Vanderlei Cordeiro
de Lima, bronce olímpico en maratón en los Juegos de Atenas 2004, ha encendido
el pebetero de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, desatando un
hermoso juego de luces y fuegos pirotécnicos que alumbraron el Maracaná para
dar fin a la ceremonia inaugural.
Lima perdió una
probable medalla de oro en aquellos Juegos cuando, yendo en cabeza de la
prueba, fue abordado y empujado contra el público por un espectador.
La Llama Olímpica
entró en Maracaná de la mano del tenista Gustavo Kuerten, tres veces ganador de
Roland Garros (1997, 2000 y 2001) y ex número uno mundial, que se la pasó a la
baloncestista Hortencia, plata en Atlanta’96. Ella se la dio a Lima.
Magna inauguración
Música, historia y
belleza, fue la gala de Inauguración de los Juegos Olímpicos, como era de
esperarse de un país como Brasil. Y entre un alucinante remolino de colores, la
ceremonia de apertura en Río de Janeiro dejó un mensaje de hermandad y
conciencia ecológica en una nación que los necesita más que nunca.
Desde la selva
amazónica hasta la “Chica de Ipanema” personificada por la supermodelo Gisele
Bundchen, el espectáculo en el estadio Maracaná recorrió el amplio espectro de
la historia de Brasil, un país tan rico en recursos e historia como plagado de
desigualdad y pobreza.
En el palco de
honor, el líder olímpico Thomas Bach observaba acompañado por el presidente
interino Michel Temer, un recordatorio de la crisis política por la que
atraviesa el país y que amenaza con desbancar a la mandataria Dilma Rousseff.
Mientras, cerca del estadio, algunos manifestantes chocaron con la policía
durante protestas contra unos Juegos que arrancan precedidos por la peor
recesión del país desde la década de los 30, escándalos de corrupción y
problemas de contaminación del agua.
Los directores del
show, entre los que figura el cineasta Fernando Meirelles, echaron mano de la
inagotable cantera de ritmos brasileños para pintar un lienzo de bossa nova,
samba y funk. Daniel Jobim interpretó al paso de Gisele la canción “La Chica de
Ipanema” compuesta por su abuelo Tom Jobim, quizás la melodía más emblemática
de este país.
Acto seguido,
chicos y chicas vestidos de blanco se contorsionaron en un escenario en forma
de favela al ritmo del funk, el ritmo más popular en los barrios humildes de
Río y el resto del país. El público se sumó a la celebración al entonar a
capela la canción “País Tropical” de Jorge Ben.
El capítulo
dedicado a la historia brasileña repasó la génesis misma de los bosques
tropicales del país, la colonización portuguesa y posteriores 400 años de
esclavitud negra, y el nacimiento de algunas de las metrópolis.
Después del
festejo, viene la resaca. En este caso, un sobrio mensaje sobre los efectos del
calentamiento global, con imágenes aéreas de algunas de las principales
ciudades del planeta y simulaciones digitales del avance de las aguas sobre la
tierra a medida que se derriten las capas polares. Mientras se iluminaba la
tarima de líneas verdes para simbolizar la reforestación del planeta, las
actrices Judi Dench y Fernando Montenegro leyeron un poema del autor brasileño
Carlos Drummond de Andrade con un mensaje de esperanza para el futuro.
El calentamiento
global, el deshielo de los polos y la subida del nivel del mar se colaron en la
celebración, con una llamada a poner remedio y el recuerdo de que hay
soluciones, como la que Río 2016 encomendó de manera simbólica a los atletas:
la siembra de una semilla que crecerá en el parque olímpico de Deodoro.
Terminado el espectáculo
artístico, fue el momento de los verdaderos protagonistas de los Juegos. Los
atletas.
Como es la
tradición por tratarse del país donde nacieron las olimpiadas, Grecia encabezó
el desfile de más de 10 mil 500 deportistas de 205 países, además de una
delegación de atletas independientes y, por primera vez, un equipo de 10
refugiados de países en conflicto desfilaronn bajo la bandera olímpica.
Caetano Veloso y Gilberto Gil
Dos leyendas vivas
de la canción brasileña, Caetano Veloso y Gilberto Gil y el estruendo de la
samba de las escuelas de samba del Carnaval pusieron hoy el colofón a la fiesta
musical de inauguración de los Juegos Olímpicos.
