
"¿Por
qué no acordamos una paz que suponga un regalo para el mundo?", dijo
el líder del Sur. También se vio buena voluntad del mandatario del Norte.
Los
líderes de las dos Coreas celebran hoy una histórica cumbre en la frontera, que
comenzó con un afectuoso apretón de manos y con un compromiso de
"sinceridad" para alcanzar la paz "como un regalo para el
mundo".
El
líder norcoreano, Kim Jong-un, cruzó a las 9.30 hora local la línea de
demarcación militar que separa Corea del Norte y Corea del Sur, para participar
en el primera cumbre en 11 años entre los dos países técnicamente en guerra.
Kim
se convirtió así en el primer líder norcoreano en pisar suelo del Sur desde que
en 1953 acabó la guerra entre las dos Coreas, un conflicto cerrado por un
alto el fuego pero no por un tratado de paz.
En
un primer encuentro lleno de simbolismo, el presidente surcoreano, Moon Jae
-in, recibió a Kim con un apretón de manos a través de la línea fronteriza y
ambos intercambiaron unas breves palabras para después cruzar juntos de nuevo
la divisoria hacia el Norte, cosa que hicieron sonrientes.
Al
inicio de la reunión en la que Moon y Kim se sientan con dos acompañantes cada
uno, el mariscal norcoreano dijo que quiere "iniciar un nuevo
capítulo" en las relaciones con el Sur, y afirmó que "no volverá
a suceder" que se incumplan acuerdos alcanzados anteriormente entre
los dos países.
El
dictador norcoreano destacó además su voluntad de lograr "la paz y la
prosperidad" en la península a través de una mejora de las relaciones
intercoreanas, y para ello apostó por "no tener que volver a la situación
anterior" de confrontación.
Kim
subrayó repetidamente su voluntad de dialogar "con sinceridad y
candidez" para lograr "buenas conversaciones y resultados", y
prometió que "la no implementación de lo acordado no volverá a
suceder", en una aparente alusión a acuerdos alcanzados entre ambos
países, como el de 1992 sobre desnuclearización de la península.
El
líder norcoreano bromeó incluso sobre el menú que compondrá el banquete que las
delegaciones compartirán y con una hipotética visita de Moon a Pyongyang.
Por
su parte, el jefe del Ejecutivo surcoreano dijo que ambos tienen "una
responsabilidad muy grande" y destacó la "gran expectación por parte
de todo el mundo".
"Quiero
agradecer de nuevo, estimado secretario general del Partido de los Trabajadores
(en referencia a Kim), el que haya aceptado reunirse conmigo. ¿Por
qué no acordamos una paz que suponga un regalo para el mundo?".
Moon
y Kim Jong-un se sentaron frente a frente en la mesa ovalada de dialogo junto a
dos acompañantes cada uno que han sido figuras clave en el acercamiento
intercoreano, en una reunión que comenzó a las 10.15 hora local y
que consta de dos rondas de conversaciones, de una hora y media cada una.
Por
parte norcoreana, a la izquierda de Kim se ha colocado su hermana, Kim Yo-jong,
encargada de propaganda y consejera indispensable para el mariscal por lo visto
en los últimos meses.
Ella
se convirtió en febrero en el primer miembro de la dinastía Kim en pisar suelo
surcoreano cuando viajó para estar en los JJOO de Invierno y poner en marcha
las frenéticas rondas de actividad diplomática que han deparado la convocatoria
de esta cumbre y de la que Kim tiene previsto mantener con Donald Trump en mayo
o junio.
A
la derecha del líder norcoreano se situó Kim Yong-chol, vicepresidente de la
Comisión Central del partido único norcoreano que también viajó recientemente
al Sur para fomentar el acercamiento.
Por
su parte, Moon Jae-in ha contado a su lado con su jefe de gabinete, Im
Jong-seok, y con el jefe del Servicio Nacional de Inteligencia (NIS), Suh Hoon,
viajó personalmente en marzo a Pyongyang y a Washington, donde se reunió con
Kim y Trump, respectivamente.
Se
espera que los temas principales sean la desnuclearización de la península, el
mantenimiento del diálogo bilateral y la paz permanente entre dos países
que continúan técnicamente enfrentados desde el final de la Guerra de Corea
(1953).
Tras
las reuniones los dos líderes firmarán un acuerdo y realizarán un anuncio, cuyo
formato dependerá enteramente del "contenido de dicho texto", según
explicó en la víspera la oficina presidencial surcoreana.
La
sede del encuentro es Peace House, un edificio construido en 1989 escenario de
varias reuniones intercoreanas (aunque nunca una cumbre) y acondicionado en los
últimos días, es un edificio con tres plantas, azotea y sótano operado por el
Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) surcoreano.
Fuente:
EFE