Henri
Falcón obtuvo 1.820.552 y desde antes de conocerse los resultados, afirmó
que los desconocería.
En
tercer lugar, Javier Bertucci logró 925.042 votos y Reinaldo Quijada, 34.614.
Durante
su discurso de se comprometió a buscar un diálogo con sus opositores. También
habló de “activar” motores de la economía para lograr inclusión, igualdad y
avance social a través de un modelo de desarrollo económico.
Afirmó
que a la fecha se siente un “presidente más experimentado y un humano más
preparado”.
Antes
de conocerse las elecciones, el candidato Henri Falcón declaró que desconocía
las elecciones
Maduro
se aferra al poder
Muchos
vaticinaban que caería de un momento a otro. Durante su
gobierno, Venezuela vivió una de las peores crisis de su historia.
Pero Nicolás Maduro, reelegido este domingo, se aferra obstinadamente al
poder sin importarle que le llamen "dictador".
Este
exchofer de bus de 55 años, corpulento y de tupido bigote negro, gobernará
por otros seis años a partir de enero de 2019 tras imponerse con 67,7% de los
votos, frente a 21,2% de su principal rival, Henri Falcón, quien desconoció los
resultados.
"Volvimos
a ganar (...), somos la fuerza de la historia convertida en victoria popular
permanente", dijo al proclamar su triunfo en unos cuestionados comicios
adelantados por el oficialismo, cuyos resultados desconocen Estados Unidos, la
Unión Europea y varios países latinoamericanos.
"Su
autoridad nace heredada por Hugo Chávez (1999-2013). Pero ahora tenemos un
Maduro que se sabe fuerte y es más agresivo", dijo a AFP Félix Seijas,
director de la encuestadora Delphos.
Bajo
su presidencia, Venezuela sufrió oleadas de protestas que dejaron
unos 200 muertos, la debacle socioeconómica y el aislamiento internacional.
"Hace
cinco años yo era un novato. Hoy soy un Maduro de pie, experimentado con la
batalla, que ha enfrentado a la oligarquía y el imperialismo. Aquí estoy: más
fuerte que nunca", se describió durante la campaña.
Sus
opositores, Estados Unidos y otros gobiernos lo acusan de empujar al país al
abismo con medidas económicas disparatadas, de someter al hambre a la gente y
de ser un "dictador" sostenido por los militares.
"Me
resbala que digan que soy un dictador", expresó este domingo.
Se
dice un "presidente democrático" y "víctima" de Estados
Unidos y la "guerra económica de la derecha", a la que culpa de la
hiperinflación y falta de alimentos.
Pese
a su impopularidad de 75% según sondeos, venció a Falcón, quien enfrentó a la
maquinaria oficial y los llamados a la abstención de los mayores partidos
opositores que consideraron la elección una "farsa".
Metamorfosis
Ungido
por Chávez para liderar la "revolución bolivariana", Maduro ganó la
presidencia por muy poco, en abril de 2013, frente al opositor Henrique
Capriles, inhabilitado políticamente en 2017.
Dos
años después, sufrió un duro golpe cuando la oposición arrasó en las
parlamentarias. Pero revirtió la derrota y desde agosto de 2017 cuenta con una
Asamblea Constituyente de poder absoluto.
Chávez,
a quien conoció en 1993, lo consideraba un verdadero
"revolucionario". Pero adversarios y excamaradas lo acusan de
enriquecer a empresarios amigos y a la cúpula militar. "Será madurista,
pero no chavista", comentó a la AFP Ana Elisa Osorio, exministra chavista.
"Fue
subestimado por los opositores y por muchos chavistas. Pero ha sabido aprovechar
los errores de unos y otros, anulando a adversarios dentro y fuera del
chavismo", dijo a AFP Andrés Cañizalez, investigador en comunicación
política.
Uno
de ellos -anotó- es Rafael Ramírez, expresidente de la petrolera PDVSA muy
cercano a Chávez y potencial aspirante presidencial, quien fue sacado de la
embajada en la ONU acusado de corrupción.
"Maduro
ha tenido una metamorfosis y estas elecciones culminan ese proceso: podríamos
estar pasando del chavismo al 'madurismo'. Sin duda está apuntando a consolidar
un espacio de poder autónomo", agregó Cañizalez.
Atribuyéndole
astucia, Seijas cree que ha sido "un gran equilibrista que ha logrado
mantener una distribución de las cuotas de poder" en el chavismo.
"¡Vamos
Nico!"
Sin
el carisma de Chávez, Maduro intentó imitarlo con largas apariciones cotidianas
en televisión, verbo populachero y retórica antiimperialista. Pero fue
construyendo su propia imagen.
Se
dice un "obrero", conduce su camioneta, se burla de su mal
inglés y de quienes lo llaman "Ma'burro" por sus frecuentes gazapos,
baila salsa, bolero y reguetón, y es muy activo en las redes sociales.
Su
discurso moderado y capacidad negociadora como sindicalista, canciller y
vicepresidente de Chávez, mutó a agitadas arengas contra sus adversarios, a
quienes remeda e insulta con desparpajo.
Se
declara católico, es apasionado del béisbol y de adolescente fue guitarrista de
una banda de rock. Sus opositores aseguran que nació en Colombia, pero él
remarca que es caraqueño.
Está
casado con la exprocuradora Cilia Flores, a la que llama "primera
combatiente" y con quien baila en los mítines. Es padre de "Nicolasito",
miembro de la Asamblea Constituyente de 27 años, fruto de un matrimonio
anterior.
Recibió
formación comunista en Cuba en los años 1980 y con frecuencia viaja a la
isla.
Buscando
refrescar su imagen, el coro de "Vamos Nico" se impuso en su campaña,
mientras bajaron las referencias a su mentor.
En
2013, la canción de campaña decía: "Chávez para siempre, Maduro
presidente. Chávez te lo juro, mi voto es por Maduro".
Hoy,
dice el estribillo de un pegagoso reguetón: "Todos con Maduro,
lealtad y futuro. El pueblo manda con Maduro".
Fuente:
AFP