Pero corre peligros, alertó un académico doctor en
Derecho.
"El proceso constituyente en Chile es un
triunfo de la ciudadanía y, por tanto, corre siempre peligros", aseveró a
ANSA el doctor en derecho de la Universidad de Chile, Claudio Nash.
El
especialista en materias de derechos humanos fue el principal expositor en la
conmemoración del Día de la Prensa que organizó el Círculo de Periodistas de
Santiago en el Teatro Camilo Henríquez, ante quienes abordó "La libertad
de expresión en el proceso constituyente".
"Hay
un peligro cierto -precisó- de que aquellos sectores que no quieren que exista
plebiscito logren de alguna forma imponer sus ideas por medio de la fuerza y
termine evitándose el Plebiscito del día 26 de abril (aprueba o rechaza un
nueva Constitución), y ese es un riesgo que no podemos descartar".
Añadió
que "la única forma de lidiar con ello es a través de la participación y
que la ciudadanía se apropie del Plebiscito y luego del proceso
constituyente", entendiendo que "como todo triunfo va a haber que
defenderlo de aquellos que no quieren que se materialice este cambio histórico
para Chile".
Nash
aseguró que "en momentos de crisis la prensa cumple un rol central",
pero sostuvo que en el momento actual la apreciación que tiene es mixta.
Mencionó
a las radios y medios digitales como actores centrales, en cambio la prensa
escrita y la televisión "están claramente al debe" por cuanto
"rápidamente se han ido cuadrando en torno a un discurso oficial que no da
cuenta de lo que verdaderamente está sucediendo en Chile, y eso es muy
peligroso para la democracia".
Ante
la falta de liderazgos en el movimiento que protagonizó el estallido social del
18-O que ha sacado a más de un millón de personas a las calles, el académico
reconoció que tiene particularidades "muy interesantes y estoy seguro que
el proceso va a ser materia de estudio por muchos años en todo el mundo".
Consintió
que una de las peculiaridades es que "es un proceso genuinamente
espontáneo y autoconvocado de la ciudadanía, aquí no hay nadie que pueda
arrogarse el liderazgo del proceso y eso lo hace también muy complejo".
Explicó
que al no haber actores claramente definidos, "se hacen muy difíciles los
procesos de negociación, sobre todo para el gobierno y el Parlamento.
Por
lo tanto, lo que va a haber que acostumbrarse en Chile es a lidiar con procesos
de esta naturaleza, mucho más horizontales donde vamos a tener que generar
espacios de participación directa que hoy día no tenemos".
Esta
realidad también es válida para los movimientos sociales, añadió, que ya no
pueden entenderse en la lógica tradicional, con partidos políticos
dirigiéndolos.
"Los
movimientos sociales hoy día también tienen este carácter de horizontalidad, de
autoconvocación, son procesos sociales mucho más porosos de lo que
tradicionalmente estábamos acostumbrados a ver", afirmó.
Y
esto último, prosiguió, tiene que ver con que en Chile en los últimos 30 años,
con la post dictadura, fue desmantelado el movimiento social tradicional
-sindicatos, colegios profesionales, centros de estudiantes- y eso no implicó
desorganización sino formas distintas de organización y hoy día quienes
desarticularon ese movimiento no tienen con quién dialogar y con quien lidiar.
"Están
pagando su propia obra", dijo, en una implícita alusión a los gobiernos de
centro izquierda que gobernaron a partir de 1990.
Consultado
por las estimaciones de un marzo muy fuerte en movilizaciones, en especial el 8
de Marzo, Día Internacional de la Mujer, Nash respondió que "sin duda, un
escenario de violencia a partir de marzo hasta el Plebiscito ayudaría mucho a
aquellos sectores que no quieren que haya Plebiscito".
Por
esto, concluyó, "lo que tenemos como desafío en Chile es un marzo donde se
mantenga la movilización social -porque esta tiene que mantener- pero que sea
pacífica y no darle espacio a la represión que de todas maneras va a intentar
provocar y generar situaciones de violencia que nadie quiere".
Fuente:
ANSA