Mitchell
constató que la misma bacteria aplicada sobre piel de cerdo bajo las mismas
condiciones en las que se conservan las momias en el museo también sufre un
proceso de degradación similar, algo que validó la hipótesis de los anormales
niveles de humedad como causantes de la desintegración.
"El aire húmedo está permitiendo que la
bacteria crezca, provocando que la piel de las momias se vuelva negra y
gelatinosa", precisó Mitchell.
Tras posteriores análisis, se determinó que
el museo debe mantener la habitación donde se conservan las momias con una
humedad del 40% al 60%, ya que unos mayores niveles pueden avanzar la
degradación, y unos menores dañarían a las momias.
La cultura Chinchorro, que cubría parte de lo
que es hoy el sur de Perú y el norte de Chile, conforma una de las primeras
manifestaciones culturales complejas de la muerte y los antepasados.
Fuente: EFE