domingo, 14 de octubre de 2012

Baumgartner rompió la barrera del sonido y completó el salto más alto


Felix Baumgartner se convirtió este domingo en una leyenda. El deportista austríaco concretó el salto desde la mayor altura en la historia y rompió en esta hazaña la barrera del sonido.

El salto estratosférico se realizó sobre Roswell (EE.UU.) y fue seguido en directo por millones de personas en todo el planeta.

El deportista extremo que se lanzó al vacío desde una altura de 39.000 metros, fue además instructor de paracaidismo en los comandos de elite del Ejército austríaco, y también trabajó como doble de películas de acción.

Pero este fin de semana, a los 43 años, Baumgartner rompió tres récords mundiales: fue el primer hombre en superar la velocidad del sonido sin ayuda mecánica, en arrojarse en paracaídas desde el lugar más alto, y en subir en globo al punto más alejado de la tierra.

"Queremos extender los límites de la humanidad un poco más", dijo Baumgartner horas antes de comenzar el desafío, según reportó la agencia EFE.

Según los cálculos previos, Baumgartner habría sobrepasado la velocidad del sonido unos 30 segundos después de iniciar la caída libre, al alcanzar 1.173 kilómetros por hora, para después perder velocidad debido a la mayor densidad de la atmósfera terrestre.

El austríaco abandonó antiguamente las fuerzas armadas porque no estaba conforme con la disciplina militar y tener que acatar algunas órdenes "estúpidas", según explicó una vez. Desde entonces cosechó diversos récords, que a las luces de su última hazaña, pierden protagonismo. Concretó el salto desde el edificio más alto del planeta, el rascacielos Taipei 101 (Taiwán), de 509 metros de altura, y de otros lugares emblemáticos como la estatua de Cristo Redentor en Río de Janeiro.

Baumgartner también fue el primero en cruzar el Canal de la Mancha en caída libre ayudado de unas alas de fibra de carbono, desde Dover (Reino Unido) hasta Calais (Francia), y se tiró desde la mayor construcción de América Latina, la Torre Mayor de México.

Tras completar el salto en Río de Janeiro afirmó: "No merece la pena morir en un salto. Pero al menos matarse saltando desde la estatua de Jesús tiene algo de gloria".

Estos antecedentes le ganaron el apodo Felix "sin miedo". Y por eso además, en el brazo lleva tatuado el mensaje "Nacido para volar".

Desde 1988 Baumgartner colabora con Red Bull, el actual patrocinador de la denominada "misión estratos", y que ha financiado la mayor parte de sus aventuras.

Un equipo médico y de expertos en ingeniería aeronáutica desarrollaron durante cinco años la "Misión estratos" con Baumgartner, y la cápsula y el traje presurizado que lo protegió en el espacio.

Su principal asesor era el poseedor del récord, batido hoy, de salto en paracaídas desde mayor altitud: Joe Kittinger, de 84 años, quien se arrojó en 1960 cuando era miembro de las Fuerzas Armadas de EEUU desde una altura de 31 kilómetros.

"Demostrar que un ser humano puede romper la barrera del sonido en la estratosfera y regresar a la tierra sería un paso hacia la creación en el espacio cercano de procedimientos de rescate que actualmente no existen", explicaron desde Red Bull.