Lugar cuenta con
audioguías para recibir a los visitantes, abrirá sus puertas el sábado santo.
Desde
septiembre de 2015 hasta febrero del presente año, cerca de seis mil 500
personas ya han visitado y conocido el “Museo de La Vivencia Religiosa del
Norte Grande”, ubicado en el subterráneo del Santuario de La Tirana.
El
lugar contiene en sus 342 metros de edificación importantes y delicadas piezas que
dan testimonio del patrimonio que representa la principal fiesta religiosa del
norte grande, todo ello acompañado con una música compuesta para el museo.
Edificado
y habilitado con aportes de Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi a través de
la Ley de Donaciones Culturales, el Museo tiene por objetivo reconocer,
valorar, proteger y defender la identidad cultural nortina, donde lo religioso,
con sus costumbres y tradiciones, constituye un elemento esencial.
Es por esa razón que la cifra
de personas que han ingresado al lugar es más que positiva, entendiendo que se trata de un sitio ubicado a
72 kilómetros de Iquique y que su funcionamiento depende de los voluntarios que
conforman el Equipo de Gestión, quienes se hacen tiempo entre sus estudios o
trabajos gran parte de ellos en Iquique, se trasladan a La Tirana con el
compromiso de cuidar y mantener el museo, todo eso basado en el amor y fervor
que tienen por la “Chinita”.
Fue
la época estival en la que más visitas se registraron en el lugar, llamando la
atención de turistas nacionales y extranjeros. Ad portas del fin de semana
Santo el Museo informó que abrirá sus puertas el sábado santo desde las 10
hasta las 20.30 horas.
Recorrer
las tres áreas en las que se exhiben las piezas demora aproximadamente entre 50
y 60 minutos, la visita puede ser realizada en grupos guiados conformados por
12 personas como máximo. Para facilitar el ingreso el Museo adquirió 20
audioguías, sistema electrónico que permite hacer el recorrido contando con un
equipo cuyo tamaño es similar al de un teléfono celular, de fácil uso, con un
teclado numérico que está asociado a las vitrinas y con alta voz. Por el
momento sólo tiene versión en español, pero en el transcurso de los próximos
meses se contará con traducción al inglés.
Para
su mantención y sustentabilidad del lugar es la colaboración que realizan los
visitantes, Karla Aguilera e Hilda González, del Equipo de Gestión del Museo de la Vivencia
religiosa del Norte Grande, explicaron que se necesita del aporte mínimo
voluntario de ingreso que no supera los mil pesos, dinero que les permite
comprar los insumos para aseo y pago de personal que debe estar diariamente.
Atención
El
Museo está basado en el concepto territorial comunitario, que llama la atención
de los visitantes, no sólo por lo que contiene, sino también su funcionamiento
y lo que representa la festividad religiosa, que traspasa el 16 de julio.
El
horario tradicional de funcionamiento es de miércoles a domingo de las 10:15 a
14 y de 15 a 18:15 hrs, martes de las 15:15 hrs a las 18:15 hrs.
El
lugar contiene maniquíes con trajes de los bailes religiosos, entre las piezas
que llaman la atención se encuentran dos trajes que datan de hace 100 años
aproximadamente, cuando no existían agrupaciones religiosas como en la
actualidad, que pertenecen a los bailes Pieles Rojas y Morenos.
Junto
con la Fiesta de La Virgen del Carmen también se exponen piezas y explica la
historia de la Fiesta de la Epifanía o Pascua de Los Negros; figuras religiosas
antiguas, capas, instrumentos musicales de las cuales se desconoce su data y
origen y que estaban guardadas en las casas de los feligreses que decidieron
donarlo para la obra.
Tal
colaboración comunitaria en la que se basa el Museo de la Vivencia Religiosa
del Norte Grande demuestra el trabajo y compromiso de quienes decidieron dar
vida al lugar, participando desde el origen con la determinación de la visión,
misión, objetivos y definición de lo que se mostraría y por qué. Junto con ello
además han participado en otros ámbitos como la elaboración de murales tallados
en madera, limpieza de trajes, instalación de maniquíes, etc, contando con el
apoyo desinteresado de todo los integrantes del Equipo de Gestión, así como
también del historiador Benjamín Silva que de manera anónima colaboró en la
iniciativa.