martes, 6 de julio de 2021

El maltrato a los adultos mayores sigue existiendo y de diversas formas

 

El maltrato a los adultos mayores traspasa la barrera de lo físico y lo emocional. También puede ser patrimonial, por omisión, por negligencia y laboral. Para que esto cambie, tenemos que partir por erradicar diversas conductas que tenemos como sociedad.

El pasado 15 de junio, se conmemoró a nivel mundial el Día de la Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez o más popularmente llamado el Día del Buen Trato al Adulto Mayor. Según datos proporcionados por el Servicio Nacional del Adulto Mayor –SENAMA- en el año 2020 se registró un alza en los casos recibidos, con 5.771 situaciones de maltrato y/o vulneración de derechos a lo largo del país. De acuerdo a los datos de la Unidad de Derechos Humanos y Buen Trato, entre los principales apoyos que fueron requeridos por las personas mayores destaca la asesoría legal por parte del Defensor Mayor de SENAMA (25,2%), apoyo ante situaciones de violencia intrafamiliar (24,3%), situaciones de emergencia (17,1%) y derivaciones del Poder Judicial, principalmente a través de los Tribunales de Familia (16,3%).  Solo, a través del Fono Mayor, se recibieron más de 40 mil llamados durante 2020, donde el maltrato a las personas mayores ocupó el sexto lugar de los requerimientos. Cifras altamente preocupantes.

Pero ¿qué entendemos por maltrato al adulto mayor? La definición de maltrato es la acción u omisión que produce daño a un adulto mayor (AM) y que vulnera el respeto a su dignidad y el ejercicio de sus derechos como persona. El maltrato al AM existe de diversas formas; físico, psicológico, sexual, como negligencia o abuso patrimonial; se ejerce de manera activa o pasiva, y se presenta en distintos contextos, ya sea en el ámbito familiar, en las instituciones que prestan asistencia a los adultos mayores y en la sociedad que los discrimina. Para detectar oportunamente situaciones de maltrato, se hace necesario reconocer aquellos indicadores que nos alertan de esta situación.

Sergio Parra, director ejecutivo de Conapran –Corporación Nacional de Protección al Adulto Mayor- comenta: “Bajo esta condición, ingresaron el año pasado a Conapran 10 adultos mayores. En este último periodo, bajo la pandemia, es innegable que se ha producido un aumento del maltrato, muchas veces asociados a las condiciones de habitabilidad que tienen las familias, viviendo muchas personas en espacios reducidos, se dan las condiciones para que siempre la persona mayor sea la que tenga consecuencias sobre este tema, pues quedan relegadas a espacios finales de las viviendas y utilizando sus recursos financieros que les corresponden. Muchas veces ellos mismos no quieren hacer las denuncias respectivas por miedo, dependencia, vergüenza y culpa”.

Pudiéndose identificar varios tipos de maltratadores como la familia, su cuidador, amigos de confianza, instituciones, entre otros, profesionales concluyen que una de las principales consecuencias que generan este tipo de acciones tan negativas para  los adultos mayores, ya sea físicas, psicológicas, patrimoniales e incluso económicas, tienen relación con el autoestima. Los adultos mayores viven una etapa en la que enfrentan diversos duelos, y entre ellos también se encuentra la pérdida de un rol activo y preponderante en la sociedad. Para ellos, jubilar significa estar “fuera” de esta sociedad tan activa y exitista, lo que muchas veces puede gatillar en  depresiones.

Por ello, Conapran está trabajando a través de la psicoeducación con su personal, para que sepan identificar cuando ocurre un maltrato y poder prevenirlo. Asimismo, se está trabajando en los 13 ELEAM de la institución en ciclos de talleres de “Estrés de Regulación Emocional”, para entregarles las herramientas necesarias a aquellos que trabajan con los adultos mayores. Los residentes, por su parte, trabajan desde la contención con énfasis en saber cuáles son sus derechos. Además, se maneja un protocolo de denuncia dentro de las residencias, para que cualquiera pueda levantarlo: un cuidador que observa o un residente que se puede sentir agredido, sin discriminar a nadie.

Existe en nuestro país la Ley N° 20.427 que incorpora la protección al adulto mayor en materia de violencia intrafamiliar; Art. 92 y siguientes de la Ley de Tribunales de Familia Nº 19.968; Ley 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar.