
Las autoridades chilenas están
"enormemente" preocupadas por la expansión del nuevo coronavirus
SARS-CoV-2 en Santiago, donde no se están respetando las cuarentenas y donde se
concentran el 80 % de los 1.228 nuevos casos que se han registrado en el país
en las últimas 24 horas.
"Si no nos tomamos en serio la
batalla de la COVID-19 en Santiago, la guerra la vamos a perder",
alertó el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
El número total de infectados desde que
se detectó el primer caso el pasado 3 de marzo asciende a 19.663 y el de
muertos a 260, tras registrarse 13 nuevos fallecimientos en las últimas 24
horas, todos ellos en la capital.
Los nuevos casos se habían estabilizado
en torno a los 500, pero desde el miércoles experimentaron un importante
aumento y este domingo superaron el millar por segunda vez desde el comienzo la
pandemia.
"Si bien es cierto que la
explicación fundamental del aumento de casos se debe a un aumento del testeo
PCR, la verdad es que la ciudad de Santiago llama a la preocupación",
insistió el ministro, que recordó que Chile es uno de los países que más
pruebas realizada de la región, con cerca de 8.000 exámenes diarios.
Mañalich indicó que en las próximas
horas va a aumentar la fiscalización en las comunas de la capital que están en
cuarentena, porque hay gente violando el confinamiento y abriendo negocios que
no son de primera necesidad.
A diferencia de otros países de la
región con menos casos como Argentina o Colombia, el Gobierno de Chile rechazó
desde el inicio decretar el confinamiento nacional y cerrar totalmente la
economía y optó por "cuarentenas selectivas y estratégicas", con
restricciones de movimiento que se imponen y se levantan semanalmente en cada
comuna o ciudad en función de los nuevos contagios.
El país sí se encuentra bajo estado de
excepción, con toque de queda desde las 22.00 hora local, con colegios,
universidades y fronteras cerradas, así como la mayoría de los comercios,
aunque en los próximos días se espera la reapertura de algunos centros
comerciales y el Gobierno ya habla de volver a la normalidad, pese al aumento
de casos.
El ministro también condenó durante su
rueda de prensa diaria la fiesta clandestina a la que acudieron cerca de 400
personas en Maipú, al sur de Santiago, y cuyo organizador fue detenido.
"Esta guerra va para largo y sus
batallas van a ser cansadoras", agregó.
Fuente: EFE