El presidente de Chile, Sebastián
Piñera, promulgó este jueves la ley que declara imprescriptibles ante la
Justicia los delitos sexuales contra niños y adolescentes.
"A partir de hoy, el paso del
tiempo no será nunca más un cómplice de los abusadores de nuestros niños, ni un
aliado de la impunidad (...) la responsabilidad de los que abusan de nuestros
niños será imborrable, igual como es imborrable el dolor que ellos
causaron", dijo Piñera en un acto en la sede del Ejecutivo.
Antes de la promulgación de la nueva
legislación, los delitos sexuales contra menores de edad tenían un plazo de
prescripción de entre 5 y 10 años desde que la víctima alcanzaba la mayoría de
edad si esta no presentaba una denuncia, algo que ocurre muy a menudo.
"Todos sabemos que denunciar un
abuso sexual es algo muy difícil, especialmente para aquellos que sufrieron los
abusos sexuales durante su niñez o su adolescencia", señaló Piñera, quien
añadió que muchas víctimas consiguen el valor y la fuerza para denunciar muchos
años después de haber sufrido los abusos y con ayuda de profesionales.
La ley no tendrá carácter retroactivo,
un asunto que generó un arduo debate legislativo durante la tramitación del
proyecto en el Congreso.
El presidente aseguró que entre 2015 y
2018 las denuncias de abuso sexual aumentaron un 33 % y el año pasado superaron
las 10.000, aunque esas cifras están lejos de mostrar la magnitud real del
problema.
Según una estimación de la Fiscalía
chilena citada por Piñera, por cada víctima de abuso sexual que presenta una
denuncia, hay otros siete menores de edad que también fueron abusados y no lo
denunciaron.
"El silencio se debe al miedo, a
la culpa, a la vergüenza, a los traumas, al sufrimiento y también al abuso de
poder, porque detrás de los abusos sexuales muchas veces hay abusos de poder,
manipulación, redes de encubrimiento", dijo el mandatario.
Piñera lamentó que a las víctimas que
deciden dar el paso de denunciar los abusos, el proceso penal posterior las
lleva a "revictimizarse", un factor que incide en que muchas veces
prefieran no acudir a la Justicia.
El presidente agradeció al Congreso por
la rápida aprobación del proyecto y tuvo un gesto especial con James Hamilton y
Vinka Jackson, dos representantes de la sociedad civil que colaboraron
activamente en la elaboración de la ley.
Hamilton es uno de los denunciantes del
sacerdote Fernando Karadima, protagonista de uno de los casos de abusos
sexuales cometidos por miembros del clero más mediáticos y destacados.
Jackson, por su parte, es psicóloga,
escritora y activista por los derechos de la infancia que, además, fue víctima
de abusos cuando era una niña.
Piñera les dio las gracias por
"hacer avanzar" a un país que, subrayó, sigue en deuda con las
víctimas.
"No supimos escuchar a tiempo y
con la fortaleza las denuncias, los gritos de angustia y de desesperación que
tardaron tanto tiempo en permitir a nuestra sociedad tomar conciencia, que se
refleja hoy día con la promulgación de esta ley", sostuvo.
La nueva legislación también impide que
prescriban las acciones judiciales civiles para perseguir la responsabilidad de
los cómplices y los encubridores de los abusos, no solo a los responsables
directos de los delitos.
Solamente en los casos conocidos en el
interior de la Iglesia católica chilena, actualmente están abiertas 166 causas,
contra 221 personas investigadas y que implican a 248 víctimas, de las que 131
eran menores de edad al sufrir los delitos, según datos de comienzos de mayo
ofrecidos por la Fiscalía Nacional.
Fuente: EFE