Dos bombas estallaron el lunes en las calles
congregadas cerca de la línea de meta del maratón de Boston, causando la muerte
de tres personas y heridas a más de 140 en una aterradora escena de vidrios
rotos, nubes de humo, pavimento manchado de sangre y extremidades desprendidas,
informó la policía de Boston.
Una persona familiarizada con la situación dijo a
The Associated Press que entre los muertos se encuentra un niño de ocho años.
La policía confirmó la muerte de tres personas en
las explosiones. Si bien no ofreció detalles, una persona que habló con un
amigo de la familia y conversó con la AP a condición del anonimato a fin de
proteger la privacidad de la familia, confirmó que el menor de ocho años es uno
de los fallecidos.
La fuente agregó que la madre y la hermana del
niño resultaron heridas mientras esperaban que el padre de familia terminara la
competencia.
Un funcionario de alto rango de inteligencia de
Estados Unidos indicó que otros dos dispositivos explosivos fueron desactivados
cerca de la meta del maratón. El funcionario habló a condición de mantener el
anonimato debido a que no estaba autorizado a revelar públicamente información
al respecto.
Ocho hospitales informaron que al menos 144
personas reciben atención médica. De ellas, al menos 17 de ellas en estado
crítico.
Los heridos presentan lesiones que van de cortes
y moretones a huesos fracturados y amputaciones. Muchas víctimas sufrieron
lesiones en la parte baja de las piernas y ruptura de tímpano.
"Esto es algo que no nunca había visto en
mis 25 años aquí... Tal cantidad de matanza entre la población civil. Esto es
algo que esperamos de la guerra", dijo Alisdair Conn, jefe de servicios de
emergencia del Hospital General de Massachusetts.
El médico Richard Wolfe, jefe del departamento de
emergencias del Centro Médico Diaconisa Beth Israel, dijo que uno o dos de los
pacientes del hospital enfrentan una "alta probabilidad de
fallecimiento".
Tras los estallidos, las autoridades entraron en
la ruta para sacar a los heridos, mientras que los rezagados en la carrera de
42 kilómetros (26 millas) fueron redirigidos lejos de la zona. Cerca de 23.000
competidores participaron en el maratón.
"Empezaron a trasladar a personas sin
extremidades", dijo el corredor Tim Davey, de Richmond, Virginia. Davey
agregó que él y su esposa, Lisa, trataron de evitar que sus hijos atestiguaran
la sangrienta escena, pero "ellos vieron mucho".
Competidores y voluntarios gritaban al alejarse
del caos. Espectadores ensangrentados eran llevados a una tienda médica que
había sido establecida para lidiar con corredores agotados.
"Hay personas muy ensangrentadas", dijo
Laura McLean, una corredora de Toronto que estaba en la tienda médica
recibiendo atención por deshidratación cuando fue desalojada para dar cabida a
las víctimas de las explosiones. "Los estaban llevando a la tienda
médica".
Un incendio se registró en la biblioteca John F.
Kennedy a varios kilómetros (millas) de distancia y más de una hora después de
las primeras detonaciones. El jefe de la Policía, Edward Davis, dijo que no se
reportaron heridos en ese incidente, causado por un dispositivo incendiario y
al parecer sin relación con las explosiones.
La Armada de Estados Unidos ha enviado a Boston a
tres integrantes de una de sus unidades de detonación controlada para ayudar a
las autoridades locales en lo que sea necesario.
La policía local investiga las explosiones y
también revisa otras bolsas y paquetes que podrían haber pasado inadvertidos.
El Pentágono informó que ningún otro personal
activo de tareas militares ha sido enviado al lugar, si bien soldados de la
Guardia Nacional ya se hallaban en el sitio de las explosiones. El Departamento
de Defensa no ha elevado el nivel de amenaza en las instalaciones militares del
país.
El presidente Barack Obama prometió horas después
que los responsables "sentirán todo el peso de la ley".
Un funcionario de la Casa Blanca que habló bajo
el anonimato porque la investigación sigue en curso dijo que el ataque está
siendo tratado como un acto terrorista.
Las autoridades no han dado información sobre el
posible motivo o quién habría perpetrado el ataque en uno de los maratones de
mayor prestigio en el mundo, y la Policía ha indicado que no hay sospechosos
detenidos. El gobierno en Washington señaló que aún ningún grupo ha asumido la responsabilidad
de las explosiones.