Caetano y
Gilberto, acompañados de la cantante Anitta, interpretaron uno de los mayores
clásicos de la samba “Isso Aqui, o que É?”, justo después de los discursos, la
inauguración de los Juegos y los juramentos de los atletas.
A continuación,
las doce escuelas de samba dieron rienda suelta al ritmo frenético de la
percusión que caldea todos los años el Carnaval y que puso en pie al público e
hizo bailar a algunas delegaciones de deportistas, en especial a la brasileña.
Mientras, cientos
de bailarines disfrazados convirtieron el Maracaná en una suerte de
“sambódromo”, aunque la famosa pasarela de la samba durante los Juegos ha sido
convertida en la sede del tiro con arco y en la meta del maratón.
El colofón de la
fiesta se produjo justo antes de la llegada de la llama olímpica al estadio.
Keino recibe el laurel olímpico
El keniano Kip
Keino, doble campeón olímpico de atletismo en 1968 y 1972, ha sido galardonado
durante la ceremonia inaugural de los Juegos de Río con el Laurel Olímpico.
Es una nueva
distinción creada por el COI para premiar a personas destacadas por su
contribución a la cultura, la educación y la paz mediante el deporte.
El presidente del
COI, el alemán Thomas Bach, hizo entrega del trofeo a Keino ante los 10.000
deportistas y 70.000 espectadores reunidos en Maracaná.
“Me siento
extremadamente honrado”, dijo Keino, que invitó a los presentes a unirse a él
en la promoción de la educación entre los jóvenes”.
Keino, actualmente
presidente del comité olímpico de su país y miembro del COI, abrió tras su
retirada del atletismo un hogar para niños en el que viven hoy más de 100
huérfanos.
También creó la
Escuela Kip Keino, en la que reciben educación 300 niños que no tenían acceso a
ningún centro de enseñanza.
Además, organizó
un campamento de alto rendimiento para las promesas del atletismo keniano.
El Laurel Olímpico
se entregará a partir de ahora en cada ceremonia de inauguración de los Juegos.
La base del trofeo
es una piedra traída desde Olimpia, cuna de los Juegos.
Abucheos a Temer
El presidente
interino de Brasil, Michel Temer, escuchó hoy un sonoro abucheo durante la
ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.
“Después de este
maravilloso espectáculo, quedan inaugurados los Juegos de la XXXI Olimpiada”
dijo Temer, que fue respondido con un contundente abucheo que sacudió el
Maracaná y con gritos de “Fora Temer”.
La protesta fue
acallada de inmediato por la música y por una batería de fuegos artificiales
que permitieron recuperar el tono festivo de la ceremonia inaugural.
Dada la crisis
política que vive Brasil, los organizadores extremaron las precauciones para
evitar sorpresas desagradables que pudieran “aguar” la fiesta.
Temer, presidente
interino de Brasil desde el pasado mayo, no fue nombrado al inicio de la
ceremonia, como es habitual, tras una jornada marcada por las protestas en Río
y en Sao Paulo.
Celebraciones previas
Los titulares que
salen de Brasil desde hace meses son dignos de plagas bíblicas: mosquitos que
transmiten un virus capaz de provocar enfermedades congénitas, aguas
contaminadas con todo tipo de microbios, la peor recesión en casi un siglo y
hasta un juicio político que dejó suspendida a la Presidenta del país.
Años de
preparativos, expectativa, escándalos y polémica llegan a su culminación cuando
los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro sean inaugurados este viernes en el
estadio Maracaná. Y si la historia reciente sirve como indicativo, los
brasileños presentarán una fiesta por todo lo alto que hará olvidar, al menos
por 17 días, todas las preocupaciones.
Los primeros
Juegos Olímpicos en Sudamérica finalmente quedarán inaugurados con una
ceremonia en el mismo estadio que albergó la final de la Copa del Mundo hace
dos años. Ese torneo también fue precedido por retrasos en las obras, temor por
manifestaciones y todo tipo de pronósticos pesimistas, y terminó siendo una
fiesta de un mes, incluso a pesar de la humillación del país anfitrión en las
semifinales.
“No le doy mucha
importancia a lo que dicen las noticias internacionales”, comentó Germán
Barbero, un profesor argentino de educación física que ahorró durante dos años
para acudir a los Juegos. “Si es por la noticia te quedas en tu casa. Te agarra
pánico y te encierras”, agregó el turista de 30 años en su vuelo desde Buenos
Aires a Río de Janeiro.
