domingo, 21 de agosto de 2016

Adiós Río de Janeiro, nos vemos en Tokio 2020

Los Juegos Olímpicos se despiden con la resaca del oro de la Canarinha y las lágrimas resecas de 200 millones de personas, que lloraron cuando su estrella les entregó su medalla más importante. Horas después, su voleibol completó la fiesta antes de que el Carnaval ocupara el Maracaná.
A nadie le importa ya en Brasil que su país ocupe el decimotercer puesto del medallero, a la altura de Jamaica, Kenia o Croacia.
Porque los Juegos de Rio serán los Juegos de Usain Bolt, Michael Phelps, Simone Biles… y de Neymar.
Carnaval en fin de fiesta 
Con un espectáculo carnavalesco, Río de Janeiro despide el domingo los primeros Juegos Olímpicos realizados en Sudamérica. Y aunque habrá brasileños que sientan “saudade”, muchas personas respirarán aliviadas cuando se extinga la llama del pebetero.
La ceremonia de clausura comenzó con la cuenta regresiva, marcada por un reloj de pulsera como el que usó Alberto Santos Dumont, el brasileño considerado además pionero de la aviación y homenajeado en el espectáculo. Los brasileños afirman que un amigo de Dumont ideó ese tipo de reloj para que el aeronauta pudiera ver la hora mientras operaba su avión.
Tal como lo hizo en la ceremonia inaugural hace más de dos semanas, Brasil apeló de nuevo a su música como carta credencial para conmover al mundo. Un frenético ritmo de Sambódromo marcó la entrada de un grupo de bailarines con trajes multicolores.

