lunes, 13 de mayo de 2013

Realizan ceremonia de entrega de armas a soldados conscriptos de la 2da. Brigada “Cazadores”

Con la asistencia de los padres y apoderados del contingente recientemente acuartelado en la Guarnición de Pozo Almonte, se llevó a cabo la ceremonia de “Entrega de Armas” a un centenar de Soldados Conscriptos, que cumplirán su Servicio Militar, en la 2da. Brigada Acorazada “Cazadores”, de la VI División de Ejército.
La ceremonia se inició con los honores de reglamento al Comandante Subrogante de la Brigada, Teniente Coronel Luis Felipe Pérez Astorga, para luego dar paso a la alocución central del acto solemne, que estuvo a cargo del Comandante de la Unidad Cuartel, Mayor Bernardo Ibáñez, quien se refirió a la importancia en la formación valórica y como soldado de tan solemne compromiso.
Acto seguido, se dio paso a la bendición de los soldados conscriptos, por parte del Capellán de la Unidad, Capitán del Servicio Religioso Alfredo Douglas Ormeño.

Momento de gran emotividad se vivió cuando los padres y familiares hicieron entrega de las armas a sus hijos, en condición de soldados conscriptos.
Familiares
Para los padres del Soldado Conscripto Jorge Iturrieta Muñoz, radicados hace siete años en Iquique, la ceremonia revistió un momento familiar. “Hoy se cumple un sueño en nuestro hijo, al poder vestir el uniforme al igual que su padre, que sirve en el Ejército en el grado de suboficial”.

Para el Suboficial Miguel Iturrieta, padre del soldado, tal momento “lo hemos vivido con mucha emoción y mística, al saber que mi hijo conocerá una de las unidades más grandes de Chile y además de poder vivir en plenitud el terreno y la mística de la 2ª Brigada Acorazada “Cazadores”.
En tanto, para la familia Lara Castillo, el que su hijo Gustavo se incorpore a las filas de la Fuerzas Armadas, a través de su Servicio Militar, tiene un sentido de tradición y emoción, ya que los abuelos de Gustavo Lara Castillo son suboficiales en retiro. Uno del Ejército y el otro de la Armada.

Se suma a ello la nostalgia de la madre, María Castillo Carlos, quien vivió gran parte de su niñez en la villa militar Baquedano, por las labores profesionales que cumplió su padre.
Con esta carga emotiva, de sueños y tradiciones, en algunas familias se dio por finalizada la ceremonia, acto que culminó con el primer desfile del Contingente 2013; demostrando de esta manera el nivel de adoctrinamiento alcanzado, estado físico y disciplina, ante la tribuna de honor, integrada por el mando y los propios padres y familiares de los jóvenes.

Orígenes
Los orígenes de esta ceremonia se remontan a la época medieval, en la cual los jóvenes nobles, después de la vigilia de sus armas eran armados caballeros, empeñando su honor y su vida en la defensa de su rey o de su religión.
En Chile se realiza desde la mitad del siglo pasado, en las unidades y escuelas del Ejército que reciben contingente. Este acto es uno de los más emotivos en la vida militar, por cuanto recibe el arma que la Patria le entrega para defenderla y con ello queda oficialmente investido como Soldado Cadete o Dragoneante. En esta oportunidad la Patria está representada por la bandera nacional, sus superiores, sus camaradas, los familiares, padres, hermanos, apoderados y público en general.
El hecho de recibir un arma tiene para el cadete dragoneante o soldado conscripto un profundo significado. El espadín, yatagán, fusil o carabina es un símbolo que expresa tácitamente su entrega total a la Patria e involucra un compromiso con Chile que, posteriormente, ratificará ante Dios en el Juramento a la Bandera.