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sábado, 23 de enero de 2021

Un terremoto en la Antártida generó temores de tsunami en Chile

 

Según el informe de la Oficina Nacional de Emergencia de Chile, el primer sismo se ubicó a 216 kilómetros al noreste de la Base O'Higgins en la Antártida Chilena y tuvo una profundidad de 10 kilómetros.

Un terremoto de 7,1 grados en la escala Richter fue reportado en proximidades de la chilena Base O'Higgins de la Antártida, lo cual generó temores de tsunami.

Un alerta de maremoto, que fue disparado para alertar exclusivamente a las bases antárticas chilenas, se encendió por una falla en los celulares del resto de la población y provocó temor, sobre todo entre las personas que se encuentran veraneando en la costa central.

Más aún, cuando seis minutos después se produjo un fuerte remezón entre las regiones de Coquimbo, por el norte; y del Maule, por el sur; un tramo de unos 710 kilómetros.

El primer sismo se ubicó a 216 kilómetros al noreste de la Base O'Higgins en la Antártida Chilena, lo que significó una alerta inmediata a todas las zonas costeras.

Tuvo una profundidad de 10 kilómetros.

A través de los celulares llegó una notificación por parte de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), en el que se decretó un "estado de precaución".

En el mensaje se decía que debía abandonarse toda la zona costera.

Sin embargo, el organismo debió disculparse enseguida por el error, indicó la agencia de noticias ANSA.

El segundo temblor alcanzó una magnitud de 5,5 Richter y se localizó a 11 kilómetros al este de Farellones, en la cordillera.

Por el momento, no se reportan daños ni víctimas.

Fuente: Télam

domingo, 27 de diciembre de 2020

Un sismo de 6,7 grados sacude la zona centro y sur de Chile

 

Un fuerte sismo de 6,7 grados de magnitud en la escala abierta Richter sacudió a las 18:39 hora local (21:39 GMT) la zona centro y sur de Chile, informó el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile.

El epicentro del seísmo, sobre el que no se ha informado de víctimas o daños materiales, se situó a 144 kilómetros al oeste del municipio costero de Toltén, en la región de la Araucanía, en la zona centro sur del país.

Según la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), el terremoto, localizado a 26,5 kilómetros de profundidad, se percibió también en las regiones de Biobío, Los Ríos y Los Lagos, todas en la zona centro y sur del país, en las que el seismo registró magnitudes de entre 3 y 6 grados en escala de Mercalli.

En la Región Metropolitana, que alberga la capital, no se reportaron signos del movimiento telúrico.

La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior informó de que se trató de un movimiento de "mediana intensidad" y que no se registraron daños personales, alteración de servicios básicos o infraestructuras a causa del movimiento telúrico.

Guillermo Martínez, alcalde de Toltén -el municipio más afectado-, se mostró "preocupado" por el seísmo, pese a que se descartara un eventual tsunami, y aseguró que por el momento no se han registrado daños en viviendas.

Por su parte, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) indicó que las características del terremoto no reúnen las condiciones necesarias para generar un tsunami en las costas de Chile.

Después de este seísmo, se produjeron otros dos fenómenos de menor intensidad en las costas de Los Ríos y La Araucanía, el primero de 3,7 grados en la escala Richter y con epicentro a 152 kilómetros al oeste de la ciudad de Valdivia.

El otro, de 3,5 grados, tuvo su epicentro a 149 kilómetros al oeste de Toltén, cercano a la zona del primer temblor.

Fuente: EFE

lunes, 24 de agosto de 2020

Preparan libro con historias curiosas sobre el gran terremoto de 1960


Proyecto es financiado por el fondo Conarte y considera datos e información interesante para entender de mejor manera los impactos y marcas del cataclismo ocurrido en Chile hace sesenta años.

¿Qué estaba haciendo el alcalde de Valdivia la tarde del 22 de mayo de 1960?, ¿es verdad que se llegó a pensar que el terremoto fue consecuencia de ensayos nucleares en la Patagonia argentina?, ¿cómo fueron las horas de pánico a bordo del vapor Canelos al momento del tsunami?, ¿Qué rol jugó México en la reconstrucción?

