En conjunto a un centro de investigación norteamericano,
expertos nacionales desarrollaron vacunas personalizadas que permiten programar
el sistema inmunitario para eliminar células cancerosas del organismo. Esta
biotecnología ha sido reconocida con un
premio Nobel y actualmente está disponible
en más de 37 países.
Según cifras de la Organización Mundial
de la Salud (OMS) el cáncer fluctúa entre primera a segunda causa de muerte en
distintas regiones del mundo, sin embargo la tasa de supervivencia a esta
enfermedad se ha duplicado en los últimos cuarenta años. En Latinoamérica,
durante 2018 se registraron 18,1 millones de nuevos casos de cáncer y 9,6
millones de personas murieron a causa de la enfermedad. Los cánceres de pulmón, hígado,
estomago, colón y de mama son los que anualmente tienen más víctimas. En Chile, el cáncer es la segunda causa de muerte, tras las enfermedades cardiovasculares, pero
se posiciona como el principal motivo en cinco regiones y la proyección
Ministerio de Salud es que en 2022, será la primera causa a nivel nacional.
Para los
expertos, este escenario genera urgente necesidad de diagnosticar a tiempo con
objeto de ofrecer tratamientos oportunos y adecuados a cada caso, además de
desarrollar nuevas alternativas terapéuticas en busca de mayor
efectividad. Por largos años
los métodos más comunes de tratamiento contra esta enfermedad han sido la
cirugía, quimio y radioterapia. Sin embargo, en el último tiempo han surgido
nuevos tratamientos para combatir las enfermedades oncológicas, como es el caso
de la inmunoterapia. Este tipo de tratamiento estimula las defensas naturales
del organismo con el fin de combatir la enfermedad, utilizando sustancias
producidas por el cuerpo o desarrolladas en laboratorio para mejorar o
restaurar la función del sistema inmunitario. De este modo, la inmunoterapia puede
detener o retrasar el crecimiento de células cancerosas; impedir que estas se
ramifiquen a otras partes del cuerpo y; ayudar al sistema inmunitario para que evite
la recaída y la Enfermedad Mínima Residual (EMR).
Desde ONCOCIT-USA, consorcio norteamericano
de Ciudad Médica de Lake Nona, especializado en investigación y desarrollo de
protocolos biotecnológicos para cáncer, han generado diversas alianzas
internacionales para facilitar la inmunoterapia adoptiva a domicilio en los
principales países de Iberoamérica y para ello, realizaron una alianza con
médicos chilenos, especialistas en biotecnología molecular, del Centro Clínico Recell
(con casa matriz en Concepción y centros franquiciados en Costa Rica, Panamá y
España). De esta forma es que crearon un modelo único de gestión clínica
ambulatoria internacional para pacientes con cáncer, lo que ha permitido
atenderlos con protocolos personalizados y alto nivel de eficacia.
Este tipo de
inmunoterapia consiste en una terapia biológica que se hace a partir de células
y moléculas. Para desarrollarla se elabora un reintegro desde la sangre y tumor
del propio paciente (desde una biopsia o muestra de una cirugía) por lo que es una
especie de vacuna 100% personalizada. “El principal efecto que tiene es quitar
la venda que produce el cáncer a los glóbulos blancos y así despertar la
inmunidad del paciente. Lo cual es esencial pues no hay mejor escenario que
tratar el cáncer en un paciente con buen estado inmunológico. Si esto no
ocurre, muchos esfuerzos desde la cirugía, radio y quimioterapia, quedarán
cortos porque el paciente tiene un terreno inadecuado, pro-cáncer”, señala Dr.
Ramón Gutiérrez, médico patólogo, máster en Oncología Molecular y Clínica, CEO
para Latinoamérica de Oncocit-USA.
Este tipo de tratamiento representa un
gran beneficio para los pacientes de cáncer en dos segmentos muy específicos,
aquellos que buscan tratamiento para evitar recaídas por la enfermedad mínima
residual que posee cada paciente y que muy pocas veces es abordada, y un
importante segundo grupo para pacientes que no tuvieron resultados
satisfactorios con cirugía, quimio y/o radioterapia. De este modo, la inmunoterapia
es una nueva opción en su propósito de aumentar su sobrevida general o mejorar
su calidad de vida reduciendo complicaciones y reacciones adversas a otros
tratamientos, a partir de remisiones parciales o un estado de “enfermedad
controlada”.
El hecho de que ONCOCYT-USA y su alianza
con ReCell, permita que pacientes de países latinoamericanos puedan recibir un
programa de inmunoterapia adoptiva avanzado y de última línea, personalizado y
a un costo hasta 80% menor que lo que se requería hace algunos años, representa un avance incuestionable y
significativo, dejando a un lado antiguos conceptos de que la inmunoterapia es
“solo de investigación”, “de resultados desconocidos” o que “aún no está
disponible para pacientes”; cada vez más pacientes inician su recuperación de
la mano de inmunoterapia personalizada para su cáncer.