Es una tecnología que en Chile ya es una herramienta clave
para los funcionarios de salud, y que podría masificarse frente al proceso de
retorno seguro -paso a paso- donde comenzarán a reabrirse lugares de alta
concurrencia de público.
La ciencia lo confirma: La luz
ultravioleta es capaz de eliminar hasta un 99% de los virus existentes en
superficies y espacios. Esto,
desde luego, incluye el SARS-CoV-2, el temido patógeno que causa la enfermedad
COVID-19.
En nuestro país, ya es el desinfectante oficial de los
profesionales de la salud en la que cada prenda se va al interior de una cámara
equipada con este tipo de luz para borrar cualquier rastro de peligro.
En el caso del tratamiento de
superficies con radiación UV, no es necesario esperar para entrar nuevamente en
contacto, como en el caso de la desinfección con agentes químicos.
La única salvedad, aseguran expertos, es que cualquiera que
sea el espacio a desinfectar, éste debe estar libre de
personas, ya que los
componentes pueden generar efectos nocivos en la piel y en los ojos, pudiendo ocasionar
eritemas cutáneos y conjuntivitis y/o fotoqueratitis (inflamación de la
córnea), (OMS, 2020).
Escuelas,
oficinas, hospitales, almacenes fábricas y transporte público podrían ser los
lugares de uso para esta
poderosa herramienta, que mientras una vacuna no esté a disposición masiva de
nuestra población, puede ayudar a disminuir el riesgo de contagio de COVID-19.
La
empresa chilena A33 Rescue and Fire, dedicada hace 25 años a la protección de
la vida y bienes, en cuanto tuvo información de
la existencia de lámparas UV fabricadas específicamente para el uso en
desinfección de ambientes y presencia de patógenos decidió investigar y
conocerla. Es así como decidieron importar la lámpara UVC de la marca GUTE. En
un primer momento la comenzaron a utilizar en sus propias instalaciones y ahora
la ponen a disposición del mercado chileno. “Es una tecnología innovadora que garantiza la
desinfección total de un área. El equipo está certificado por la Comunidad
Europea”, indica Manuel De Quevedo, Gerente General de A33,
Rescue and Fire.
Dentro de
las ventajas de este equipo se encuentran: Formato portátil, bajo consumo de
energía, precio justo y el reemplazo de la limpieza manual y de aerosoles, ya
que realiza su operación con tecnología UVC y no deja residuos. “Además debido a
la alta eliminación de patógenos al utilizar esta lámpara no sólo se previene
el contagio de Covid-19, sino también de otras enfermedades provocadas por
diversos virus, bacterias y hongos, lo que conlleva menos enfermos y menos
licencias médicas. Es por esto que se convierte en un elemento preventivo que podría
pasar a utilizarse permanentemente dentro de la rutina de limpieza de las
empresas”, subraya De Quevedo.
Forma de
Uso
Se
enchufa la lámpara, se presiona el interruptor para encenderla, se definen los
minutos requeridos de acuerdo al área a desinfectar:
15
minutos para 7.5 metros cuadrados
30
minutos para 15 metros cuadrados
60
minutos para 30 metros cuadrados
“Al
iniciar el proceso no debe haber nadie en la sala. Una
vez encendido, tienes 15 segundos para salir y si alguien llega a ingresar
mientras está en funcionamiento, emite una
alarma y se apaga ya que el equipo pasa a modalidad off cuando detecta la
presencia humana a 3 metros.”, explica Camilo Derpich, asesor analista químico de
A33, licenciado en Química. PUC.
Según indican en A33
Rescue and Fire, la sanitización puede
realizarse diariamente. Por ejemplo, se puede activar la lámpara en una oficina
o local, antes de iniciar la jornada o al término de ésta.