miércoles, 15 de julio de 2009

Cuarta Zona Naval brinda apoyo a investigación en zonas con mínimo oxígeno


Un nuevo apoyo a las distintas universidades e institutos que lideran la investigación científica sobre las zonas oceánicas de mínimo oxigeno, brindó la Armada de Chile, a través de la Cuarta Zona Naval.

En esta oportunidad la Lancha de Servicio General “Iquique” tuvo la crucial misión de rastrear y recuperar un “Seaglider” o “Planeador del Mar”, vehículo autónomo submarino capaz de efectuar diversos tipos de mediciones, como temperatura, conductividad, salinidad, corrientes, clorofila y variables ópticas, entre otras.

La moderna unidad, de propiedad del College of Oceanic and Atmospheric Sciences de la Universidad Estatal de Oregon, fue lanzada a principios de marzo en las costas de la Primera Región objeto realizar diversas mediciones relacionadas con las zonas de mínimo oxígeno presentes en las costas del norte del país.

Sin embargo, los sistemas de transmisión de datos de este moderno robot automatizado comenzaron a presentar problemas, haciendo necesaria su recuperación. De esta forma, científicos y académicos de la Universidad de Concepción y de la Universidad Arturo Prat de Iquique iniciaron diversas gestiones marco en el cual la Comandancia en Jefe de la Cuarta Zona Naval dispuso la participación de la Lancha de Servicio General “Iquique”.

La patrullera de la Armada efectuó un minucioso proceso de rastreo, logrando encontrar el “Seaglider” a unas 20 millas al norweste del puerto de Iquique, para luego embarcarlo y traerlo de regreso al puerto de Iquique.

Durante las acciones el oceanógrafo del Laboratorio de Procesos Oceanográficos y Clima PROFC de la Universidad de Concepción, Nadim Ramírez Riveros agradeció el apoyo brindado por la Armada de Chile, a través de la Cuarta Zona Naval, destacando la importancia que tiene para la comunidad científica internacional el conocer las características y especialmente el comportamiento de las especies que logran sobrevivir en las denominadas Zonas de Mínimos Oxígeno.

Proyecto Moonz

Esta no es la primera vez que la Armada de Chile brinda apoyo a este tipo de investigaciones. En junio de 2008 y con el apoyo del Buque Oceanográfico “Vidal Gormaz” se llevó a cabo el Crucero Oceanográfico "Moonz I" el cual reunió a científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, de las universidades estatales de Oregon y San Diego, de las universidades danesas del sur de Dinamarca y de Aarhus, junto a las universidades chilenas de Concepción y Arturo Prat (de Iquique).

En aquella, oportunidad fueron recabados los primeros antecedentes sobre el comportamiento y composición de los microorganismos que viven en zonas con bajo contenido de oxígeno, similares a las que podría generar el fenómeno de calentamiento global en los océanos del planeta, realizando mediciones sobre la columna de agua entre las 20 y las 80 millas frente a las costas de Iquique.

Seaglider

El Seaglider es un vehículo autónomo submarino desarrollado por la Universidad de Washington capaz efectuar diversos tipo de mediciones como temperatura, conductividad (que permite conocer la salinidad), corrientes, clorofila, variables ópticas, batimetría, y ocasionalmente backscatter acústico, dentro de la columna de agua y hasta por los 1.000 metros de profundidad.

Su peso bordea los 50 kilos en aire y 200 gramos en agua. Su envergadura no sobrepasa los 2 metros, pudiendo puede alcanzar velocidades de entre 20 y 40 centímetros por segundo en horizontal y entre 10 y 20 centímetros por segundo en vertical.

Estructuralmente, utilizan su forma hidrodinámica y pequeños alerones para inducir movimientos horizontales controlando su flotabilidad. Este control de flotabilidad le permite además movimientos de zigzag entre la superficie y el fondo marino, con un recorrido horizontal neto. Su localización se realiza mediante GPS cuando éste se encuentra en superficie, donde también se realiza la transmisión de datos a través de satélite hacia una Terminal.

Aunque es tan rápido como los vehículos autónomos de este tipo, gracias a un sistema de propulsión basado en cambios de flotabilidad, puede recorrer distancia más largas y durante más tiempo que los vehículos propulsados por motor o por hélice. Esta característica les permite realizar misiones de meses y miles de kilómetros siendo operados desde tierra a través de una red de telefonía móvil vía satélite.

La Universidad de Washington lidera el desarrollo y construcción de este tipo de vehículos autónomos exhibiendo el logró de operar en aguas abiertas durante 26 meses, tiempo en que sus prototipos consiguieron recorrer más de 16.000 kilómetros.