A la manera de una bandada de papagayos, formaron en la cancha del Maracaná las siluetas de lugares emblemáticos de Río, como el Pan de Azúcar y los Arcos da Lapa. El cantautor popularMartinho da Vila interpretó después “Carinhoso”, un viejo tema de 1917.
Los primeros Juegos efectuados en un país latinoamericano, los de México 1968, ilustraron que esa nación era capaz de sacar adelante un suceso de esta envergadura, pero quedaron marcados por la matanza de estudiantes, cometida apenas 10 días antes de la ceremonia inaugural.
La secuela latinoamericana en Río no podrá relatarse dentro de años sin hacer mención a los sobresaltos por los que pasó su organización o a la crisis política y económica que castiga al país desde meses antes de que fuera anfitrión del mundo.
Como un simbólico capricho meteorológico, los nubarrones negros cubrieron Río de Janeiro desde las horas previas a la inauguración. Un viento intenso soplaba en el Maracaná, meneando las tramoyas donde están emplazadas las luces y haciendo que cayera con estrépito al menos una valla de seguridad en la entrada del famoso estadio.
Mientras tanto los atletas olímpicos sonríen, bailan y se toman “selfies” mientras ingresan a la cancha del Maracaná para presenciar la ceremonia de clausura de Río 2016.
Encabezados por los griegos, los deportistas de 206 delegaciones, incluida la primera de refugiados en la historia, han llegado al festejo dominical.
Hay medallistas de oro entre los agasajados, incluida la gimnasta estadounidense Simone Bilesy la atleta sudafricana Caster Semenya.
Isaquias Queirez dos Santos, quien ganó dos platas y un bronce en el canotaje por Brasil, es el abanderado de esa nación.
Mientras entraban los deportistas al estadio, un grupo de reconocidos DJs hacía resonar una música de ritmo frenético, que puso a bailar a varios en sus asientos.
Los organizadores de Río 2016 tuvieron que desafiar incluso al clima.
La premiación del Maratón
Como es una costumbre en cada Clausura de los Juegos Olímpicos, la última premiación de la justa veraniega es para la prueba de maratón, así que el Himno Nacional de Kenia se escuchó hoy en el estadio Maracaná.
Tomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), fue el encargado de repartir las medallas a los primeros lugares de la última prueba del atletismo en Río 2016.
El keniata Eliud Kipchoge fue el vencedor y acreedor a la presea del oro, seguido del etíope Feyisa Lilesa (plata) y el estadunidense Galen Rupp (bronce).
Cabe recordar que el maratón es una competencia emblemática, la única que se disputa desde la creación de los Juegos Olímpicos en la época antigua.
Adios Río; Hola Tokio
Más tarde, Río hizo entrega de la bandera olímpica a los representantes de Tokio, la ciudad que albergará los Juegos en 2020.
Si Río apeló a la tradición para apuntalar sus ceremonias. Toko prometió desde ahora que su emblema será la modernidad.
Presentó un espectáculo de luces, bailarines y videos en los que aparecieron lo mismo el primer ministro Shinzo Abe que la gatita Kitty y el personaje de videojuegos Mario.
Tras los discursos de Bach y Paes, la llama se apagó, y el gran compromiso que debió cumplir la ciudad brasileña quedó atrás.
La tormenta política y económica no se disipará tan pronto. Por eso, los principales políticos del país han preferido ausentarse de la ceremonia de clausura.
Abucheado en la ceremonia inaugural, el mandatario interino de Brasil, Michel Temer, prefirió no asistir al fin de fiesta. Tampoco está la presidenta Dilma Rousseff, separada temporalmente del cargo para enfrentar un juicio político por supuestas irregularidades en la gestión del presupuesto público.
Así, un festejo que suele servir de escaparate para los gobernantes del anfitrión, se ha quedado con esos puestos vacíos en el palco de honor. Pero tiene la música y alegría de los brasileños, y con eso basta.
Los números de los Juegos Olímpicos de Río 2016
-87 comités olímpicos nacionales han logrado medalla, incluido el grupo de Deportistas Independientes. Récord con uno más que en Pekín 2008.
– 59 lograron al menos un oro, tres más que en Atenas 2004. 10 de ellos consiguieron su primer oro, de ellos tres consiguieron la primera medalla de su historia: Kosovo (judo), Jordania (taekwondo) y Fiyi (rugby a 7)
– Gran Bretaña es el primer país que gana más medallas cuatro años después de ser anfitrión de los Juegos. En Río sumó 67 medallas, dos más que en 2012.
– Estados Unidos sumó 121 metales, su mejor marca fuera de casa.
– El medallista más joven fue el chino Ren Qian, campeón de plataforma 10 metros de salto de trampolín con 15 años y 180 días.
– El medallista más veterano fue el británico Nick Skelton, que se impuso en el concurso individual de saltos (hípica) con 58 años y 233 días.
– La tiradora estadounidense Kimberly Rhode se unió al exclusivo grupo de atletas que ganan una medalla en seis diferentes Juegos Olímpicos. En Río fue bronce en foso.
–Por otra parte, la página oficial de los Juegos Olímpicos obtuvo 25 millones de visitas durante las dos semanas.
–3, 200 horas de transmisión televisiva.
–50% de la población mundial vio los juegos y el 90% de brasileños los disfrutaron.
–2.5 billones de streaming se descargaron. 
Brasil cumplió… a medias
Las advertencias a los viajeros olímpicos parecían sacadas de un manual de supervivencia: no toque el agua contaminada, cuidado con los mosquitos, ojo con el crimen. Pero más allá de algunos incidentes sin consecuencias graves, la justa fue principalmente una fiesta de 17 días, si bien con bastantes menos visitantes de lo que esperaban los organizadores.
En medio de su peor recesión en décadas, Brasil tuvo que montar el espectáculo con enormes recortes presupuestarios. Aunque no afectaron las pruebas deportivas, se sintieron en la reducción de voluntarios, la ausencia de material promocional en la ciudad y otros detalles de logística. Hasta hubo problemas con el agua de las piscinas de clavados y waterpolo, que súbita e inexplicablemente se tornó verde en medio de las competencias, y muchas sedes estuvieron medio vacías.
“Ha sido difícil”, comentó el vicepresidente del COI, John Coates. “Para ser justos, en parte se debe a la situación económica y política que impera”.
Los organizadores vendieron la idea de que uno de los legados de la justa sería la limpieza de los cuerpos de agua de la ciudad, especialmente la Bahía de Guanabara. Desde hace meses fue evidente que esa meta no se lograría, y los vecinos de Río terminan los Juegos tal como los empezaron: con un deficiente sistema de aguas residuales y rodeados de cloacas.
Al menos cumplieron con la construcción de una extensión del metro que conecta el centro de Río con el suburbio de Barra da Tijuca, donde se ubicó el Parque Olímpico, y con la restauración de una zona portuaria que estaba en el olvido. Después de varios retrasos y sobregiros, la nueva línea fue inaugurada unos pocos días antes del inicio de los Juegos a un costo de 3.000 millones de dólares, 25% más de lo que originalmente se presupuestó.
La cuenta total de los Juegos fue de unos 12.000 millones, entre fondos públicos y privados.
“En Brasil hacemos las cosas a lo latino, lo que a veces enloqueció a algunos miembros del COI”, señaló el alcalde de Río, Eduardo Paes. “Si quieren ser justos con Río, no pueden compararnos con Tokio, Chicago o Madrid. Esas son ciudades con mucha mejor infraestructura, en países desarrollados. Comparen a Río con Río”.
Rumbo a Tokio 2020
Los Juegos de 2020 serán en la capital de Japón, y desde ya se avisaron algunos problemas por sus costos.
El presupuesto que presentó el comité organizador fue de 350.000 millones de yenes (3.500 millones de dólares), pero esa cifra parece una broma. Tan solo el costo del Estadio Olímpico ya alcanzaba los 1.000 millones, antes de que los organizadores decidieran romper los planes y empezar de cero.
El costo del estadio de todas formas será cerca de 50% más caro que el cálculo original, y la fecha de conclusión de la obra fue fijada para noviembre de 2019.
“No creo que se puedan relajar”, advirtió Coates, el miembro del COI que dirige el equipo inspector. “Hay algunos problemas grandes, incluso para Tokio”.

Fuente: Agencias EFE, AFP y AP