Los basureros y barrenderos chilenos,
cuya función es esencial para preservar la salubridad en Santiago, se exponen
cada día a ser contagiados por el coronavirus, un riesgo que aumenta por la
falta de material de protección con la que trabajan.
"Hay muy poca protección y
nuestras condiciones de trabajo son bien precarias", dijo a Efe el
dirigente sindical Daniel Martínez, quien denunció que las mascarillas y
guantes que les suministran las empresas pierden su eficacia mucho antes de acabar
las jornadas maratonianas.
"Nuestra gran preocupación es
que llegamos a nuestros hogares con la ropa del trabajo, que puede estar
contaminada, y contagiar a nuestras familias. Necesitamos trajes impermeables o
algún mecanismo de desinfección de manera urgente", agregó el presidente
de la Federación Nacional de Recolectores de Chile.
En la primera línea de la pandemia
Las autoridades sanitarias del país
reportaron este jueves dos muertes más por COVID-19, lo que eleva la cifra
total a 18, y 373 nuevos contagios, que ascienden a 3.404 en todo el
territorio, con 200 pacientes ingresados en cuidados intensivos.
La capital chilena es uno de los
principales focos del virus y un tercio de su población -la que vive en las
seis comunas donde se concentran más contagiados- se encuentra en cuarentena
obligatoria.
Los recolectores de residuos y
barrenderos, sin embargo, recorren cada día las calles santiaguinas para evitar
que la falta de higiene facilite la expansión del nuevo coronavirus, que puede
subsistir durante horas en todo tipo de superficies y desechos.
El toque de queda decretado en todo
el país -que rige desde las 22.00 horas hasta las 5.00 horas del día siguiente-
afecta de manera especial al personal del sector que, una vez terminado su
turno a última hora de la tarde, a menudo tiene que cruzar toda la ciudad en
transporte público para volver a su hogar.
Así, los profesionales de la
limpieza, junto con los sanitarios y los reponedores, entre otros, constituyen
la llamada "primera línea" en la lucha diaria para frenar la
pandemia.
El aplauso de los vecinos
"Tenemos miedo, como todo el
mundo. Todos tenemos familia. Pero nos aplauden, nos dan las gracias, la gente
nos quiere... Estamos comprometidos con la causa", explicó a Efe César
García, basurero de La Reina, una de las comunas del este de Santiago que lleva
más de una semana de confinamiento total.
A pocos metros de García, que recogía
residuos con guantes pero sin máscara, un cartel colgado en la entrada de una
vivienda animaba a los recolectores a llamar a la puerta y recoger unos
paquetes para ellos.
Eduardo Molina, conductor de un
camión de basura desde hace 27 años en el barrio de San Bernardo, también
celebró la respuesta de sus vecinos: "Nos regalan jabón, desinfectante, o
incluso alguna moneda. La verdad es que nos cuidan más que nuestras
empresas".
El conductor, de 55 años, declaró a
Efe que su contratista les proporcionó bidones de agua con jabón en los
vehículos, pero que las mascarillas, guantes y desinfectantes los pagaron de su
bolsillo, lo que supone un esfuerzo porque el salario medio de un basurero
"es poco más que el salario mínimo" (320.000 pesos chilenos, unos 371
dólares).
"Que el esfuerzo no se olvide
después de la pandemia"
El servicio de limpieza es
responsabilidad de cada municipalidad de Santiago, que subcontrata empresas
como Veolia, que está a cargo del aseo de nueve comunas, entre las que figuran
Las Condes -una de las que tiene mayor número de contagiados- y La Reina.
La compañía afirmó a través de un
comunicado que ha proveído a su personal de desinfectante, jabón líquido y un
bidón de agua en cada camión, que sanitizan a diario, y que la Organización
Mundial de la Salud (OMS) desaconseja el uso de mascarillas si no se tienen
síntomas.
La empresa de servicios detalló que
hasta la fecha no ha detectado ningún caso positivo de coronavirus entre sus
trabajadores, a muchos de los cuales toman la temperatura a diario.
Por su parte, el presidente de la
Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores de Recolección, Aseo y Medio
Ambiente de Chile, criticó que están desempeñando un "servicio
fundamental" bajo "condiciones muy complicadas.
Aunque aseguró que "la
preocupación por el trabajador es mínima" en muchos municipios de la
capital chilena, Sánchez admitió que el reconocimiento de los santiaguinos les
alienta "a seguir en esta senda de apoyo mutuo" y a "afrontar
mejor el día a día".
"Que el esfuerzo de los
trabajadores no se olvide después de esta pandemia y no quede en un aplauso,
sino que se refleje en acciones", pidió.
Fuente: EFE