miércoles, 26 de octubre de 2022

He nacido para verte sonreír: Blanca Lewin protagoniza desgarrador monólogo sobre salud mental

Éxito en España y Argentina, por primera vez se estrena en Chile la versión local del elogiado texto del autor trasandino Santiago Loza. Bajo la dirección de Paulo Brunetti, con diseño de Ramón López y acompañada por Bernabé Madrigal, la actriz enfrenta el primer discurso unipersonal de su carrera, convertida en una afligida madre que debe despedir a su hijo que será internado por un trastorno psiquiátrico.

Fue en Buenos Aires, a la salida de una de sus presentaciones de Muchacho de luna –en la que Paulo Brunetti se ponía en la piel de García Lorca – que el actor coincidió con Blanca Lewin y en plena conversación notó que había hallado a la protagonista de su segunda apuesta como director teatral. “Aquí está la madre, me dije”, comenta sobre el inicio de la versión local de He nacido para verte sonreír que se mantendrá en cartelera hasta el próximo sábado 19 de noviembre en Teatro Finis Terrae. “Un espectáculo sensible de actuaciones impactantes. Una joya de la dramaturgia argentina”, describe Marco Antonio de La Parra, director de Teatro Finis Terrae.

Original del prolífico autor trasandino Santiago Loza –el dramaturgo argentino vivo más montado en el mundo y que anteriormente estuvo en Teatro Finis Terrae con su obra El mar de noche –, el elogiado texto cuenta la despedida de una madre a su hijo que pronto será internado para curar un trastorno psiquiátrico. Un drama íntimo, profundo y desgarrador sobre el amor y la salud mental. “Tenía una deuda con Santiago desde 2014 (…) años después, cuando leí el texto de esta obra me di cuenta que sí lo era: el momento de volver a dirigir y saldar mi deuda con este brillante autor que tanto admiro”, agrega el director.

Blanca Lewin, en tanto, también considera una gran oportunidad trabajar con un relato de Loza. “Coincidentemente en la pandemia tomé un taller de dramaturgia con él, así que me siento muy honrada de poder interpretar un texto suyo del que sólo espero estar a la altura”, dice sobre lo que para ella implica un doble desafío pues se trata de la primera vez que protagoniza un monólogo. “El miedo a la locura es algo que ha habitado dentro de mí siempre, mucho más que a la muerte. Enfrentarse a ese miedo ha sido un lindo proceso.  Y de casualidad me he encontrado sincrónicamente con personas y literatura que me han abierto una ruta en ese camino”.

En el diseño escenográfico, Paulo optó por el talento del mítico Ramón López, quien aporta un sello diferenciador a la puesta en escena. “En los otros países, los montajes han sido muy realistas, o pasa en la cocina o en el cuarto del chico. A mí me llaman mucho la atención las cabezas, las mentes de estos dos personajes; la madre y el hijo. Y cuando conversé con Ramón, que para mí es un honor tenerlo a mi lado, ambos coincidimos en que hacer algo realista era romper con lo escrito por Santiago, entonces nos quisimos ubicar en la cabeza de estos personajes, sobre todo del hijo. La madre entra y sale de la mente del hijo porque son los miedos que entran y salen de su cabeza”, concluye el director.