Miles de chilenos salieron hoy a las calles de
Santiago para conmemorar el Día Internacional del Trabajo y exigir una reforma
tributaria, un nuevo sistema de pensiones y una nueva regulación laboral, en
una marcha empañada por graves disturbios.
La manifestación, convocada por la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT), con el apoyo de otras organizaciones sociales,
de trabajadores y de estudiantes, recorrió más de veinte manzanas de la
Alameda, la principal arteria de la capital.
La CUT cifró en 150.000 los asistentes a la
marcha, mientras que Carabineros rebajó esa cifra a 10.000 manifestantes.
Casi desde el inicio, centenares de jóvenes
empañaron la manifestación y protagonizaron enfrentamientos con Carabineros,
que hasta el momento se saldan con al menos cinco detenidos y con dos policías
heridos, según informó esa institución en su cuenta en Twitter.
En un país en crecimiento (5,6 %) y con bajo
desempleo (6,2 %), las consignas se centraron en la precariedad y la
desprotección laboral.
"Nos disponemos a incidir en el escenario
nacional y a asumir estas tres grandes banderas: una gran reforma tributaria,
un nuevo sistema de pensiones y una nueva institucionalidad laboral",
declaró en el acto de cierre la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa.
Según la dirigente sindical, esa reforma
tributaria debe estar encaminada a reducir la elevada desigualdad que existe en
Chile y a recaudar recursos que permitan al Estado financiar mejoras en
educación y salud, en las que las instituciones privadas tienen gran
incidencia.
El Estado no tiene, además, participación en el
actual sistema de pensiones, que está administrado por fondos privados a los
que los trabajadores acusan de pagar reducidos montos de jubilación a pesar de
que obtienen elevados beneficios.
Figueroa, que a sus 33 años se convirtió en
septiembre en la primera mujer en dirigir la principal central sindical del
país, pidió además una nueva regulación que asegure salarios justos y
protección laboral.
En ese marco, volvió a exigir un salario mínimo
de 250.000 pesos, muy superior a la propuesta del Ejecutivo, que ha planteado
elevarlo hasta los 205.000 pesos, desde los 193.000 vigentes.
"Ese es el gran drama de nuestra nación: que
pese a tener trabajo, no dejamos de ser pobres", reclamó Figueroa.
En la agenda de los trabajadores está también la
polémica que afecta al Instituto Nacional de Estadísticas (INE) por una
presunta adulteración de las cifras del censo realizado en 2012 y por supuestos
errores metodológicos en la medición de la inflación.
Los errores del censo pueden suponer una mala o
insuficiente distribución de recursos para programas sociales, mientras que la
posible medición incorrecta del IPC (del 1,5 % en 2012) habría perjudicado el
reajuste o subida salarial de los trabajadores.
De cara al último año de Gobierno de Sebastián
Piñera, Figueroa aseguró también que no se han cumplido varias promesas de su
campaña ni se ha concretado reforma laboral alguna.
Mientras la dirigente hablaba, en otros puntos de
la Alameda algunos grupos de jóvenes destrozaban mobiliario público, lanzaban
piedras y palos a los policías, incendiaban barricadas y trataban de saquear
locales comerciales.
En la víspera de este Día, un trabajador recibió
una bala en su brazo en medio del ataque de un grupo de encapuchados a una
gasolinera en Villa Francia, un sector conflictivo de la capital.
Hoy también se celebraron marchas en otras
ciudades, entre ellas en Valparaíso, Concepción y Puerto Montt.