En 1960 ocurrió el terremoto más grande registrado instrumentalmente en la historia de la humanidad. Fue de 9.5° Richter y dejó a Valdivia y a gran parte de la zona sur de Chile en el suelo. En 2020 se cumplieron seis décadas de la catástrofe, y como una forma de contribuir al conocimiento de lo ocurrido, surgió una investigación que aporta con información general y datos curiosos relacionados al evento.

En una primera instancia, la propuesta fue desarrollada como parte de las acciones conmemorativas que impulsó la Fundación Proyecta Memoria. Y ahora, los contenidos estarán en un libro financiado por el fondo Conarte de la Corporación Cultural Municipal de Valdivia.

La publicación se titula “22.05.60 Sesenta historias del terremoto del 60”, de los periodistas e investigadores Daniel Carrillo y Daniel Navarrete, y fue adjudicada en el área de Patrimonio del fondo concursable.

“Sobre el terremoto existe mucha literatura informativa disponible. Se han hecho libros que abordan el tema casi por completo. En su momento hubo revistas que dieron cobertura al desastre e incluso en biografías de célebres personajes valdivianos hay capítulos especiales o menciones aisladas a lo ocurrido. También es bastante abundante lo que se ha publicado desde el punto de vista testimonial, donde los sobrevivientes son los que cuentan sus historias. En medio de este inmenso cúmulo de información, debemos sumar tesis académicas e informes técnicos, que tal vez no son de conocimiento público. Frente a todo ello nos planteamos diversas preguntas y tratamos de seleccionar aquellos datos que nos hablan de un lado B del terremoto”, dice Daniel Navarrete.

Y Daniel Carrillo, agrega: “A pesar de las seis décadas que han transcurrido, nos dimos cuenta que aún hay muchos datos e historias que se mantienen ocultos para un público amplio, tanto a nivel de Valdivia como nacional. Esto nos motivó a indagar en relatos, artículos periodísticos y también publicaciones técnicas en busca de aquellos eslabones que pueden ser muy interesantes para poner en contexto, vincular e interpretar, generando nuevos contenidos que esperamos puedan atraer e inspirar un interés renovado por este cataclismo, un hito que divide en dos la historia y el alma de Valdivia y el sur de Chile”.

Actualmente el libro está en etapa de edición y se espera que pueda ser lanzado antes de fin de año, en una actividad cuya modalidad dependerá de la crisis sanitaria.

Daniel Carrillo y Daniel Navarrete también son autores de “Cifan. Sueños que se vuelven música”, historia de la Orquesta Infantil Juvenil de la Fundación Centro Integral Familia Niño (2009); y de “Memoria del Campamento Musical Marqués de Mancera 2002-2012” (con ediciones en 2012 y 2016).

miércoles, 3 de junio de 2020

Sismo de magnitud 6,9 en Chile no dejó lesionados ni daños estructurales


Un temblor de 6.9 grados de magnitud se registró la madrugada de este miércoles en el norte de Chile y las autoridades confirmaron que no se produjeron daños estructurales ni lesionados.

“Según lo informado por la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior (Onemi) se registró un sismo de magnitud 6.9 a 50 kilómetros al suroeste de San Pedro de Atacama. No se reportaron lesionados ni daños estructurales”, informó el Gobierno Regional de Antofagasta a través de un comunicado.

A su vez, las autoridades confirmaron que no se registraron anomalías en el monitoreo de la actividad volcánica del lugar.

Por último, el Gobierno Regional de Antofagasta señaló que funcionarios están despejando las carreteras debido a la presencia de piedras en el camino, por algunos rodados menores que se registraron durante el movimiento telúrico.

Fuente: Sputnik

jueves, 21 de mayo de 2020

A 60 años del terremoto más potente, Chile espera otro igual


Fue un cataclismo. Por más de cinco minutos el suelo se remeció como una culebra; se abrieron grietas gigantes y cerró con un tsunami. A 60 años del terremoto de Valdivia, el más potente del mundo, Chile lidera la construcción antisísmica sin acostumbrarse a esos desastres.

Muchos ya habían almorzado ese domingo 22 de mayo de 1960 y todavía comentaban el terremoto de 8,1 de magnitud que el día anterior había azotado a la vecina localidad de Arauco, cuando a las 15H11 la tierra comenzó a remecerse como nunca antes.