Las explosiones en la competencia sucedieron casi
de manera simultánea y aproximadamente a 91,4 metros (100 yardas) de distancia
una de la otra, derribando a los espectadores y al menos a un corredor,
destrozando ventanas y generando densas nubes de humo sobre las calles.
Uno de los corredores era el policía estatal de
Smithfield, Rhode Island, Roupen Bastajian.
Dijo que las explosiones causaron que decenas de
personas perdieran extremidades. Bastajian, de 35 años, recién había terminado
la carrera al momento de escuchar las explosiones.
"Empecé a correr hacia la explosión. Y había
gente por todo el piso", describió. "Empezamos a hacer torniquetes en
las piernas. Mucha gente amputada... Al menos de 25 a 30 personas habían perdido
una pierna o el tobillo o dos piernas".
Unas dos horas después de que los ganadores
cruzaran la meta, hubo una fuerte explosión en la parte norte de la calle
Boylston, poco antes del lugar de las fotos que demarca la línea de meta. Otra
explosión pudo escucharse unos cuantos segundos después.
Las detonaciones se registraron aproximadamente
cuatro horas después de haber iniciado la carrera. Para entonces, más de 17.000
corredores habían cruzado la meta, pero miles más seguían recorriendo el
trayecto.
Un policía de Boston fue sacado del lugar en
silla de ruedas con una herida sangrante en la pierna.
"Hay muchas personas heridas", dijo un
hombre, cuyo número 17528 le identificaba como el corredor Frank Deruyter, de
Carolina del Norte. El hombre no estaba herido, pero trabajadores del maratón
llevaban a una mujer, que no parecía ser una corredora, con la pierna
ensangrentada a un área médica mientras salía sangre de su pierna.
Hubo humo que se elevó desde el lugar de las
explosiones, y se desplazó entre las banderas que flanquean la ruta de uno de
los maratones más antiguos y prestigiosos del mundo.
Imágenes de video tomadas desde helicópteros
mostraban manchas de sangre en el pavimento de la popular zona turística y
comercial conocida como Back Bay.
Cherie Falgoust esperaba a su esposo, quien
competía en el maratón.
"Estaba esperando a mi esposo en cualquier
momento", dijo. "No sé qué es este edificio... sólo explotó. Se oyó
un gran estallido y luego había vidrios en todas partes. Algo en mi cabeza. No
sé qué era. Nada más me agaché".
Los corredores que no habían terminado la carrera
fueron desviados por la Avenida Commonwealth hacia una zona de reunión
familiar, de acuerdo con un plan de emergencia que se implementó.
Bruce Mendelsohn se encontraba en una fiesta
posterior a la carrera en un edificio de oficinas justo arriba del lugar de las
detonaciones al momento en que una explosión lo derribó al piso.
"Hubo como un destello, luego un estruendo
enorme. La explosión me tiró del sillón al piso", dijo.
Mendelsohn, ex médico del Ejército
estadounidense, corrió hacia el exterior y halló sangre, vidrio y escombros por
todos lados y empezó a presionar heridas "espantosas".
"Esto es más parecido a Bagdad y Bombay que
a Boston", dijo Mendelsohn, que trabaja en el Instituto de Tecnología de
Massachusetts. "Fue bastante aterrador".
La Administración Federal de Aviación (FAA, por
sus siglas en inglés) creó una zona de exclusión de vuelo sobre el lugar de las
dos explosiones y ordenó que los vuelos con destino el Aeropuerto Internacional
Logan, de Boston, permanezcan en tierra en los aeropuertos de todo el país.
Aproximadamente una hora después de las
explosiones, la FAA emitió un aviso a los pilotos sobre la creación de una zona
de exclusión de vuelos de un radio de 5,63 kilómetros (3,5 millas) sobre el
número 811 de la calle Boylston. La zona luego fue reducida en un aviso
posterior a un radio de 3,7 kilómetros (2.3 millas). La zona se limita a vuelos
debajo de los 914,4 metros (3.000 pies) de altura, las que es muy inferior a la
que vuelan la mayoría de las aerolíneas excepto cuando aterrizan o despegan.
Por la noche, el FBI anunció en Boston que se
haría cargo de la investigación de las explosiones.
La agencia hizo el anuncio en una conferencia de
prensa en la que participó Richard DesLauriers, el agente a cargo del FBI en
Boston.
El FBI busca información, imágenes o detalles
sobre las explosiones a lo largo de la ruta del maratón y en otras zonas de la
ciudad.