Por
Mario Yáñez
Gerente General de GPS Chile
Comenzamos un nuevo año, y es necesario hacer un balance de lo que hemos vivido. El 2021 estuvo fuertemente marcado por la digitalización, por un aumento en el uso de herramientas tecnológicas que han hecho más eficiente la industria del transporte y la logística. El principal impulsor fue el Covid-19, pandemia que significó una enorme amenaza para el mundo, pero obligó al sector a sobreponerse, a adaptar sus tecnologías y procesos y convertirla en la principal fuente para hacer negocios. En la cadena de suministro, por ejemplo, la “experiencia del cliente final” adquirió un protagonismo relevante en la logística, lo que nos significó mejorar aspectos como los tiempos de entrega, eficiencia en el servicio, predictibilidad y tener claridad en métricas más allá del costo, como son experiencia y seguridad.
A esto, sumamos que el cliente de hoy es cada día más exigente, informado y consciente; al momento de la toma de decisión de compra, consideran clave factores como la transparencia, los valores y la sostenibilidad de una empresa. En este último punto me detengo, pues ahí yace uno de los desafíos venideros para nuestro sector. No olvidemos que la industria del transporte es responsable del 24% de las emisiones de gases invernadero (INGEI, 2018), es decir, es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático. Y por contrapartida, es uno de los sectores que mas puede aportar al cambio.
En el marco de la COP26, la ONU y el Fondo para Medio Ambiente Mundial firmaron un acuerdo para ayudar a 27 países en desarrollo a acelerar su transición hacia la movilidad eléctrica con cero emisiones. A este plan está suscrito Chile, que tiene el objetivo de ser un país carbono neutral para el año 2050 y que, a comienzo de año, impulsó la electromovilidad lanzando instrumentos financieros -como el Crédito Verde del Banco Estado-, y amplió la oferta de vehículos eléctricos y la cantidad de cargadores a lo largo de Chile.
Y ahora ¿qué nos trae el 2022? La oportunidad y los “ojos” están puestos en el Hidrógeno Verde (H2V) y cómo impactará en el transporte terrestre. Hace unos días, el biministro Juan Carlos Jorbet informó sobre el mayor proyecto de H2V en la región de Magallanes, el cual pone a nuestro país en el “centro de la solución contra el cambio climático”, ya que solamente esta región sería capaz de producir el 13% de esta energía a nivel mundial. No solo abasteciendo a Chile sino exportando energía, contribuyendo a un mundo con menos contaminación. Destaco el potencial efecto en nuestra economía, dado H2V puede ser nuestra segunda minería.
El llamado “combustible del futuro” ya está siendo testeado en grandes industrias, como la minera y la forestal. Hace unas semanas, una de las faenas de Anglo American hacía historia al crear la primera molécula de H2V, cuya expansión e implementación permitirá impulsar los vehículos carbono neutral en la industria de la minería. En el caso de la forestal, existen alianzas entre las empresas del sector y la universidad del Bío Bío, lo cual ha permitido determinar que, por ejemplo, un recambio en la flota de camiones forestales diésel por otros de hidrógeno verde generaría un 25% de ahorro de combustible. Además, los motores bajarían de 2 mil piezas móviles a 20 en un motor eléctrico, el que además no requiere lubricante (Fuente Noticias UBB.cl), bajando la complejidad de mantención substancialmente.
Sin duda, el H2V será un cambio rotundo en la industria del transporte. Hace unos días, un cliente del sector me comentaba que ellos veían “con buenos ojos la transición del diésel a energías limpias”, es más, creía posible pasar directamente del gas al uso del hidrógeno. Sin embargo, aún falta tener ciertas respuestas en el caso de transporte de carretera, como duración y tamaño de las baterías y la capacidad de suministro a nivel nacional, sobre todo en miras a camiones que recorren gran cantidad de kilómetros.
Sin duda, el 2021 trajo consigo tiempos difíciles, pero a su vez muchas oportunidades para el sector del transporte y la logística en esta nueva etapa. Hay muchos proyectos en la agenda, y lo más importante es que cada uno de nosotros tiene responsabilidad crucial con la sociedad y el medio ambiente. Una de las grandes proyecciones para el mercado de transporte, por ejemplo, es que tanto camiones como autobuses funcionen con H2V en 10 años más, según un estudio de Clean Energy Finance Corp.
Por último ¿cómo podemos hacer para que todo el rubro pueda implementar estos avances, tanto los grandes transportistas como los más pequeños? Acá la frase “la unión hace la fuerza” toma relevancia; el gobierno debe acompañar en el proceso, pero también las empresas vinculadas al sector, como nosotros, debemos estar a la altura. Por eso, y desde ya hace algunos años, estamos invirtiendo y cooperando con distintas instituciones en el desarrollo de tecnología aplicada a distintos ámbitos de la cadena de suministro.