"Sentían que se acababa el mundo. Veían cómo se abrían grandes grietas en el suelo y que tenían que saltarlas. Veían cómo los cerros se levantaban y se caían y el suelo se movía como una culebra que iba para arriba y para abajo", describe Cristian Farías, geofísico y director del departamento de obras civiles y Geología de la Universidad de Temuco, tras escuchar a sobrevivientes.

Finalmente el sismo del día anterior resultó ser un precursor del gran terremoto de Valdivia, que con una magnitud de 9,5 es el más potente jamás registrado en el mundo.

Tuvo que pasar más de una década para determinar que la magnitud del sismo era 32 veces mayor a la originalmente medida, agrega Farías. El experto recuerda que la primera medición se hizo a mano, con un lápiz y una regla, sobre un sismograma que entregó la magnitud máxima que se medía en esa época: 8,5.

Otras cifras del sismo también son elocuentes. La longitud de la ruptura fue de entre 900 y 1.000 km, abarcando gran parte del sur del país. Tan extensa que algunos expertos optaron por llamarlo como "el gran terremoto de Chile de 1960".

El sismo desplazó la placas Nazca y Sudamericana hasta un máximo de 40 metros y tuvo una duración de al menos cinco minutos, pero como las ondas sísmicas demoran en propagarse hay registros de hasta 14 minutos de duración.

Menos de una hora después, sobrevino el tsunami que terminó de destruir lo poco que quedaba en pie, con olas de hasta 10 metros que arrasaron poblados como Puerto Saavedra, Corral y Queule.

Quince horas más tarde, las olas cruzaron el Pacífico y llegaron hasta pueblos costeros de Japón, donde mataron a más de 130 personas, pasando por Hawai, California y Nueva Zelanda, donde se cobraron otras víctimas.

Y como si no fuera suficiente, 33 horas después se produjo la erupción del complejo volcánico Cordón Caulle.

Según al Instituto para la Resiliencia ante Desastres, el terremoto dejó más de 5.700 muertos y daños por más de 700 millones de dólares.

Buena construcción sin cultura de desastre

Desde antes de esa tragedia, Chile ya había comenzado a avanzar en normas de construcción antisísmica, pero el megaterremoto le dio un impulso definitivo. Hoy, es uno de los líderes en esta materia, con el desarrollo de mecanismos de disipación y amortiguación sísmica.

"Cada uno de los terremotos en Chile ha marcado un hito pero el del 60 ha sido el más grande respecto a la modernización y actualización de las normas sísmicas de construcción", dice a la AFP Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional.

Pero no pasa lo mismo con la cultura antisísmica de prevención.

"Después del 60, se empezaron a preocupar de cómo construir mejor y eso se ha logrado, pero las tareas pendientes son habitar zonas seguras y la cultura antisísmica", señala Magdalena Radrigán, investigadora en política y gestión de desastres.

Por ejemplo, en Puerto Saavedra, donde sus habitantes vieron desde los cerros cómo el tsunami arrasó con el pueblo hasta hoy se sigue construyendo en el borde costero.

"En Chile a mi juicio, no hay una cultura antisísmica, no hay una cultura de desastre. Si bien todos saben adónde correr, no manejan kits de emergencias en su casas; no saben dónde están las zonas seguras, no tenemos incorporado esos conocimientos", agrega.

¿Otro megaterremoto?

Sin bien la gran energía liberada en 1960 permite anticipar que por varios años no debería volver a generarse en esa zona otro megaterremoto, los expertos piden estar preparados "para las sorpresas".

En las costas cercanas a Valdivia hay registros de al menos otros cinco tsunamis de igual o mayor a magnitud nueve.

"Y por cada terremoto de 9,5, uno puede esperar varios ocho, que son tremendamente fuertes y pueden producir mucho daño también", advierte Barrientos. Agrega que "por cada terremoto de magnitud 8, hay 10 de magnitud siete en la misma región".

Cristian Farías coincide en que es difícil que en el corto plazo pueda ocurrir otro megaterremoto en esa zona, pero no así en el resto de Chile, donde hay grandes ventanas sísmicas en las que un gran terremoto puede ocurrir en cualquier momento.

