Los
casos de COVID-19 llegarán a su punto máximo en el cono sur a medida que se
acerca el invierno, que trae consigo no solo el frío sino también una mayor
contaminación que podría multiplicar la mortalidad, según expertos en calidad
del aire y médicos.
En
Chile, con parte la población confinada en sus hogares y la temperatura
cayendo, el uso de leña barata para calefacción podría provocar una “tormenta
perfecta” en las frías ciudades del sur del país.
Estudios
publicados a inicios de este mes, que incluyen uno de la Universidad de
Harvard, han informado que las personas que viven en áreas con altos niveles de
contaminación del aire tienen un mayor riesgo de morir por COVID-19.
Un
estudio de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg de Alemania,
también publicado este mes, mostró que el 78% de las muertes por el virus en
Francia, España, Alemania e Italia ocurrieron en las cinco áreas más
contaminadas.
Chile
registra más de 16.000 casos y más de 200 muertos. Recientemente, el presidente
Sebastián Piñera habló del reinicio de clases, la reapertura de centros comerciales,
reprogramación de cirugías y el regreso al trabajo de funcionarios públicos
para evitar una segunda crisis económica.
Pero
existe el temor de que a medida que el virus se propaga hacia las populosas
zonas más pobres y contaminadas del país, el escenario podría agravarse y los
presionados hospitales públicos en invierno podrían colapsar.
Con
la cordillera de Los Andes como telón de fondo, Chile tiene ocho de las 10
ciudades más contaminadas del continente, según un informe mundial de 2019
sobre calidad del aire.
Una
caída en el tráfico de autos ha despejado los cielos notoriamente contaminados
de la capital, Santiago, pero en el sur, el 95% de la polución es causada por
la leña.
Dos
ciudades gravemente contaminadas, Padre Las Casas y Temuco, están en la región
de la Araucanía, a unos 600 kilómetros al sur de Santiago, que tiene la segunda
tasa más alta de casos de coronavirus después de la Región Metropolitana, según
cifras del Ministerio de Salud.
En
la Araucanía se concentran los indígenas Mapuche y es una zona con niveles
relativamente altos de pobreza. Su tasa de mortalidad es del 2,2%, frente al
1,3% de la región capital.
El
doctor Luis Díaz-Robles de la Universidad de Santiago de Chile, uno de los
principales expertos locales en contaminación, dijo que con más personas
recluidas en sus hogares, muchas que han perdido sus empleos y un pronóstico de
invierno particularmente frío, el uso de madera como combustible barato
probablemente aumentaría.
“Por
lo tanto es una tormenta perfecta en este invierno”, dijo a Reuters.
“Frío o COVID”
En
los últimos seis años han entrado en vigor medidas más estrictas que prohíben
la quema de leña en días de alta contaminación y un plan gubernamental para
convertir los calentadores domésticos al uso de combustibles más limpios.
Hasta
ahora, el gobierno se ha resistido al llamado a intensificar sus esfuerzos de
mitigación de la contaminación con la llegada del coronavirus. Un portavoz del
Ministerio de Medio Ambiente no respondió a una solicitud de comentarios de
Reuters.
Marcelo
Fernández, jefe de calidad del aire del ministerio, dijo en un boletín oficial
este mes que serían firmes en hacer cumplir las reglas para evitar picos de
contaminación.
Marcelo
Mena, ministro de Medio Ambiente de la expresidenta Michelle Bachelet que
impulsó una campaña contra la contaminación, dijo que pese a las presiones
relacionadas con la pandemia en el presupuesto del gobierno, el gasto en
mitigación de la contaminación debe considerarse “esencial” para proteger la
salud ya precaria de los chilenos.
“Deberíamos
estar muy preocupados por esto”, dijo a Reuters. El artículo de Harvard muestra
que cada microgramo por metro cúbico de partículas causa un aumento del 15% en las
tasas de mortalidad de COVID, refirió.
“Si
extrapolamos esos números a Chile, considerando que muchas de nuestras ciudades
tienen el doble de concentración considerada en ese estudio, podríamos ver
algunos aumentos bruscos”, acotó.
Los
médicos están de acuerdo, pero señalan el riesgo de prohibir la leña sin que se
ofrezca algo en su lugar.
Mauricio
Ilabaca, jefe del equipo del Colegio Nacional de Cirujanos que revisa el tema,
dijo que el frío mataría más rápido que la contaminación y que la mezcla con el
virus podría colapsar los hospitales.
Mena
dijo que países como Perú, Ecuador, Costa Rica, Argentina y Paraguay no
reportaron cabalmente datos de contaminación atmosférica a la Organización
Mundial de la Salud, pero cifras de calidad del aire en tiempo real de IQAir
muestran que Lima, La Paz y Bogotá regularmente excedían los niveles de multa
que el estudio de Harvard identificó.
“Este
fenómeno de aumento de la mortalidad, asociado con la contaminación del aire
debido al coronavirus, es algo que podemos prever”, declaró.
En
Temuco, donde las temperatura invernal se sitúa habitualmente en 4 grados
centígrados, se espera menos lluvia este año, lo que aumentará el nivel de
partículas en el aire y traerá más prohibiciones sobre la quema de madera.
Alejandro
Mondaca, jefe del consejo regional, dijo que la población jubilada, mucha de la
cual vive en casas precarias y mal aisladas, estaba asustada por los informes
de una “mala mezcla” de contaminación y COVID, pero también molesta por la
expectativa de que se les pida apagar el fuego por las noches.
El
consejero espera que el gobierno acelere las conversiones de los calentadores y
lo haga gratuitamente para los ancianos.
Fuente:
Reuters