
Treinta
y dos años después del histórico plebiscito que puso fin a la dictadura de
Augusto Pinochet (1973-1990), los chilenos se alistan para volver a las urnas
el próximo 25 de octubre para definir en un referéndum si cambian o no la
Constitución heredada de ese régimen.
La
elección, cuya campaña electoral arranca este miércoles, es considerada la más
importante en tres décadas de democracia, al abrir por primera vez la
posibilidad de hacer cambios profundos en el sistema político y económico de
Chile luego de las demandas que emergieron tras el estallido social del 18 de
octubre del año pasado.
"El
hecho político más relevante es sacarnos el legado de la dictadura que sigue
atando como una camisa de fuerza la posibilidad de cambios políticos y cambios
sociales en Chile", dice a la AFP Claudia Heiss, académica del Instituto
de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
Un
nueva Constitución podría abrir "una conversación que ha estado cerrada
hasta ahora", agrega esta especialista, sobre la posibilidad de adicionar
políticas públicas que hoy no se pueden siquiera discutir porque son
consideradas constitucionales, como políticas más redistributivas o que den más
participación a grupos excluidos.
Concebida
como una válvula de escape tras la crisis social que se generó a partir de las
masivas protestas callejeras de octubre de 2019, en la consulta se preguntará a
los votantes: "¿Quiere usted una nueva Constitución?". A lo cual
deberán responder "Apruebo" o "Rechazo".
También
se les pedirá que determinen qué tipo de órgano redactará la nueva Constitución
si ésta se aprueba: una Convención Mixta, conformada por constituyentes elegidos
y legisladores, o una Convención Constitucional, una especie de asamblea
constituyente compuesta únicamente por miembros elegidos.
Para
los partidarios de la opción "apruebo", agrupados en la oposición de
izquierda, una nueva carta fundamental representa un nuevo punto fundacional
sobre el cual establecer un nuevo orden social, más igualitario en Chile, uno
de los países más desiguales de la región.
En
cambio quienes optan por el "rechazo", que se congregan en los grupos
más conservadores, creen que es posible introducir cambios al modelo, sin echar
abajo una Constitución que le ha dado estabilidad a Chile.
"Hay
dos caminos y lo que yo quisiera es que cualquiera sea el camino escogido, nos
conduzca a una Constitución que reconozca y proteja en forma eficaz derechos
fundamentales de los chilenos, como el derecho a la vida, a la libertad, a la
igualdad de oportunidades", dijo el presidente Sebastián Piñera, en una
entrevista el domingo con el diario La Tercera.
Elección
en pandemia
Como
en el resto de las cosas, la pandemia se interpuso en los planes electorales
chilenos. Programado inicialmente para el 26 de abril, el plebiscito ya fue
pospuesto una vez debido al avance del coronavirus.
Con
una situación sanitaria estabilizada desde hace varias semanas, lo que ha
permitido el desconfinamiento de varias zonas del país y la apertura gradual de
la economía, el fantasma de una nueva postergación ronda en el ambiente en caso
de que se produzca un rebrote.
"A
diferencia de lo que sucedió en marzo, hoy en día tenemos mucho más experiencia
ganada referente al manejo de la pandemia y tenemos también experiencia
internacional acumulada", dice a la AFP el secretario general del Colegio
Médico, José Miguel Bernucci.
El
presidente y el Congreso tienen la facultad de suspender el plebiscito hasta un
día antes de su realización en caso de que las condiciones sanitarias no sean
las adecuadas pero "los rebrotes no llegan por mala suerte o castigo
divino sino que por cosas que no se hicieron antes" en materia de
prevención, agrega Bernucci.
La
campaña electoral que se inicia el miércoles lo hará en su mayoría enfocada en
redes sociales y anuncios en radios. No está definido aún si votarán o la forma
en que lo harán quienes estén contagiados de coronavirus.
"Todos
estamos trabajando por tener un plebiscito seguro", afirmó el presidente
del Consejo directivo del Servicio Electoral, Patricio Santamaría.
Un
sondeo publicado el lunes por la encuestadora Cadem mostró que siete de cada 10
chilenos están "totalmente decididos" a participar del plebiscito,
mientras que otra encuesta elaborada por Ipsos y Espacio Público mostró que
pese a que la mitad de la población teme a contagiarse, un 87% asegura que
votará.
Más
de 14,6 millones de chilenos están habilitados a votar en este plebiscito, que
se hizo posible tras un histórico acuerdo político alcanzado la madrugada del
15 de noviembre al final de una de las jornadas más violentas de la revuelta
social.
Fuente:
AFP