Por:
Sebastián Galeazza,
Gerente
General de Lenovo Chile
¿Se
han detenido a pensar porque uno de los conceptos más recurrentes hoy en día es
IoT, o Internet de las Cosas? Y es que esta tecnología que viene
tomando fuerza desde hace unos años y que se traduce en un sinfín de ventajas
en todos los ámbitos, aportándole inteligencia a las cosas inanimadas y que da
vida a “espacios inteligentes” ya sea en la casa, la oficina, y sobre todo en
procesos productivos, es inevitablemente donde debemos que recurrir para hacer
frente a los nuevos desafíos que nos vemos enfrentados.
Si
bien, los datos revelados por los asesores globales del mercado tecnológico de
ABI Research, que estiman una caída del 18% en la adición de dispositivos IoT durante
este año -debido a factores combinados como la discontinuidad en la
fabricación, interrupciones de la cadena de suministro y cambios en la
disponibilidad y la demanda de productos conectados-. Statista estima que habrá
alrededor de 30 billones de dispositivos conectados en 2020, y a futuro según
estudios de la Universidad de Stanford, para el 2030 llegaremos a tener 500
billones de cosas conectadas.
Y
es que los beneficios que traen consigo la digitalización e Internet de las
Cosas son irremplazables. Claro ejemplo de esto fue el inicio de la pandemia,
donde se crearon necesidades inmediatas que se pudieron resolver gracias al IoT.
El COVID-19 ha marcado un antes y un después en cómo se venían haciendo las
cosas. Desde el inicio del brote del virus y hasta que logremos superar todas
las etapas de desconfinamiento, respetar la distancia social será todo un
desafío para las distintas industrias, las que tendrán que apoyarse en esta
tecnología para asegurar la continuidad operativa y automatización de procesos.
Un
ejemplo que sirve para ilustrar este punto es el programa “Virtual Rounding” creado
por Lenovo, que en medio de la pandemia vio una solución para la atención
médica en el dispositivo ThinkSmart View. Aparato que permite a doctores hacer
las visitas de sus pacientes hospitalizados mediante una videoconferencia
certificada y de alta calidad, atendida desde el lugar en que el médico se
encuentre. Optimizando así los tiempos de atención, el uso de insumos médicos y
evitando posibles contagios intrahospitalarios, mediante la conexión a internet
de un dispositivo compacto que permite completa movilidad.
Asimismo
y sin ir más lejos, un ejemplo a nivel local sobre esta acelerada y beneficiosa
adopción tecnológica es la adquisición de cámaras 360 por parte de Fasa, las
que se implementaron en su cadena de farmacias para facilitar las
capacitaciones y reuniones de coordinación de forma remota, conectando todas
sus sucursales de manera inmediata e interactiva, a través de aquel dispositivo
conectado a internet.
Una
vez que tomamos en cuenta este tipo de datos y los casos de éxito de la
tecnología aplicada, la pregunta del inicio se responde sola, dando paso a otra
gran interrogante ¿De qué manera aplicaremos esta tecnología, para avanzar a la
vanguardia de la conectividad que nos entrega el IoT?