martes, 11 de junio de 2013

Candidatos de oposición marcan diferencias en debate de guante blanco



Los candidatos presidenciales del pacto Nueva Mayoría, que aglutina a los principales partidos de la oposición chilena, sostuvieron esta noche un debate televisivo que se caracterizó por la cordialidad de las intervenciones y ligeras diferencias programáticas.

La gratuidad de la educación, la reforma de la Constitución y el sistema privado de pensiones fueron, junto con el matrimonio homosexual y el aborto, los temas que marcaron la diferencia entre la socialista Michelle Bachelet, el democristiano Claudio Orrego, el radical José Antonio Gómez y el independiente Andrés Velasco.

El debate, organizado por el Canal 13 y CNN Chile, es el primero de dos previstos de cara a las primarias del 30 de junio, en las que los dos principales bloques políticos, la opositora Nueva Mayoría (formada por la Concertación y el Partido Comunista) y la oficialista Alianza por el Cambio, elegirán a su abanderado para las presidenciales de noviembre.

La ex presidenta Bachelet, favorita en todas las encuestas, explicó que se presenta a la reelección "porque no hay nada que se compare con trabajar por la patria" y destacó que tiene "las ganas, la experiencia y el liderazgo para cambiar Chile".

Por su parte, Orrego envió un mensaje a "los miles de desencantados de centro, de derecha y de izquierda"; Velasco enfatizó que "hay que rescatar la buena política y acabar con las malas prácticas"; y Gómez expresó su apuesta "por un Estado firme que defienda a los ciudadanos".

Las diferencias entre los candidatos de la oposición afloraron nada más abordar el problema de la educación, el que más preocupa a los chilenos, según las encuestas, y que mantiene movilizados a los estudiantes desde hace más de dos años.

Bachelet sostuvo que la educación tiene que ser un derecho social, defendió el fin del lucro y el financiamiento compartido y se mostró a favor de "avanzar hacia la gratuidad universal".

Gómez propuso la gratuidad de la educación universitaria, mientras que Velasco y Orrego señalaron que esta debe ser gratuita sólo para quien no pueda pagarla.

Otro de los puntos polémicos fue el futuro de las administradoras de fondos de pensiones (AFP), el sistema de jubilación privado que se implantó durante la dictadura de Augusto Pinochet y que luego copiaron otros países.

Actualmente, hay un millón de chilenos que se han jubilado por este sistema y que cobran un tercio de lo que ganaban cuando estaban trabajando, aunque el objetivo era que percibieran en torno al 70 %.

Gómez consideró que este modelo es "abusivo" y hay que acabar con él, una propuesta que a Orrego, partidario de reformas parciales, le pareció demasiado audaz, en tanto que Velasco y Bachelet también optaron por introducir ajustes graduales.

Tras recordar que su Gobierno aprobó una ley que otorgó pensiones a 1,3 millones de personas, la ex mandataria se refirió a la necesidad de que Chile cuente con una nueva Constitución para que por fin la minoría deje de vetar cambios que quiere la mayoría.

Sin embargo, Velasco opinó que una asamblea constituyente no es la solución a los problemas de representatividad en Chile.

Por su parte, Orrego atribuyó a "la cerrazón de la derecha que haya quienes clamen por una asamblea constituyente "por las buenas o por las malas", una opción que para Gómez es la vía idónea para modificar la Carta Magna y acabar con el desprestigio de la política.

En un momento del debate, Bachelet fue cuestionada por su papel el 27 de febrero de 2010, cuando un terremoto y un posterior tsunami acabaron con la vida de cientos de chilenos.

"Pensar en esa noche me provoca una profunda tristeza", confesó la ex mandataria, quien argumentó que ella jamás dijo a la población que volviera a su casa, a pesar de que el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada había afirmado que no había riesgo de tsunami.

"Esa noche actuamos con la información que teníamos disponibles", recalcó Bachelet, quien hoy se supo que no tendrá que declarar como imputada en la causa sobre los errores que derivaron en esa fallida alerta de tsunami.

Los candidatos también manifestaron su posición sobre el matrimonio entre homosexuales, que ya es una realidad en varios países de Europa y América Latina.

"Yo personalmente estoy a favor del matrimonio igualitario", dijo Bachelet; mientras que Velasco expreso su apoyo no sólo al matrimonio igualitario, sino a la adopción de niños por parte de parejas de homosexuales.

En tanto, Gómez aprovechó para defender la eutanasia y el aborto en determinados supuestos, iniciativas todas ellas que fueron rechazadas por el democristiano Orrego.

El próximo jueves se verán las caras en un debate similar los dos candidatos presidenciales de la derecha, Andrés Allamand, aspirante de Renovación Nacional, y Pablo Longueira, de la Unión Demócrata Independiente.

De las elecciones primarias están excluidos los candidatos que no forman parte de coaliciones o alianzas electorales, como es el caso del progresista Marco Enríquez Ominami y el independiente Franco Parisi.