lunes, 8 de octubre de 2012

Obispo de Iquique confirma renuncia


Marco Órdenes, el sacerdote denunciado por cometer presuntos abusos sexuales contra menores, confirmó su  renuncia como obispo de Iquique expresando que se siente "crucificado".

Órdenes dio una conferencia  en la noche del lunes en  el Liceo María Auxiliadora de Iquique afirmando que días atrás "se hizo conocimiento público  de la investigación  que se inició a raíz de la acusación en mi contra de presuntos abusos a un menor años atrás. Esta situación para mí y para muchos es dolorosa".

Agregó que “en este tiempo no recibí información alguna de quién me acusa. Al preguntar por la necesidad de defensa de un abogado, se me respondió que no correspondía para esta etapa de la investigación”.

Aseveró que  en un primer momento planteó la necesidad de renunciar "para cuidar la vida de la diócesis”.

Luego añadió que “ante los acontecimientos y madurado en la oración he vuelto a decidir cuidar el bien de la diócesis encomendada y que ella no sea más alterada por el proceso en curso. Esto lo transmití al nuncio en días pasados”.

Continuó sosteniendo: "No sin dolor tomé la decisión de renunciar al obispado de Iquique para que  no afecte al resto de la comunidad. Renuncia que la Santa Sede acogerá”.

Órdenes aseguró que “nunca he buscado nombramientos ni poder. Ante  el juicio de Dios me siento tranquilo y en paz pues Él conoce mi corazón y mi verdad “.

En su opinión “ante el juicio del mundo no es fácil defenderse sobre todo cuando se dice tanto trastocando la verdad (...) es fácil hacer leña del árbol caído”.

“Dios es mi testigo que siempre he buscado servir sin interés, nunca busqué dañar, ofender o manipular a alguien”, concluyendo que  esperará lo que  se determine en la investigación que lleva a cabo el Vaticano y la  Fiscalía de Iquique. “Hoy estoy crucificado, golpeado y silenciado en la cruz”.

La semana pasada se conoció de la denuncia contra Órdenes  y luego el testimonio de Rodrigo Pino quien acusa al sacerdote de abusar de él por tres años desde 1997 cuando  contaba con 15 años de edad. Asimismo aseguró que otro joven años después le confidenció que también habría sido víctima de abusos del hoy renunciado obispo.