Imagen de la Virgen del Carmen apareció suspendida en el aire, a la vista
de todos los fieles que llegaron hasta explanada del poblado.
Un simbólico inicio tuvo la misa de
vísperas de la fiesta de la Virgen del Carmen en La Tirana, debido a que la
imagen de la Patrona de Chile no estaba a un costado, en el altar, como es la
costumbre, sino que su posición este año fue arriba, sobre el mismo, con el fin
que ella presidiera la ceremonia y que pudiera ser vista por todos los que
estaban en la explanada del templo.
Pero esa no fue la única sorpresa para
este año. Para iniciar la ceremonia, una cruz monumental entró desde el centro
de la plaza hasta el lugar donde se iba a realizar la liturgia, como signo de
la primacía de Jesucristo, quien siempre estuvo acompañado por su madre, la
Virgen María.
El símbolo fue algo grande para la
organización, debido a que representa (a
cada costado), las letras Alfa y Omega, la primera y última del alfabeto griego,
como representación de que Jesucristo es el principio y el fin de todas las
cosas y la proclamación de la cruz marca al señor como signo de vida y de
nuestra fe.
Tras esto, comenzó la celebración
eucarística, donde el acento estuvo en Jesús como el modelo a seguir, pero que
siempre estuvo ligado a la mujer más importante en su vida, quien le ayudó a sopesar todos los problemas que tuvo y
quien le enseñó en la primera infancia, lo que era el mundo.
A la medianoche, los fuegos artificiales
comenzaron a brotar desde el cielo, para anunciar que el 16 de julio, día de la
Virgen del Carmen, donde la multitudinaria concurrencia salió a saludar a la
“Chinita”, por su aniversario y por el cierre de los 15 años del lema “Chinita
del Carmen, mujer valiente de nuestra fe, ruega por todos nosotros en el camino
y encuentro con el Maestro y Señor”.