Por primera vez en su historia, una etapa del
Dakar ha transcurrido por Bolivia. Esta incursión en el altiplano, con los
3.700 metros de altitud del vivac para motos y quads situado en la localidad de
Uyuni, vendrá seguida de un nuevo recorrido por Bolivia este mismo lunes tras
la salida de la 8ª etapa, en el curso de la cual se atravesará la frontera y se
llegará a la meta en territorio chileno. El director del rally, Étienne
Lavigne, y el presidente Evo Morales han hecho hincapié en el éxito
espectacular de este acontecimiento novedoso en la historia del Dakar.
En el marco estricto y sobrio de la estructura de tela instalada en el
interior del cuartel del Regimiento de Infantería de Uyuni, el presidente de la
República de Bolivia, Evo Morales, y el director del Dakar, Étienne Lavigne,
han hecho un primer balance de la llegada de la prueba a suelo boliviano. Étienne
Lavigne ha destacado el éxito excepcional de esta primera jornada: “Me
falta la respiración, efectivamente, pero sobre todo me faltan palabras para
describir lo que ha pasado hoy aquí: 350.000 personas es una cifra
espectacular para esta edición, pero es que es espectacular para el conjunto de
la historia del Dakar”. Ese ambiente de fiesta en una pequeña localidad de
16.000 habitantes absolutamente engalanada, con todos los accesos abarrotados
por espectadores procedentes de todo el país, ha ofrecido la imagen de una
Bolivia entusiasta, abierta y bondadosa. Rara vez nos encontramos en el
Dakar con un país que muestre este fervor que, en palabras del presidente de la
República boliviana, ha transcendido a todos los estamentos de la sociedad.
Para Evo Morales, este primer día del Dakar en Bolivia ha sido “una
jornada deportiva, una jornada de integración, una jornada en la que Bolivia ha
sido el centro del mundo”. El presidente boliviano podía dar fe de estas
declaraciones, puesto que ha vivido este día del Dakar sobrevolando los últimos
kilómetros de la etapa para ver terminar a los primeros pilotos, justo antes de
descender hasta la línea de meta de la especial de hoy y constatar el
entusiasmo popular por la carrera. En Noel Mariaca, donde terminaba la
sección cronometrada, se concentraban varios millares de personas que, aun
blandiendo banderas bolivianas, animaban sin cesar a todos los pilotos que
hacían su aparición. El baño de multitudes de Evo Morales a la llegada de
los pilotos quedará como un momento único en la historia de la prueba.
En las callejuelas de la ciudad no cabía ni un alma, y las cuerdas
extendidas a lo largo de las aceras servían para mantener a la multitud a
cierta distancia del pódium y de los lugares por los que pasaban los
competidores. Uyuni ha dado un ejemplo absoluto de civismo deportivo; por
su parte, Evo Morales ha podido ver a un pueblo generoso y solidario que
animaba a todo el mundo. “He visto a mineros que venían de sus cooperativas,
he visto a indios con sus trajes tradicionales, he visto a todo un país
movilizado a través de todas sus instituciones, ¡he visto a un pueblo feliz! Esto
nunca lo olvidaremos”.