Fuente: AFP

miércoles, 26 de febrero de 2020

Un Chile reconstruido no olvida las heridas del devastador terremoto de 2010


La reconstrucción que emprendió Chile después del devastador terremoto de magnitud 8,8 y el tsunami del 27 de febrero de 2010 está prácticamente finalizada una década más tarde, pero la catástrofe dejó cicatrices menos visibles que las víctimas aseguran que nunca olvidarán.

La madrugada del 27F, el sexto sismo más fuerte del mundo desde 1900, marcó un antes y un después en la historia del país: 521 personas murieron y miles vieron cómo el océano se llevaba sus casas, sus comercios y, en el peor de los casos, sus seres queridos.

El terremoto tuvo su epicentro en la región del Ñuble, en el centro-sur del país suramericano, unos 400 kilómetros de distancia de Santiago, y provocó un tsunami que azotó el litoral más cercano, con especial intensidad en las localidades de Dichato, Talcahuano y Constitución.

Dichato: Zona cero

El pequeño pueblo costero de Dichato, unos 30 kilómetros al norte de Concepción, la capital de la región del Bío Bío, vive su mejor verano desde hace una década: los turistas llenan sus soleadas terrazas, alquilan kayaks y compran recuerdos en los puestos instalados en los 2.500 metros cuadrados de paseo marítimo.

Pero en 2010 su playa lucía muy distinta. Las destructivas olas que llegaron apenas 20 minutos después del "megaterremoto" asolaron el 80 % de los edificios y causaron la muerte de 56 personas en su borde costero.

"Fue terrible, salí corriendo hasta el punto más alto que pude. Desde arriba sentía el ruido del mar, que era como un monstruo, y vi como subían unas masas oscuras", relató a Efe Cecilia Bustos, cuya casa está a pocos metros de la orilla.

Bustos no pudo dormir durante dos meses y hasta que su hermana no volvió de Nueva Zelanda no se vio con fuerzas para volver a entrar a su hogar: "Estaba tan impactada que mi cuerpo temblaba todo el día, no podía sentarme".

Una catástrofe convertida en oportunidad

Una de las vecinas que lideró la respuesta a la catástrofe en Dichato las semanas posteriores al 27F fue María Angélica Torres, gestionando la ayuda para los heridos e iniciando un catastro de los daños materiales.

Conocida como "Keka", años después cumplió su sueño de abrir un restaurante y hoy dirige dos establecimientos de éxito con vistas al mar: "Dichato fue el icono de la devastación, el icono de la reparación y ahora tenemos un pueblo turístico con una costanera que nada tiene que envidiarle a Viña del Mar".

A su lado, el responsable del plan de reconstrucción de la localidad, Ivan Cartes, observa orgulloso su creación: "Se pudo avanzar muy rápido porque la comunidad estaba muy organizada, con un sentido de desarrollo en equipo, de comunidad".

El extenso paseo marítimo de Dichato está plagado de obstáculos físicos -muros de mitigación, barreras hechas con rocas e incluso un bosque de cuatro hectáreas- para amortiguar la agresividad de un hipotético nuevo tsunami.

"Chile está en las primeras posiciones mundiales en cuanto a la interacción entre la participación social y la iniciativa de Gobierno", explicó a Efe el experto en planificación, aunque aseguró que "ninguna comunidad está 100 % preparada ante un desastre de esa magnitud".

"Jamás hubiese querido vivir algo así"

En la ciudad portuaria de Talcahuano, el proceso de reedificación fue menos participativo y algunos vecinos se negaron a abandonar sus casas, pese a ser declaradas "áreas rojas" por el peligro al que están expuestas en un eventual tsunami.

"Yo soy nacida y criada aquí y cuando me ofrecieron vivir en otro sitio dije que no", sostuvo a Efe Jaqueline Rifo, quien se encontraba en un velorio la madrugada del tsunami y abandonó el sitio con el resto de residentes de Caleta Tumbes, un hospitalario paraje de pescadores con decenas de barquitos esparcidos por el mar.

Cuando regresaron horas más tarde, ya no quedaba ni rastro de sus hogares: "Jamás hubiese querido vivir algo así, fue horrible".

