Chile paralizó sus actividades este miércoles para
realizar un censo abreviado que permitirá conocer, entre otras cosas, cuántos
habitantes tiene el país y corregir los errores de la medición de 2012.
Más de medio millón de
voluntarios pasaron casa por casa en todo el país con una encuesta de 21
preguntas, la mitad de los censos habituales, para recopilar datos
socioeconómicos de las personas que viven en el país austral.
La mayoría de los
censistas eran estudiantes universitarios y funcionarios públicos, aunque
algunos vecinos se vieron sorprendidos por la visita de rostros conocidos como
el de la presidenta, Michelle Bachelet.
La mandataria censó
algunas viviendas en Renca, un barrio situado al noroeste de la capital, y
llamó a colaborar y participar en el proceso.
"Este censo es
importante para todos y esta es una información que se va a cuidar, se protege,
pero también va a servir para que las comunas sepan cuántas personas viven,
cuántos niños, si estudian o hay cesantes", dijo Bachelet en un punto de
prensa.
"Es una
información sobre vivienda y población que es clave para las decisiones que se
toman día a día", añadió la mandataria, cuya presencia sorprendió a los
vecinos de Renca.
Ministros como el de
Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz; Obras Públicas, Alberto Undurraga, y de
la Mujer, Claudia Pascual, entre otros, salieron a la calle en diversos barrios
de la capital para censar durante toda la jornada.
Para favorecer la
participación en el censo las autoridades declararon este miércoles festivo
irrenunciable. Los bares, restaurantes, supermercados y establecimientos
comerciales permanecieron cerrados.
Solamente funcionaron
las gasolineras, los comercios de barrios atendidos por sus propios dueños y
las farmacias de guardia.
Santiago y otras
ciudades chilenas ofrecieron una postal poco habitual, incluso para un día
festivo, con calles totalmente desiertas y muy pocos automóviles circulando,
una señal de que la ciudadanía respondió, en gran medida, al llamado de las
autoridades.
La directora del
Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Ximena Clark, explicó recientemente
que se decidió realizar un censo abreviado, con las preguntas estrictamente
necesarias, para tener más rápidamente los resultados y poder utilizarlos en la
elaboración de políticas públicas.
El objetivo principal
es corregir la medición realizada en 2012, que en un primer momento fue
calificada por el entonces presidente Sebastián Piñera como "el mejor
censo de la historia".
Una auditoría detectó
posteriormente diversos errores metodológicos, entre ellos una tasa de omisión
del 9,3 %, y un grupo de expertos recomendó hacer el censo nuevamente, pero de
forma abreviada.
Las 21 preguntas del
censo permitirán saber cuántas personas viven en cada hogar, el tipo de
vivienda y el nivel de estudios de los habitantes, entre otros indicadores.
Las autoridades han
invitado estas últimas semanas a participar en el censo a los inmigrantes que
residen en Chile sin importar su situación legal. En ese sentido, se ha
insistido en que los censistas no pedirán el carné de identidad ni otra
documentación.
La jornada del censo
transcurrió en un ambiente tranquilo y sin incidentes de gravedad.
La situación más
delicada se vivió en Temucuicui, una comunidad de la sureña región de La
Araucanía que es el corazón de la lucha de los mapuches contra las empresas
forestales y agrícolas.
El Gobierno decidió no
realizar el censo en ese sector después de que el camino que lleva a la
comunidad fuera cortado con troncos la pasada madrugada para impedir la llegada
de los censistas.
Los pocos voluntarios
que lograron llegar a Temucuicui fueron conminados a retirarse por los
habitantes, por lo que el Gobierno tomó la decisión de no censar a esa
comunidad.
Fuente:
EFE