Con la Plaza de la Revolución repleta, el
presidente y hermano del fallecido líder, junto a mandatarios como Nicolás
Maduro, Rafael Correa y Evo Morales, rindieron tributo. Arranca la caravana con
las cenizas por toda la isla.
Una Plaza de la
Revolución de La Habana repleta fue escenario del funeral multitudinario por Fidel Castro, marcado por la
lealtad incondicional de los mandatarios
de países "amigos" y ausencias que, sin embargo, apenas
se sintieron entre el entusiasmo de los cubanos hacia el líder de la
Revolución.
Encabezado por el
presidente cubano, Raúl Castro,
y diseñado para servir de último adiós de la comunidad internacional a Fidel,
participaron en el homenaje unas 50 delegaciones oficiales y entre los líderes
presentes abundaron los latinoamericanos y africanos ante las ausencias de alto
nivel desde Europa, con excepción de Grecia, y por parte de EEUU.
Rusia, histórica amiga de la isla, también quiso estar
presente y usar el funeral para reafirmar que permanecerá junto a Cuba, al
igual que China e Irán, otros dos importantes aliados políticos de la isla.
Y los cubanos, cientos de miles que desbordaron la mítica
plaza, también se volcaron en el homenaje, arropado por una imagen
gigante de Fidel, vestido de guerrillero y con una mochila a la espalda, y con
las siluetas de Camilo Cienfuegos y de Ernesto "Che" Guevara
iluminadas al fondo.
En su primera
intervención pública desde que anunció el pasado viernes que su hermano Fidel
había fallecido a los 90 años, Raúl Castro quiso despedirlo con un discurso en
el que dio un paseo por la historia y repasó hitos que vivieron juntos, desde
la reforma agraria a la muerte del "Che" Guevara o el dramático
"periodo especial".
Los
latinoamericanos, como era de esperar, estuvieron entre los más entusiastas al
recordar al "eterno" Fidel y su legado durante las casi cuatro horas
que duró el homenaje.
El presidente de
Ecuador, Rafael Correa, fue
el primer líder internacional en intervenir y declaró que el ejemplo del
expresidente cubano "transcenderá el tiempo" y vivirá en todo el
continente americano.
Mientras, su
homólogo de Bolivia, Evo Morales,
quien decretó en su país una semana de luto oficial por el fallecimiento del ex
presidente cubano, subrayó que Fidel "no ha muerto" y que está
"más vivo que nunca, más necesario que nunca".
El líder cubano
"se queda invicto entre nosotros, absolutamente absuelto por la historia
grande de la patria", expresó a su turno el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, al revelar que Fidel
les pasó el testigo revolucionario a él mismo y a Morales durante una reunión
en 2015.
Otro de los
líderes bolivarianos, el nicaragüense Daniel
Ortega, apeló a la "sabiduría y firmeza" de Fidel Castro para
lograr que los pueblos de América Latina y el Caribe se mantengan unidos.
El mandatario de
México, Enrique Peña Nieto,
recordó que su país fue el "punto de partida de la lucha
revolucionaria" de Fidel. Su par de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, agradeció al
líder cubano por su apoyo a la guerrilla salvadoreña.
Estuvo presente
asimismo el ex presidente uruguayo José
Mujica, pero no intervino. El rey emérito de España, Juan Carlos I, tampoco habló en
el homenaje. De Africa estuvieron entre otros de los mandatarios de Zimbawe, Robert Mugabe; Sudáfrica, Jacob Zuma; y Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang; así como del histórico
líder namibio Sam Nujoma.
Representando a Rusia, el presidente de la Duma del
Estado o Cámara de Diputados, Viacheslav Volodin, recordó en su discurso que su
país concede un "inmenso valor" a los lazos con la isla.
Mientras, el
primer ministro griego, Alexis Tsipras, reflexionó acerca de que la Cuba
revolucionaria de Fidel mostró al mundo "que el camino al socialismo no
está cubierto de rosas" y permitió a otros países aprender "de sus
logros y de sus reveses".
Estados Unidos, en línea con el bajo perfil que ha mantenido el
Gobierno del presidente Barack Obama desde la muerte de Castro, no envió una "delegación oficial" al
homenaje, donde el país estuvo representado por el asesor adjunto de seguridad
nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, y su embajador en La Habana, Jeffrey
DeLaurentis.
El acto
multitudinario puso fin a dos días de tributos a Fidel Castro en el memorial
José Martí de la Plaza de la Revolución, por donde cientos de miles de cubanos
desfilaron entre lunes y martes para dar su último adiós al ex mandatario.
Las cenizas de
Castro partieron hoy por carretera
desde La Habana hasta Santiago de Cuba, siguiendo el recorrido inverso
que el líder cubano realizó en 1959 para llegar al poder.
Será el cementerio
de Santa Ifigenia, donde también se encuentra la tumba del héroe nacional
cubano y prócer independentista José Martí, el lugar en el que las cenizas de
Fidel Castro descansarán para siempre a partir del domingo.
Fuente: EFE