El océano vació la bahía para luego regresar con una fuerza extraordinaria, escupiendo lo que había engullido y lanzando contenedores como proyectiles contra las fachadas. Una ida y venida mortífera que duró horas y sobre la que las autoridades no alertaron.

De hecho, la Corte Suprema de Chile condenó al Estado a indemnizar a los familiares de los fallecidos en Talcahuano, alegando que "no solo no ordenaron una evacuación de la población", sino que "entregaron información errónea" al llamar a las personas a permanecer en sus casas.

Una década luchando por la justicia

A las 3.34 hora local (06.34 GMT) de aquel 27 de febrero, Mónica Molina tenía claro que iba a morir: su edificio en Concepción empezó a tambalear tan fuerte que acabó derrumbándose y partiéndose en dos.

Cuando logró salir, vio que su inmueble, el Alto Río, era el único que había sufrido un cataclismo de esa magnitud, en el que murieron ocho personas.

Aunque las víctimas ganaron el juicio a la empresa constructora e inmobiliaria por su responsabilidad en el colapso, todavía no han cobrado parte de la indemnización porque los terrenos que los condenados les cedieron como compensación tenían muchas deudas pendientes.

"Con lo que pasó, nos dimos cuenta de que estábamos en condiciones muy precarias como país para enfrentar desastres como ese", recordó Mónica Molina, que hoy preside la Fundación Alto Río, con la que quiere promover una cultura de gestión de desastres.

"No debiera ser necesario sufrir tanto para avanzar, pero parece ser que la humanidad aprende con los golpes. El sufrimiento siempre es una oportunidad para crecer, y así lo hemos tomado los sobrevivientes", sentenció.

Fuente: EFE

martes, 25 de febrero de 2020

Las lecciones para prevenir tsunamis que Chile aprendió tras el sismo de 2010


El catastrófico terremoto de magnitud 8,8 y el posterior tsunami del 27 de febrero de 2010, que dejaron 521 fallecidos y 25 desaparecidos, marcó un antes y un después en los sistemas de prevención de Chile, que trabaja desde entonces para que no se repitan los dramáticos sucesos de hace una década.

Eran las 03.34 hora local (06.34 GMT) cuando el sexto mayor sismo jamás registrado desde 1900, con epicentro en la sureña región del Ñuble, a unos 400 kilómetros al sur de Santiago de Chile, empezó a sacudir gran parte del país, afectando al 75 % de la población.

El denominado "27F" se registró como el segundo más fuerte de la historia de Chile, según los registros, solo por detrás del ocurrido cerca de la sureña ciudad de Valdivia en 1960 de 9,5 grados Richter, el mayor de la historia desde que se tienen datos.

El sismo provocó un devastador tsunami, el cual tardó pocos minutos en llegar a las costas chilenas, arrasando en primer lugar la isla Robinson Crusoe. Pero las autoridades no llamaron a evacuar la zona continental a tiempo -y retiraron la alarma demasiado temprano- y las enormes olas azotaron el litoral causando 106 muertes.

La descoordinación y las acusaciones cruzadas entre los entes que debían actuar ante el tsunami -la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) y el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA)- acabaron con seis imputados que tuvieron que pagar indemnizaciones a los familiares de las víctimas.

Registro sísmico constante

Tras los dramáticos errores de comunicación del 27F, se iniciaron profundos cambios en el sistema de prevención chileno, como la creación del Centro Sismológico Nacional (CSN) en sustitución de un antiguo servicio que solo trabajaba en horario de oficina.

Ahora, los 52 profesionales del CSN comunican de forma ininterrumpida la localización, la magnitud y las posibles consecuencias de los terremotos “prácticamente en tiempo real”. Dicha información es enviada a la Onemi y al SHOA para que tomen las medidas pertinentes.

“La calidad de los datos que se registran es de primer orden”, afirmó a Efe el director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos, en la sala de control donde grandes pantallas muestran los últimos movimientos del subsuelo chileno.

Barrientos agregó que la información es compartida con entes internacionales, como el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, para avisar a los países a cuyas orillas podría llegar el potencial tsunami.

Además, señaló que en los terremotos de 2014 y 2015 en el norte del país, de 8,2 y 8,4 grados en la escala de Richter, respectivamente, las autoridades decretaron “inmediatamente” medidas de evacuación, lo que da cuenta de que los mecanismos de alerta han cambiado “muchísimo” después del 2010.

Una respuesta rápida, clave para salvar vidas

Aquella madrugada del 27 de febrero, mientras las autoridades se debatían sobre si realmente existía riesgo de tsunami, varias olas oscuras de más de 10 metros de altura se llevaron por delante todo lo que encontraron en localidades costeras como Constitución, Talcahuano y Dichato.

"Antes nos demorábamos veinte minutos en determinar si se iba a producir un tsunami (después de un fuerte sismo), y ahora solo cinco minutos. Es una diferencia tremenda", explicó a Efe el director de la Onemi, Ricardo Toro.

La actual sede del organismo está ubicada en un moderno edificio de 6.000 metros cuadrados dotado de avanzada tecnología para responder a las exigencias propias de un país como Chile, uno de los más sísmicos del mundo.

El año pasado, el país austral sufrió 7.733 temblores, equivalentes a 21 al día -la mayoría imperceptibles-, dado que está ubicado en el borde activo entre la placa tectónica de Nazca y la Sudamericana, en el extremo oriente del llamado “anillo de fuego del Pacífico”.

El director de la Onemi sostuvo que los chilenos pueden sentirse “bastante tranquilos” con los avances y que se trata de un proceso en “desarrollo continuo”.

Pero, ¿era necesario que ocurriera una catástrofe de tal magnitud para constituir un sistema de alerta eficaz?

Para el director de la Onemi, "es lo que pasa en general en todos los países: no se tiene conciencia del riesgo hasta que se produce" un evento de este calibre.

Mirar al futuro: Talcahuano

Chile busca erigirse como el referente mundial en prevención de tsunamis después de la dura lección aprendida el 27F, y el modelo de la ciudad portuaria de Talcahuano, devastada por el maremoto de hace una década, destaca por su ambición.

“El peor error de 2010 fue no saber qué hacer, estábamos un poco perdidos”, admitió el jefe del Departamento de Gestión de Riesgos de la localidad, Boris Saez, tras subrayar la necesidad de anticiparse a los acontecimientos y conocer bien los fenómenos naturales.

Por ello, Talcahuano tiene la misión de formar a sus vecinos para que tengan un "rol activo" en su propia seguridad y cada “actor” sepa que papel tiene que jugar. Los niños lo aprenden desde que son pequeños y la asistencia a los cursos para adultos no ha bajado en los últimos años, según Saez.

“Cuando nos juntamos todos, se rema hacia el mismo lado. Es un proceso que no termina nunca, pero que cada vez avanza más”, concluyó.


Fuente: EFE

miércoles, 8 de enero de 2020

Sismo de magnitud 5,2 se siente en el norte de Chile sin causar daños

Un sismo de magnitud 5,2 sacudió este miércoles las regiones de Tarapacá y Antofagasta, en el norte de Chile, sin que se informara hasta el momento de daños personales o materiales, según indicaron las autoridades.

El movimiento telúrico se registró a las 05.47 hora local (08.47 GMT) y su epicentro se situó a 42 kilómetros al este de la localidad de Pica (región de Tarapacá) y a unos 1.761 kilómetros al norte de Santiago, según el informe del Centro Sismológico Nacional, dependiente de la Universidad de Chile.

El hipocentro del terremoto se localizó a 115,6 kilómetros de profundidad.

El Servicio Hidrográfico y Oceánico de la Armada de Chile (SHOA) indicó que las características del sismo no reúnen las condiciones necesarias para generar un tsunami en las costas de Chile.

Por su parte, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) situó la profundidad del sismo a 109,1 kilómetros bajo la superficie y su magnitud en 5,2 grados Richter.

Este es el temblor de mayor magnitud que se ha registrado en Chile en 2020.

En 2019, el temblor de mayor intensidad que se registró fue de magnitud 6,7 y ocurrió el 19 de enero en la costa central del país, desde la región de Atacama hasta la de O'Higgins.