“Este tipo de
evento entusiasma a todos y le dan la oportunidad a la humanidad de hacer bien
las cosas”, agregó. “Han pasado cosas en los Juegos Olímpicos, pero estamos
apostando a unos juegos buenos”.
Las sedes están
listas desde hace semanas y, a pesar de algunas quejas iniciales por
desperfectos en la villa olímpica, las delegaciones llegaron en los últimos
días y en general quedaron satisfechas con los preparativos.
Todavía se
desconoce quién encenderá el pebetero, aunque Pelé deslizó que le ofrecieron participar
del acto, en las últimas horas reveló que le será imposible asistir por motivos
de salud. Después de la ceremonia, la llama será movida a la renovada zona
portuaria ya que el Maracaná sólo será utilizado para las instancias finales
del futbol. El Estadio Olímpico, también conocido como el Joao Havelange, será
el escenario de las pruebas de atletismo que usualmente son el pulso de los
Juegos.
Sin duda, la
ceremonia tendrá la música y colorido que caracterizan a un país que se rige
por la filosofía del “jeitinho”, una manía de dejarlo todo para lo último, para
al final salir airoso por medio del ingenio y viveza.
“La ceremonia (de
apertura) de Atenas fue clásica, la de Beijing fue grandiosa, fue musical. La
de Londres fue bastante inteligente”, dijo el director creativo de la ceremonia
de Río, Fernando Meirelles. “Nosotros vamos a ser ‘cool”.
Como si fueran
pocos los problemas del país organizador, el COI lidia con el dolor de cabeza
del escándalo de dopaje de Rusia, que probablemente seguirá machacando durante
los Juegos.
Apenas 24 horas
antes de la ceremonia inaugural, el COI confirmó que habrá 271 competidores
rusos en todo tipo de disciplinas, menos atletismo, ya que todo el equipo de
pista y campo fue vetado por la federación internacional de esa disciplina por
un caso de dopaje masivo.
En total, unos 10
mil 500 deportistas competirán en 28 deportes, incluyendo a leyendas como
Michael Phelps y Usain Bolt, que disputan sus últimos Juegos con la esperanza
de embolsar más medallas a sus colecciones de oro.
Los competidores
de las pruebas náuticas pondrán a prueba las aguas de la Bahía de Guanabara y
la Laguna Rodrigo de Freitas, cuyas aguas están altamente contaminadas con
materia fecal.
Más allá de
algunos incidentes durante el relevo de la antorcha, hasta ahora no se han
producido manifestaciones masivas en contra de los Juegos, aunque los
brasileños, y especialmente los cariocas, empezarán a sentir la resaca de la
cuenta de unos 12 mil millones de dólares que tendrán que pagar tan pronto el
COI empaque las maletas y enfile hacia Tokio, la sede de 2020.
El temor por el
brote del virus del zika, transmitido por la picada de un mosquito y vinculado
a casos de microcefalia, también parece haber pasado a un segundo plano, y más
allá de los omnipresentes frascos de repelente, los deportistas, funcionarios y
visitantes parecen más preocupados por disfrutar la fiesta que se avecina.
“Por fin la gente
empieza a sentir el espíritu olímpico”, comentó Ilene Pessoa, una
administradora universitaria que vive en el barrio Copacabana de Río. “Las
miradas del mundo están posadas en nosotros”.
Menos de veinte jefes de estado estuvieron presentes
Un total de 36
altas autoridades, entre las que destacan menos de una veintena de jefes de
Estado o de Gobierno, participó en la recepción ofrecida por el Presidente
interino de Brasil, Michel Temer, a los mandatarios que asistirán a la
ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos Río 2016.
Se trata de un
número muy inferior al casi centenar de jefes de Estado o de Gobierno que prestigió
la inauguración tanto de los Olímpicos de Londres 2012 como de los de Pekín
2008.
De los
sudamericanos tan sólo acudieron a la inauguración de los primeros Juegos
Olímpicos de Sudamérica los Presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y de
Paraguay, Horacio Cartes, de acuerdo con la lista suministrada por la
cancillería brasileña.
El Ministerio de
Relaciones Exteriores descartó que el bajo número de altas autoridades
estuviese relacionado con la situación interina de la presidencia brasileña.
Rousseff,
responsable de gran parte de los preparativos para los Olímpicos, fue invitada
a la ceremonia pero descartó asistir por considerar que, tras haber sido una de
las protagonistas, no puede acudir ahora en una condición de secundaria.
Lo mismo alegó el
padrino político y antecesor de Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva, el
Presidente de Brasil que convenció en 2009 a los miembros del COI de concederle
la candidatura olímpica a Río.
