Diversa y nutrida de entusiasmo comenzó la
inauguración de la II Escuela de Salud Comunitaria y Liderazgo con Dirigentas
Vecinales de Iquique y Alto Hospicio, en el salón Oscar Hahn de la Universidad Arturo Prat (UNAP),
el pasado 22 de septiembre. La cita estuvo presidida por las académicas de la
Facultad de Ciencias de la Salud, Patricia Vigueras y Beatriz Carrasco, y como
invitada especial asistió Patricia Dueñas Meneses, presidenta de la Red
de Mujeres del Norte Grande.
Acompañaron el encuentro la directora de Vinculación
y Relaciones Institucionales de la UNAP, Lidia Osorio; las seremis de
Desarrollo Social y Salud, Mariela Basualto y Patricia Ramírez,
respectivamente; la coordinadora de Educación, Gladys Matus; la directora del
Sernam, Patricia Pérez; el gobernador del Tamarugal, Claudio Vila; agentes
vinculados al área de salud; integrantes de los consejos consultivos de los
Cesfam, Municipalidad de Iquique; Cormudesi; dirigentes de juntas vecinales, y
organizaciones como Fenats y Adich, entre otros.
En la bienvenida, Osorio expresó que “si bien la
misión de la universidad es formar profesionales y técnicos, una universidad
pública y regional como la UNAP tiene que investigar para generar nuevos
conocimientos y desarrollar teorías, estando permanentemente vinculada con la
comunidad, abriendo espacios de participación. Por eso es importante que
ustedes, estudiantes de salud comunitaria, estén en este curso; el intercambio
que se produce es riquísimo, y permitirá que la Red de Mujeres pueda tender
redes en la comunidad y gestionar proyectos para construir una mejor sociedad”.
“Equilibrio”
En tanto, Vigueras recogió conceptos claves y
perfiló el sentido de la Escuela de Salud Comunitaria. En efecto, recordó que,
antiguamente, “la salud era concebida como el equilibrio entre el ser humano y
la naturaleza, las personas, los animales, quienes no se consideraban seres
inferiores, sino hermanos. La comunidad
era la familia extendida y la salud individual no era posible sin la salud del
grupo”.
A la vuelta de los siglos, añadió, “el modelo
biomédico es cuestionado, la salud no es sólo física ni biológica, la mente no
está separada del cuerpo, el síntoma puede cambiar según el contexto cultural o
histórico en el que se presente, y la persona enferma no es un ente homogéneo,
sino diverso. Existen elementos sociales, políticos, económicos, culturales que
determinan la enfermedad”.
Atención Primaria
Vigueras valoró, en tal contexto, que “la Organización
Mundial de la Salud se hace parte de estos nuevos aires y propone un gran
cambio en salud, posicionando a la Atención Primaria como eje con énfasis en la
salud comunitaria y familiar, con un enfoque centrado en la prevención, es
decir, mantener la salud, y el bienestar, actuar antes de que la persona se
enferme”.
“Los Centros de Salud Primaria, consultorios, Cesfam,
postas rurales, hacen eco de las políticas de la OMS, asumiendo el protagonismo
del modelo. Si bien hay grandes
adelantos, a más de diez años del cambio, aún seguimos atendiendo patologías,
con énfasis en lo biológico y con el modelo biomédico en el centro”, asimiló la
académica en el desafío.
Por ello, insistió, “la carrera de Enfermería de la
UNAP, a través de su área comunitaria, adhiere a los principios de la Atención
Primaria, poniendo énfasis en la formación integral de sus estudiantes,
generando habilidades para el trabajo con las comunidades. Es así como comenzamos a trabajar con la Red
de Mujeres del Norte, buscando apoyos mutuos. Las Juntas de Vecinos se
convierten en el aula para los estudiantes; las dirigentas y dirigentes pasan a
ser parte de la formación de los futuros profesionales; y la Universidad
entrega formación en salud comunitaria, salud familiar, participación y
liderazgo”.