Desde la época de la colonia, el país, de 18 millones de habitantes, ha tenido al menos 80 terremotos, que solo en los últimos 60 años han causado 40.735 muertos.

Situado en el llamado Cordón de Fuego del Pacífico, Chile está considerado entre los países más sísmicos del planeta.

Fuente: EFE

sábado, 19 de enero de 2019

Sismo de magnitud 6,7 en la costa central de Chile sacude cinco regiones


Un seísmo de magnitud 6,7 en la escala de Richter con epicentro en la costa central de Chile se sintió hoy en cinco regiones, principalmente Coquimbo, Valparaíso y Atacama, además de la Metropolitana y O'Higgins, según indicaron las autoridades.

El terremoto ocurrió a las 22.33 hora local (01.33 GMT, del domingo) y su epicentro se localizó a 13 kilómetros al este de la localidad de Tongoy, en la céntrica región de Coquimbo a unos 400 kilómetros al norte de Santiago, cerca de la costa del océano Pacífico.

El seísmo se produjo a una profundidad de 50,1 kilómetros, informó el Centro Sismológico de la Universidad de Chile.

En un primer momento, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) decretó una evacuación preventiva de la zona costera de Coquimbo cercana al epicentro ante la posibilidad de que se produjera un tsunami, aunque minutos después el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de Chile (SHOA) y la propia Onemi descartaron la alerta.

La Onemi informó que se todavía se están evaluando los posibles daños que haya podido causar el seísmo en las zonas afectadas.

Fuente: EFE

martes, 16 de octubre de 2018

Terremotos, tsunamis y volcanes: los riesgos de vivir en el Cinturón de Fuego del Pacífico

Decir que Chile es un país sísmico, no es ninguna novedad, pero dimensionar las consecuencias que puede traer un terremoto en esta larga y angosta franja de tierra, ubicada en el temible Cinturón de Fuego del Pacífico, se vuelve crucial. Por este motivo es que Felipe Leyton, directivo de la Asociación Chilena de Sismología e Ingeniería Antisísmica analiza los hechos más recientes a nivel mundial y entregan una serie de importantes consejos para tener en cuenta ante terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas. 

Este último año hemos tenido varios ejemplos de catástrofes mundiales ligadas a movimientos telúricos, las más recientes corresponden a Haití e Indonesia. Siendo este último país el más afectado en lo que va del 2018, debido a que el 28 de septiembre sufrió un terremoto de magnitud 7,5 y posterior tsunami en la isla de Célebes con olas de tres metros, que dejaron un saldo cercano a las dos mil víctimas y más de cinco mil desaparecidos, además producto del fuerte movimiento telúrico el Volcán Sopután entró en erupción, lo que agrega un nuevo riesgo a los sobrevivientes.

Impactantes casos a los que se suman la entrada en erupción del Volcán Kilauea en Hawai, el pasado 3 de mayo tras varios días de registrarse terremotos de magnitud 5 en la zona o el seísmo ocurrido el 3 de septiembre en Japón, que tuvo una magnitud de 6,7, país que recién se recuperaba del paso del tifón Jebi, el más poderoso en llegar a la isla en 25 años.

El Ingeniero Civil con mención Geofísica se refirió también a la existencia de una relación entre los diferentes terremotos ocurridos recientemente en Hawai, Haití, Japón e Indonesia, aclarando que “en términos de ocurrencia, hasta el momento se descarta completamente, ya que sólo es posible analizar las similitudes o diferencias en cuanto a la interacción de las placas tectónicas involucradas”.

En esta misma línea al ser consultado por la posibilidad de un Megaterremoto o efecto dominó en el corto plazo recalcó “los megaterremotos se asocian a zonas de subducción las cuales, como vimos, son muy frecuentes en todo el borde del Pacífico. Con el conocimiento actual, no es posible estimar con buena precisión la probabilidad de ocurrencia de un terremoto”.

Chile: país de terremotos

Si bien nuestro país se encuentra a miles de kilómetros de las naciones afectadas, durante varios siglos ha sido protagonista de diferentes catástrofes naturales relacionadas a los terremotos, como son los casos de Valdivia en 1960 con una magnitud de 9,6 y el ocurrido frente a las costas de la actual región de Ñuble, en el año 2010 que alcanzó los 8,8.