Entre los
mandatarios que asistieron a la inauguración destaca el Presidente de Francia,
François Hollande, que encabeza una delegación gala dispuesta a hacer un fuerte
cabildeo por la candidatura de París para celebrar los Olímpicos de 2024.
El mismo propósito
tienen el Presidente de Hungría, János Áder, quien defenderá la candidatura de
Budapest, y el Primer Ministro de Italia, Matteo Renzi, representante de Roma,
en tanto que las aspiraciones de Los Ángeles quedarán en las manos del
secretario de Estado de EU, John Kerry, que representará a Barack Obama.
Otras autoridades
que llegaron a Río para prestigiar los Olímpicos fueron el secretario general
de la ONU, Ban Ki-moon, y la directora de la Organización Mundial de la Salud,
Margaret Chan.
Entre los grandes
ausentes, además de Obama, destacaron los jefes de Estado de Rusia, China e
India, grandes economías emergentes y socios estratégicos de Brasil en el foro
BRICS.
En Río también se
sintió la ausencia de la canciller alemana, Ángela Merkel, una de las más
entusiasmadas visitantes de Brasil cuando el país organizó el Mundial de futbol
de 2014.
Pese a que no
participó en la inauguración, se espera que el primer ministro de Japón, Shinzo
Abe, acuda a la clausura para recibir el relevo, pues Tokio organizará los
Olímpicos de 2020.
Las protestas perturban celebraciones
Las pocas y aisladas
protestas realizadas por movimientos sociales brasileños en momentos en que el
país está en la mira de todo el mundo prácticamente no incomodaron la ceremonia
inaugural de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y ni se aproximaron al
legendario estadio Maracaná.
Una de las dos
grandes manifestaciones, convocada por movimientos que se oponen al Presidente
interino de Brasil, Michel Temer, reunió a unas 3 mil personas en la playa de
Copacabana, y la otra, con militantes contrarios a los Juegos, tan sólo atrajo
a unas 500 personas a una plaza ubicada a unos dos kilómetros del Maracaná,
escenario de la ceremonia inaugural.
Los segundos
fracasaron en su intento de marchar cerca del estadio y pasaron desapercibidos
entre las 80 mil personas reunidas en el templo del futbol brasileño, mientras
que los primeros tan sólo consiguieron que los organizadores cambiaran el
recorrido de la antorcha olímpica.
La escasa
movilización, el bajo ruido y la poca atención que despertaron en la prensa
brasileña contrastaron con las movilizaciones previas a la Copa de las
Confederaciones de 2013 y al Mundial de futbol Brasil 2014, que llegaron a
poner en jaque a las autoridades de diferentes ciudades.
Las protestas de
entonces movilizaron a millones de brasileños en cientos de ciudades que marcharon
contra la corrupción, un aumento en las tarifas de autobuses y el uso de
recursos públicos en la construcción de millonarios estadios de futbol.
“No habrá
Mundial”, era el grito en la época de los militantes en decenas de protestas
que terminaron con violentos choques con la policía, centenas de detenidos y
heridos, y cuantiosos daños en edificaciones, vehículos y mobiliario público.
El plan para
garantizar la seguridad de los Olímpicos, reforzado tras los atentados
terroristas de las últimas semanas en Europa y Oriente Medio, es el mayor ya
desplegado por Brasil para un evento, ya que movilizó a 88 mil personas, entre
policías, guardias y militares, de los que 41 mil son miembros de las Fuerzas
Armadas.
Pese a ese
despliegue, la manifestación contra Temer en Copacabana, la playa más
emblemática de Brasil, obligó al Comité Organizador de Río 2016 a cambiar el
recorrido de la antorcha olímpica pocas horas antes de la inauguración de los
juegos.
Los militantes de
movimientos sociales, sindicatos y partidos políticos que participaron en la
protesta bloquearon las seis pistas de la avenida que bordea la playa de
Copacabana, por la que pasaría la antorcha en su camino hacia el Maracaná.
Para evitar un
choque entre los manifestantes y la caravana que acompaña la antorcha olímpica,
los responsables por el mayor símbolo olímpico cambiaron a última hora su
recorrido y prefirieron pasar por las calles internas de Copacabana.
Los manifestantes,
partidarios del Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva y
de la Presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, marcharon por la Avenida
Atlántica para protestar contra Temer y un Gobierno que califican como
“golpista”.
Fuente: AP / EFE