-Esta formación se basa en algunos principios como
la búsqueda del protagonismo de los dirigentes, la participación plena, con la
posibilidad de ver, comprender, incidir y decidir sobre la propia salud de las
comunidades, desarrollando la autonomía y el diálogo horizontal-, aseguró
Vigueras.
Red de Mujeres
Desde la Red de Mujeres, Soledad Ayarza, recordó que
la organización, constituida por mujeres, en su mayoría dirigentes vecinales, a
lo largo de todo el Norte Grande, se abrió en Iquique el año 2005.
“Entendemos la salud como un derecho humano, como la
capacidad de alcanzar el máximo bienestar, y buscamos mejorar la calidad de
vida de nuestros barrios. Necesitamos un nuevo hospital para la región,
especialistas comprometidos, recuperar la salud pública, un centro oncológico
estatal, pero sobre todo generar barrios más saludables, seguros, preocuparnos
por los vecinos. En la I Escuela de Salud Comunitaria en 2014 aprendimos sobre
la Reforma de Salud en Chile, el modelo de Salud Familiar, y aprendimos a
desarrollar diagnósticos comunitarios de salud, terminando con la elaboración
de proyectos para nuestros barrios. Esperamos que en la II Escuela se formen
personas más sanas y felices con las herramientas valiosísimas de liderazgo”,
manifestó.
Convenio
En otro aspecto, Ayarza agradeció a la UNAP y su
rector, Gustavo Soto Bringas, el convenio de colaboración de 2013, el cual
permitirá a los estudiantes de la carrera de Enfermería, así como de Trabajo
Social, Fonoaudiología, y Psicología participar con los representantes de las
juntas de vecinos.
En ese contexto, el estudiante de Enfermería de la
UNAP, Gabriel Malebrán, entregó su testimonio en la perspectiva comunitaria: “Tenemos
tres ramos de este tipo, los primeros meses son de contenidos y talleres de
aula, pero luego en un grupo de hasta ocho estudiantes nos asignan un sector
para contactarnos con la comunidad junto a un profesor guía, para realizar un
diagnóstico grupal de ella, y buscar personalmente un grupo familiar que quiera
trabajar con nosotros. En la comunidad los vecinos tienen vitalidad, energía e
independencia y la idea es promover niveles más altos de salud”.
Escuela de Salud
Cerrando el evento, Beatriz Carrasco relevó la
importancia del trabajo estudiantil con las comunidades; participar, convocar,
se hace en la práctica: “Celebramos que los estudiantes entiendan qué son las
comunidades, tengan un enfoque real de lo que propone la Reforma de Salud, y se
comprometan con su bienestar”.
En la aplicación del curso, Vigueras citó que “en
2014 se efectuó la primera escuela de 100 horas en salud comunitaria, familiar,
la red de salud, y trabajamos temas de liderazgo. Este año, a pedido de las
dirigentas, pidieron un segundo nivel, que agrega comunicación escrita, oral,
digital, y medios de comunicación”.
Trabajarán con el poeta Pedro Marambio; el actor
Iván Vera Pinto; y Rita Villacorta, para ver los medios de comunicación. Los
dirigentes deberán terminar con trabajos de una entrevista que tendrán que
publicar en el diario; un programa de radio y otro de televisión, mostrando lo
que están haciendo en los barrios con redes sociales, en word y power point.
Eso para las dirigentas del primer año, pero en 2015 entran 27 nuevas personas
de juntas de vecinos, y los estudiantes de Enfermería realizarán prácticas en las
juntas de vecinos de Iquique y Alto Hospicio. Los profesores son voluntarios y
el curso se extenderá hasta diciembre-, detalló Vigueras.
En el propósito, afirmó: “Queremos cambiar la mirada
sobre salud y tener la idea que como dirigentes podemos generar salud abriendo
espacios en la comunidad centrados en la prevención, disminuyendo los riesgos
de enfermedad”.