La evaluación
busca generar una base de conocimiento que permita desarrollar estrategias de
mitigación de la pesca incidental, además de la implementación de nuevas
tecnologías para la conservación de las especies.
El
Centro de Investigación Aplicada del Mar, CIAM, inició un proyecto llamado “Co-ocurrencia de cetáceos en zonas de pesca
industrial en el norte de Chile: implicancias tróficas y ecológicas”. El
estudio tiene por objetivo realizar un catastro de mamíferos marinos,
principalmente cetáceos, incluyendo observaciones de aves y tortugas marinas,
entre otras especies presentes en las costas del norte de Chile, y relacionar
su presencia con zonas de pesca industrial.
“En
Chile y específicamente en el norte, la ausencia de estudios sobre la ecología
y biología de los predadores tope, involucrados en la pesquería industrial, no
permite comprender a cabalidad los procesos biológicos y operacionales que se
dan durante estas interacciones, limitando el desarrollo de estrategias de
mitigación e implementación de nuevas tecnologías para la conservación y
disminución del bycatch -pesca incidental- de diversas especies”, explicaron
desde el CIAM.
El estudio tiene su
inicio, considerando que el ecosistema de la Corriente de Humboldt es uno de
los más productivos a nivel mundial, donde la anchoveta y la sardina son
especies clave en la transferencia energética dentro de la cadena trófica. Así,
las aves y mamíferos marinos representan a los predadores tope de esta cadena, alimentándose
principalmente de estos peces, por su alto valor energético.
En tanto, la industria
pesquera también captura a estos peces para manufacturar harina de pescado, con
alto valor económico en el mercado internacional. Sin embargo, sus operaciones
se han visto modificadas en los últimos años, debido a la presencia del Niño, que
ha causado alteraciones en el ambiente marino, cambiando la presencia y
abundancia de ciertos predadores tope en las zonas de pesca.
Por esto cobra importancia el trabajo impulsado por el CIAM, que consiste
en efectuar observaciones, mediante vuelos en avioneta y recorridos a bordo de
buques pesqueros. “Ya hemos realizado una primera exploración aérea, donde
pudimos observar grupos de lobos marinos, delfines, peces luna y cinco
ejemplares de la gran ballena fin, que es el segundo mamífero más grande sobre
la tierra”, señaló la ecóloga marina, magíster en Ciencias del Mar, Andrea
Auger.