Dos eventos que sin duda han marcado nuestra historia, estableciendo una norma sísmica en el diseño y construcción de estructuras, pero que han demostrado la escasa educación y cultura sísmica que existe de manera transversal en la población nacional.

El también Jefe de Innovación y Transferencia Tecnológica del Centro Sismológico Nacional explica los riesgos que existen al vivir en un país dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico “gran parte del borde del Océano Pacífico se encuentra sobre el contacto entre placas tectónicas, lugares donde se producen los terremotos. Es más, muchos de estos contactos tectónicos son de carácter subductivo: es decir, una placa subduce o se hunde bajo otra. Este tipo de contactos se caracteriza por ser capaz de generar una gran cantidad de sismos; aún más, ellos pueden alcanzar grandes magnitudes (sobre 8.5). A este aspecto de alta sismicidad viene asociado otro efecto producto de la subducción: el volcanismo”.

Datos que explican que nuestro país sea calificado como país sísmico “Chile, desde Arica a la Península de Taitao, se encuentra sobre el contacto subductivo de las placas de Nazca y Sudamericana, lo que como expliqué anteriormente produce una alta sismicidad, que finalmente pueden desencadenar terremotos, tsunamis y activar alguno de los 2.900 volcanes repartidos en todo el territorio nacional”.

Esta realidad ha provocado una fuerte inversión en cuanto a tecnología en monitoreo sísmico, con la instalación de una red de más de 100 estaciones que permiten monitorear la actividad sísmica en tiempo real, midiendo el movimiento del suelo en aceleración, velocidad y desplazamiento. Finalmente que permite caracterizar los sismos de manera rápida y precisa, aportanto datos a la comunidad Ingenieril para mejorar la normativa vigente, la estimación del peligro sísmico y el diseño de estructuras sismoresistentes.

martes, 29 de mayo de 2018

Senadora Ebensperger junto al Alcalde José Bartolo preocupados por atrasos en construcción de casas


El compromiso de gestionar a nivel ministerial una pronta solución para las familias de Huara que, desde el terremoto 2014, esperan la reconstrucción de sus viviendas asumió con los afectados la Senadora Luz Ebensperger. Empresa constructora que inició las faenas se fue a quiebra y la que llegó dejó los trabajos inconclusos.

La Legisladora junto al Alcalde José Bartolo se reunió con los vecinos, conociendo la situación de cada uno de los damnificados y luego visitó las paralizadas obras de edificación de casas.

Durante el encuentro los pobladores relataron que fueron 100 los subsidios de reconstrucción entregados en diciembre de 2014 y en mayo de 2015 empezaron a construirse las primeras casas.  Meses después cuando había casas ya terminadas y una decena en fase de edificación, la constructora paralizó sus funciones. Los damnificados por el sismo del 1° y 2 de abril de 2014 contaron que la empresa que tomó la obra alcanzó a levantar 15 soluciones habitacionales y dejó 20 a medio construir, siendo muchos más los pobladores que tienen el subsidio y no saben cuándo les construirán sus casas.

Las quejas también apuntaron a Serviu, por no fiscalizar en forma adecuada tanto las obras como el destino de las casas construidas, ya que se asignaron a gente que no vive en Huara y las tienen arrendadas.

La Senadora Ebensperger tras escuchar dichos planteamientos asumió el compromiso de gestionar con el Intendente Miguel Ángel Quezada y el Seremi Minvu, Mauricio Hidalgo Arancibia, la pronta y definitiva construcción de las viviendas, para que los damnificados tengan la calidad de vida que merecen. De igual manera buscar solución a nivel ministerial, para temas habitacionales pendientes desde el terremoto de 2005.

Luego cumplió un recorrido, con el Alcalde huarino y los vecinos, por los sitios donde se abandonó la reconstrucción de viviendas. Ahí pudo constatar que a muchos afectados se les pidió demoler lo  dañado por el terremoto 2014 y cómo no se ha construido nada, están viviendo en condiciones poco amables mientras que en otros casos está el radier a medio terminar de la futura vivienda y el foso abierto para la red de alcantarillado, lo que constituye un peligro para los moradores.