Los nueve aspirantes a
la presidencia de Chile debatieron hoy en televisión sus propuestas para
mejorar la economía de las familias y la educación en un país que a pesar del
desarrollo experimentado en los últimos años sigue siendo de los más desiguales
del mundo occidental.
Por segunda noche consecutiva, todos
los candidatos participaron en el foro organizado por la Asociación Nacional de
Televisión (Anatel) para confrontar los programas con que se presentan a los
comicios del próximo 17 de noviembre y que tuvo como ejes centrales la
educación y la economía.
Y a diferencia del debate de ayer, que
estuvo condicionado por una encuesta que otorga a la expresidenta Michelle
Bachelet mayoría absoluta en la primera vuelta, en esta ocasión los postulantes
centraron sus intervenciones en problemas muy cercanos a los 13 millones de
potenciales votantes.
Entre ellos figuraron el costo de la
enseñanza, los abusos contra los consumidores y el rol del Estado en un país
que en la década de los ochenta fue pionero en la privatización de la
educación, la sanidad y el sistema de pensiones.
Y por primera vez en los tres debates
completos celebrados hasta ahora, la candidata derechista Evelyn Matthei atacó
frontalmente aspectos clave del programa electoral de Bachelet, como la
enseñanza gratuita y una nueva Constitución, a la vez que comparaba el balance
de su gobierno (2006-2010) con el de Sebastián Piñera en materia de empleo y
crecimiento de los salarios.
Además de abundantes referencias a los
poemas de Gabriela Mistral y Pablo Neruda y las canciones de Violeta Parra, los
intervinientes emplearon un tono solemne para describir el Chile con el que
sueñan, y también hicieron un guiño a las iglesias evangélicas, que mañana
celebran su festividad.
"Sueño con un Chile más moderno,
que dé oportunidades a todos, que proteja a los que más lo necesitan y que
apoye a los que quieren emprender", dijo Bachelet.
"Tengo experiencia, energía,
fuerza y convicción de que lo que estamos proponiendo va a permitir que nuestro
país sea más justo e igualitario", enfatizó la exdirectora de ONU Mujeres,
quien subrayó que necesita la mayoría parlamentaria para sacar adelante las
reformas que disgustan a la derecha.
Sobre las críticas recibidas por su
manejo la noche del terremoto de febrero de 2010, Bachelet comentó que hizo
"todo lo humanamente posible con la escasísima información de que disponía
en ese momento".
Y aunque advirtió de que la economía
chilena se va a desacelerar, aseguró que logrará retomar el crecimiento en
torno al 5 %.
Por su parte, Matthei fustigó la
propuesta de Bachelet de entregar educación universal gratuita en todos los
niveles educativos.
"Pagarle la educación a los hijos
de las familias más pudientes cuesta 3.500 millones de dólares. Ese cheque yo
no lo voy a pagar", aseguró Matthei rompiendo ante las cámaras un papel
que llevaba escrito con esa cifra.
"¿Queremos un país con igualdad
total para todos o queremos un país en el que se premie el esfuerzo?",
continuó diciendo la aspirante oficialista, quien aseguró que se enfrentará a
Bachelet en una segunda vuelta.
Respecto a la dictadura, Matthei dijo
que Augusto Pinochet "claramente no fue un gobernante democrático",
pero puntualizó que junto a "cosas horrorosas", como la violación a
los derechos humanos, también hizo "cosas buenas", como evitar una
guerra con Argentina.
Y justificó que en 1999 ella
protestara frente a las embajadas de España y el Reino Unido por la detención
de Pinochet en Londres ya que a su juicio estos países carecían de legitimidad
para juzgarle.
Por último, Matthei aseguró que si se
cambia la Constitución -como propone Bachelet- los problemas cotidianos de los
chilenos seguirán y encima se acabarán las subvenciones para los colegios
religiosos y las clases de religión.
En tanto, Marco Enríquez-Ominami,
candidato del Partido Progresista, propuso que en lugar de financiar a las Fuerzas
Armadas, la llamada ley reservada del cobre se emplee para subvencionar la
educación gratuita.
Tras confesar que siente
"simpatía personal" hacia Bachelet, Enríquez-Ominami abogó por
reformar el código penal para endurecer las penas por los delitos "de
cuello y corbata", al tiempo que se mostró en contra de criminalizar a los
inmigrantes.
El independiente Franco Parisi, que
también apostó por "una educación pública gratuita y de calidad",
denunció los abusos de que son víctimas los consumidores y afirmó que las
entidades encargadas de supervisar el funcionamiento del sistema financiero no
funcionan porque están dirigidas por personas designadas por favores políticos.
"Nos quieren quitar la
oportunidad de soñar. Yo no le tengo miedo al poderoso, ni a la derecha ni a la
izquierda. Yo quiero un gobierno de unidad nacional para dejar atrás el
pasado", concluyó el que está considerado como el aspirante más populista.
Y mientras tanto, su jefe de prensa,
Patricio Mery, protagonizó un incidente con un periodista al que reprochó lo
que había escrito sobre Parisi y fue expulsado del foro.
Fuente: Agencia EFE