El proyecto cuenta con la colaboración del Servicio de Salud
del Maule y de la U. Austral, y es financiado por el Gobierno Regional de la
VII Región.
Frente a un computador, notebook o tablet más de 2.000 adolescentes responderán un cuestionario con preguntas que apuntan a detectar síntomas depresivos, ansiosos, de conducta alimentaria, alteraciones del sueño, ideación suicida, experiencias psicóticas, estrés postraumático, bullying, entre otros. Esto permitirá identificar a jóvenes que presentan algunos de estos indicadores y que requieren una evaluación más precisa, ya sea para descartar que evolucionen a algún trastorno de salud mental, o para proveer un tratamiento oportuno si así se estima necesario.
Sus respuestas serán procesadas en un software, creado a través de un proyecto encabezado por la Universidad de Talca, que generará información valiosa sobre los adolescentes de 13 a 18 años, específicamente con respecto a quienes requieran una intervención especializada para evitar enfermedades de salud mental y conductas riesgosas para ellos.
“Existe mucha evidencia que muestra que los problemas de salud mental pueden ser abordados con éxito si son detectados a tiempo. La prevención es una alternativa posible para una gran cantidad de enfermedades mentales, y en ese sentido educar a la población para identificar indicadores iniciales que puedan evitar la aparición de trastornos genera beneficios para la persona afectada, para su familia, para la política pública y también tiene un efecto económico positivo porque se pueden evitar altos costos en tratamientos”, explicó el académico de la Universidad de Talca, Daniel Núñez, quien encabeza esta iniciativa.
En principio, el software será utilizado en establecimientos educacionales y servicios de salud de siete comunas de la Región del Maule (Talca, Curicó, Linares, Molina, Pelarco, Cauquenes y Constitución) y se espera que luego pueda servir para que pueda ser usado a nivel nacional tanto en el sector público como privado. Además, de aplicar el cuestionario a más de 2 mil escolares, se proyecta capacitar a unos 40 profesionales que trabajan con adolescentes para que sean capaces de identificar indicadores de riesgo y abordar el problema de manera adecuada tanto al interior de los colegios como con los padres y apoderados.
El académico destacó que “este software no es mágico y no va a prevenir automáticamente que los adolescentes tengan depresión o intenten atentar contra su vida. Pero sí es una herramienta valiosa para proveer información muy rápidamente para que los profesionales puedan acelerar la detección e intervención oportuna”.