
Una treintena de
turistas provistos de un delantal, guantes y tijeras caminan rápidamente entre
centenarias parras cortando racimos de uva que se convertirán en los afamados
Malbec o Cabernet Sauvignon que una bodega chilena exportará al mundo entero.
La experiencia de
participar en una vendimia atrae en verano y comienzos del otoño a miles de
turistas, chilenos y extranjeros, que se apresuran en llenar hondas bandejas de
madera con los racimos que entregan a cosechadores profesionales que a su vez
los llevan a las bodegas.
Por cada bandeja
un encargado marca una tarjeta. Los tres primeros en acumular más marcas son
premiados con finos vinos, por lo que no es raro ver a los visitantes
trabajando en parejas y hasta en tríos.
“Es una
experiencia única que no pueden dejar pasar. Porque en realidad tú te tomas el
vino pero no sabes cuál es el proceso” que hay detrás, dijo a The Associated
Press la abogada colombiana Gina Cuesta mientras caminaba entre las filas de
vides, sobre pasillos de tierra y la bandeja se ensuciaba con el jugo de las
uvas moradas.
Su esposo, el
danés Jins Skuvrup, ya conocía la experiencia y quiso repetirla. “Ver todo el
proceso de producir vino es muy, muy interesante”, indicó.
La labor, bajo un
fuerte sol, es observada por cosechadores profesionales que sonríen viendo
correr a los turistas que en media hora acumularán en conjunto unos 500 kilos
de uvas.
Freddy Grez, jefe
de las visitas y la tienda de la bodega Viu Manent, precisó a AP que “un
trabajador, dependiendo del viñedo, cosecha desde los 900 a los 2.000 kilos al
día”.
Mientras mira cómo
los turistas siguen corriendo para acumular más bandejas llenas, Miguel Mujica,
gerente agrícola y vitivinicultor, explica que la actividad se realiza en el
viñedo San Carlos de 150 hectáreas de las cuales 80 corresponden a parras de
más de 100 años que producen Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah.
“Este es el minuto
culmine de la temporada... es una vendimia un poco más atrasada que lo normal,
pero donde hemos tenido muy buenas características climáticas para la madurez.
Es una madurez lenta, lo que siempre trae beneficios”, declaró.
Como los
responsables de la actividad conocen la rudeza del trabajo, especialmente para
los que no están acostumbrados al trabajo manual, han dispuesto sobre un largo
mesón protegido por un toldo decenas de botellas de agua helada, un lavamanos y
papel absorbente para secarse las palmas y el rostro.
Chile produjo en
2017 unos 800 millones de litros de vino y las ventas al exterior acumularon un
valor cercano a los 1.600 millones de dólares. El país sudamericano es el
cuarto exportador detrás de Francia, Italia y España y supera a grandes
potencias vitivinícolas como Australia, Estados Unidos y Argentina, precisó
Viu.
La mayoría de las
viñas tienen variadas atracciones turísticas. En Viu Manent, además de
participar en la vendimia, los turistas pueden pasear en carruajes antiguos
tirados por dos caballos, practicar equitación, andar en bicicleta, sólo
degustar vinos o realizar una visita privada y probar los vinos más exclusivos
con precios que van de los 13.000 a los 55.000 pesos (de 21 a 90 dólares).
El enólogo Nicolás
Pérez precisó que la viña produce 2,5 millones de litros de los cuales un 15%
se queda en Chile y el 85% restante es exportado a China, Estados Unidos,
Dinamarca y Gran Bretaña, entre otros países.
Viu Manent es una
de las 18 bodegas que integran el circuito de la llamada Ruta del Vino de
Colchagua creada en 1995. A ese privilegiado valle, ubicado a unos 140
kilómetros al sur de Santiago, se llega en unas dos horas viajando primero en
autopista y luego media hora por la llamada Ruta del Vino.
El Valle de
Colchagua es uno de los más prestigiados a nivel internacional por la calidad
de sus vides, que crecen entre la cordillera de los Andes y la pre cordillera
de la costa, favorecidas por microclimas y suelos de distintos orígenes que
favorecen cepas como el Cabernet, Merlot, Carménere, Sauvignon Blanc,
Chardonnay y Syrah, entre otras.
“En general
tenemos un clima muy benigno, mediterráneo, con una estación seca muy larga”,
lo que influye en que las uvas sean sanas y de muy buena calidad, explicó José
Miguel Viu, director general de Viu Manent.
El turismo
enológico chileno atrae anualmente a unas 950.000 personas de las cuales un 60%
son extranjeras.
La revista
especializada británica Drinks International premió a Viu Manent como el “Mejor
Centro Enoturístico del Mundo 2018” y fue calificada como la “Viña del Año
2017” por Vinos Chile, que agrupa a unas 60 bodegas.
Cuando el
acalorado grupo de turistas recién ha terminado de cosechar y se está
refrescando, un segundo grupo llega al viñedo ansioso por iniciar la vendimia.
La abogada Ana
María Farren celebró su participación en la vendimia porque le “permitió saber
todo el trabajo pesado que hay detrás de una botella de vino en nuestras
mesas”.
Fuente: AP