Chile
reportó este sábado 7.144 fallecidos de COVID-19 al incluir en un conteo
oficial las muertes probables asociadas a la enfermedad, retratando el
imparable avance de la pandemia en el país.
Después
de semanas de controversias tras reportes de prensa que daban cuenta de
"muertes" no informadas y registro paralelos de fallecimientos
probables reportados a la Organización Mundial de la Salud (OMS) pero no a la
población, que incluso le costaron el cargo hace una semana al exministro de
Salud, Jaime Mañalich, se decidió hacer público el registro total de
fallecidos.
El
Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), el brazo
estadístico del Ministerio de Salud, informó que el número de muertos probables
ascendió a 3.069, según indicó en rueda de prensa el jefe de la entidad, Rafael
Araos, al hacer público por primera vez este registro, revelado la semana
pasada por el centro de investigación periodística CIPER.
A
estos casos probables se suman a los 4.075 fallecidos certificados con un
examen de PCR acreditados también por el DEIS, que da para este registro un
total acumulado de 7.144 desde el primer caso de coronavirus reportado en el
país el 3 de marzo.
A
partir de ahora, el registro diario -que considera sólo las muertes
certificadas por un examen de PCR- no se va a alterar, pero todos los viernes
se entregará también un registro con todas aquellas muertes probables, tal y
como recomienda la OMS.
"El
registro diario no se va a alterar, porque queremos mantener la trayectoria y
las tendencias para que la gente pueda ir teniendo un sentido de realidad lo
más en tiempo real posible", explicó Araos, agregando que en el reporte
epidemiológico se va agregar el número de fallecidos con o sin confirmación en
columnas paralelas.
El
ministro de Salud, Enrique Paris, destacó que "nunca se ha ocultado ningún
dato".
Dramático
escenario
El
reporte diario del Ministerio de Salud siguió mostrando datos alarmantes en Chile,
que se mantiene como uno de los focos mundiales de la pandemia, sobre todo
Santiago, la capital donde viven siete de los 18 millones de habitantes de este
país, la cuarta urbe con más casos confirmados en el mundo por detrás de Nueva
York, Moscú y Sao Paulo, según el recuento de la Universidad John Hopkins.
En
las últimas 24 horas, se sumaron 5.335 contagios y 202 fallecidos, para
totalizar 4.295 fallecidos -de acuerdo a este reporte que considera sólo
exámenes de PCR confirmados- y un total de 236.748 infectados.
Chile
figuraba hasta mediados de abril como uno de los países mejor preparados para
enfrentar la pandemia, con la ampliación del número de camas y ventiladores
mecánicos en los servicios de urgencia.
Las
autoridades decretaron tempranamente una alerta sanitaria, pero se resistieron
a instaurar una cuarentena obligatoria. Hace poco más de un mes lo hicieron
para Santiago pero con una normativa extremadamente laxa para la entrega de
permisos de salida y el funcionamiento de empresas consideradas
"esenciales", que apenas redujo en cerca de 30% la movilidad en la
ciudad.
Adicionalmente,
las ayudas oficiales a los más pobres demoraron en llegar, lo que empujó a que
gran parte de los empleados informales a salir a las calles para trabajar.
Esta
semana, en un intento desesperado por contener el avance de los contagios, se
endurecieron las sanciones para quienes no respeten la cuarentena, con penas de
hasta cinco años de cárcel. También se aprobó en el Congreso un plan económico
adicional de ayuda de emergencia y reactivación económica de hasta 12.000
millones de dólares.
Fuente:
AFP