En el marco del Mes de la Fertilidad, los
médicos solicitan que se aborde de manera integral como un problema de salud
pública que incluya educación sobre capacidad reproductiva, cobertura en
criopreservación de óvulos y mayor acceso a tratamientos para parejas que
sufren de infertilidad.
Por priorizar el desarrollo profesional,
inestabilidad económica o simplemente por decisión personal, cada día más
chilenas y chilenos han decidido no tener hijos. Y si sumamos que alrededor de
400 mil personas sufren de infertilidad en el país, el resultado es que la tasa
de fecundidad en Chile sea de 1,16 hijos por mujer, una de las más bajas a
nivel mundial.
Ante esta preocupante realidad y en el
marco de que junio es el Mes de la Fertilidad, los médicos especialistas de la
Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva (SOCMER) hicieron un llamado urgente
al Estado a establecer una mesa nacional para enfrentar la crisis de natalidad,
ya que se ha transformado en un problema de salud pública que afecta también el
desarrollo social y económico del país.
“Chile está enfrentando una crisis
demográfica. Para que un país tenga un recambio poblacional normal la tasa de
natalidad debe ser 2,1 hijos por mujer en edad fértil y estamos en 1,16, según
cifras referentes a 2023, del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Está
muy por debajo de lo necesario. El país dejará de crecer en el 2050, más o
menos. Y en el año 2100 la cifra de población activa será de 9 a 12 millones de
personas, como en los años noventa. Sin población joven, se comprometen las
pensiones, la carga en salud o enfermedad, la fuerza laboral, incluso, la
seguridad nacional”, advierte el Dr. Aníbal Scarella, presidente de la SOCMER y
director de la Clínica de Reproducción Humana de la Universidad de Valparaíso.
Los especialistas piden que la mesa nacional
esté compuesta por múltiples expertos como médicos, economistas, sociólogos y
profesionales de la educación para enfrentar el panorama de manera integral.
“Necesitamos un esfuerzo equivalente a lo que se hizo en los años sesenta con
las políticas anticonceptivas, o sea, poner a toda la estructura del aparato
público a disposición. Generar leyes y
educar a nivel primario, secundario y universitario sobre fertilidad, que el
organismo de la mujer está diseñado para embarazarse entre los 20 y 30 años y luego
esa capacidad disminuye. Hay que modificar el código sanitario para que las
matronas puedan cambiar su rol de control obstétrico, que acaba con el
postparto, a prevención de la fertilidad también”, explica el ginecólogo,
experto en medicina reproductiva, quien asegura que países como Francia,
Estados Unidos, Israel y Hungría ya están tomando medidas al respecto.
Y advierte: “No estamos pidiendo que las
mujeres se embaracen, si no equidad en el acceso, para que cada una se embarace
cuando quiera hacerlo”.
Acceso a tratamientos de fertilidad
Chile, se estima que alrededor del 15% de
las parejas en edad fértil presentan dificultades para concebir, siendo el 40%
por factores femeninos, 40% factores masculinos y un 20% por causas mixtas o
desconocidas.
Además, muchas mujeres sobreestiman sus
probabilidades de embarazo a edades avanzadas, lo que lleva a postergar la
maternidad sin conocer el riesgo real de enfrentar infertilidad asociada a la
disminución de la reserva ovárica y la calidad de los óvulos. La opción en esos casos es recurrir a tratamientos
de fertilización asistida, pero al tener altos costos, no todos tienen acceso.
“Para mejorar la tasa de fecundidad, lo
primero que debe hacer el Estado es aumentar la cobertura en aquellas parejas
que sí quieren buscar un embarazo. Hoy Fonasa financia un grupo pequeño de
ciclos de fertilización asistida, que también está limitado a un número de ciclos
determinados por pareja. Además, sería ideal aumentar la cobertura hacia la
preservación de ovocitos no sólo por causas médicas, sino también sociales,
para que cuando la mujer quiera buscar embarazo tenga la posibilidad de usar
esos ovocitos y tener hijos”, propone la Dra. Abril Salinas, jefa del Programa
FIV del Instituto de Investigaciones Materno Infantil (IDIMI) y vicepresidenta
de SOCMER.
Lo mismo opina el Dr. Joaquín Errázuriz,
médico fertilista de Clínica Alemana y director de SOCMER: “Es urgente
incorporar la infertilidad como un problema de salud pública, y esto incluye
financiar tratamientos de reproducción asistida en el sistema público, apoyar
la criopreservación preventiva en mujeres jóvenes, promover la educación en
fertilidad y extender el postnatal masculino. Además, se deben crear
condiciones estructurales que favorezcan la maternidad, como jornadas laborales
compatibles con la crianza y acceso universal a salas cuna”.
Respecto de las Garantías Explícitas de
Salud (GES), los especialistas apelan a que el Estado también debe ofrecer
cobertura para grupos en riesgo de pérdida anticipada de fertilidad, como
mujeres con diagnóstico de cáncer, endometriosis severa o baja reserva ovárica.
Hoy, “el GES garantiza la preservación de espermatozoides en hombres que sufren
de cáncer testicular, pero las mujeres que enfrentan un cáncer no tienen
cobertura pública para congelar óvulos o tejido ovárico, lo que genera una gran
brecha de género. Queremos que a futuro se considere un modelo de prevención universal,
que permita acceder a la criopreservación de forma informada y equitativa a
todas las mujeres que lo requieran, especialmente antes de los 35 años cuando
la calidad ovocitaria es óptima”, finaliza el Dr. Aníbal Scarella.
En el contexto del Mes de la Fertilidad,
Laboratorio Ferring junto a su iniciativa Poder Fertilidad (www.poderfertilidad.com), resaltan la
importancia de contar con información precisa y actualizada. Siempre consultar
con profesionales de la salud para comprender mejor las opciones y tomar
medidas proactivas para garantizar la salud reproductiva.