sábado, 18 de enero de 2020

Chile cumple tres meses de protestas en el peor momento para el presidente Sebastián Piñera


La conmemoración de los tres meses de protestas en Chile coincidió con una nueva gran marcha en la céntrica Plaza de Italia, renombrada como Plaza de la Dignidad, en la que la policía sacó el camión de agua y lanzó botes de gas para dispersar a un sector de manifestantes que respondían con el lanzamiento de piedras. En este contexto, se conoció que el presidente Piñera descendió hasta el 6% de popularidad, la cifra más baja de la historia de los dirigentes de América Latina. 

Solo la temporada navideña pudo bajar la intensidad de las protestas en Chile. Una pausa que ha finalizado en el momento en el que se cumplen tres meses desde el inicio de las marchas. 

Miles de chilenos volvieron a salir a la céntrica Plaza de Italia, renombrada como Plaza de la Dignidad, en Santiago de Chile, para continuar protestando contra el Gobierno de Sebastián Piñera. 

Como en anteriores ocasiones, durante la manifestación, la Policía sacó el camión de agua, y no por el calor, sino en una actuación que pretendía dispersar, junto con los botes de gas, a unos manifestantes que respondían con el lanzamiento de piedras. 

Además de estos enfrentamientos, gran parte de la jornada se desarrolló de forma cívica, con pancartas como la que rezaba "Renuncia Piñera" y con cánticos que ya forman parte de la banda sonora de las protestas como  "El pueblo unido jamás será vencido", "Chile despertó" o "El baile de los que sobran", de Los Prisioneros.

Las reivindicaciones sociales se funden con la protección de los derechos humanos

El 18 de octubre de 2019, después de la entrada en vigor de la subida de 30 pesos en el billete de metro de Santiago de Chile, se iniciaron unas protestas, que demostraron que el descontento venía de lejos en fondo y tiempo. 

No fueron solo los 30 pesos: los manifestantes empezaron a demostrar que "el milagro económico chileno" nunca fue tal. Un modelo más justo, una educación y sanidad gratuitas y de calidad, así como unas mejores pensiones, fueron las principales reivindicaciones de un numeroso sector de la población. 

En tres meses, el movimiento vio cómo el presidente Sebastián Piñera iba cediendo en distintos puntos: primero, en el alza del metro, para seguir en medidas puntuales como la subida del salario mínimo o, la más reciente, una reforma del privatizado sistema de pensiones. Además, el 26 de abril tendrá lugar un referendo para votar una nueva Constitución.

Mientras esto sucedía en la política, las protestas desvelaban que todavía quedaban señales de una Chile que parecía que ya no existía: la del dictador Augusto Pinochet.

Así lo demuestran los 27 muertos, los 3.649 lesionados 405 de ellos por heridas oculares, los 191 delitos de violencia sexual o los 842 casos de uso excesivo de la fuerza, según datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

De hecho, otras organizaciones internacionales como el Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas o Human Rights señalaron distintas violaciones de los derechos humanos durante las protestas.

Sebastián Piñera tiene la aprobación más baja de la historia de los presidentes de América Latina

En este contexto de protesta social y vulneración de los derechos fundamentales, Piñera, según publicó el Centro de Estudios Públicos, descendió hasta un 6% en la aprobación de su Gobierno por los chilenos. Es la cifra más baja de la historia de un dirigente latinoamericano. 

Después de un trimestre de marchas, los manifestantes siguen mostrando que las protestas por el billete de metro fueron la gota que colmó el vaso, y desde aquel momento, llevan tres meses pidiendo reformas profundas, y, cada vez, de forma, más unánime, el cese del presidente.


Fuente: EFE y medios locales