Un total de 76 personas murieron y
cinco fueron rescatadas con vida tras estrellarse cerca de Medellín la noche
del lunes el avión que trasladaba al equipo brasileño del Chapecoense, que
tenía que disputar el miércoles la final de la Copa Sudamericana ante el
colombiano Atlético Nacional.
“Se pudieron rescatar seis personas con
vida pero una de ellas falleció en el traslado al hospital. El resto
lamentablemente murió”, dijo a los periodistas el Comandante de la Policía
Metropolitana del Valle de Aburrá, José Gerardo Acevedo. En un principio se
habían contabilizado seis sobrevivientes pero uno de ellos murió durante el
traslado al centro médico.
Los supervivientes son los jugadores
del Chapecoense Alan Ruschel, Marcos Danilo Padilha y Jacson Ragnar Follmann,
así como una azafata y un periodista.
El modesto Chapecoense había
sorprendido al fútbol regional al llegar a la final de la Sudamericana por
primera vez en su historia tras eliminar en semifinales al poderoso San Lorenzo
de Argentina.
La aeronave chárter transportaba a
nueve tripulantes y 72 pasajeros, entre ellos los futbolistas del club
brasileño, directivos del equipo y periodistas. Venía proveniente de Santa Cruz
de la Sierra (Bolivia), donde hizo escala tras partir de Brasil.
El avión de matrícula boliviana CP2933
de la empresa Lamia se declaró en emergencia “por fallas eléctricas” a las
22H00 locales (03H00 GMT) a unos 50 kilómetros de Medellín.
Las labores de rescate se suspendieron
la madrugada del martes debido a las condiciones climatológicas “en una zona
montañosa de muy difícil acceso”, a 3.300 metros sobre el nivel del mar, y se
retomarán a partir de las 06H00 locales (11H00 GMT).
Para llegar a esa colina, los
rescatistas deben recorrer más de media hora a pie con las camillas.
El siniestro ocurrió en Cerro Gordo,
entre los municipios de La Ceja y La Unión, en el departamento de Antioquia
(noroeste), informó el aeropuerto José María Córdova de Rionegro, que sirve a
Medellín, en un comunicado.
La Unidad Nacional para la Gestión del
Riesgo de Desastres (UNGRD) movilizó a alrededor de 150 operativos de los
equipos de socorro y activó su red hospitalaria.
Primero hubo una declaración de
emergencia y unos minutos más tarde se registró el accidente, dijo a la AFP un
portavoz de la Aeronáutica Civil.
Nueve futbolistas del Chapecoense no viajaron
a Colombia por decisión técnica y se quedaron en Brasil: Rafael Lima, Nenem,
Demerson, Marcelo Boeck, Andrei, Hyoran, Alejandro Martinuccio (argentino),
Moisés y Nivaldo.
Hace dos semanas, en ese mismo avión
había viajado la selección argentina con Lionel Messi a bordo desde Buenos
Aires hasta San Juan (oeste) para jugar el partido contra Colombia por la
clasificatoria sudamericana a Rusia-2018.
La Conmebol anunció que debido al
accidente se suspendió oficialmente la final de la Copa Sudamericana y además
el Congreso del organismo del fútbol sudamericano que debía sesionar este
miércoles en Montevideo.
El presidente de la Conmebol, Alejandro
Domínguez, viajó de inmediato a Medellín, añadió el comunicado.
Por su parte, Atlético Nacional se
solidarizó con el cuadro rival. “Nacional lamenta profundamente y se solidariza
con @chapecoensereal por el accidente ocurrido y espera información de las
autoridades”, escribió en su cuenta en Twitter.
“Estamos en el lugar, respetando la
operación de los organismos de rescate y tratando de enterarnos para saber con
qué podemos ayudar”, afirmó el presidente del club, Juan Carlos de la Cuesta, a
Blu Radio.
La clasificación a la final la semana
pasada revolucionó a esa pequeña ciudad de unos 200.000 habitantes, ubicada en
el estado de Santa Catarina.
Chapecoense llegó a esa instancia tras
eliminar por penales al argentino Independiente. Antes había dejado atrás al
Junior de Barranquilla.
El ‘Verdao del oeste' estuvo a punto de
desaparecer hace una década. Al borde de la bancarrota, la existencia del club
de Chapecó, en el lejano interior de la sureña Santa Catarina, parecía
inviable.
Pero este club con 43 años, vio la luz
en 2009, cuando consiguió clasificarse para la cuarta división y ahí comenzó un
despegue que, siete años después, lo había convertido en la revelación
sudamericana.
Fuente: EFE