Investigación
arrojó que la atención primaria de salud iquiqueña fue clave para dar respuesta
a la demanda tras la emergencia.
Para muchos
quizás el término es algo desconocido. La Real Academia Española de la Lengua
define Resiliencia como la “Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un
agente perturbador o un estado o situación adversos”.
Y este concepto,
Resiliencia, fue el resaltado en el estudio “Modelación de la Red de Salud de
Iquique” realizado por el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del
Riesgo de Desastres Naturales (CIGIDEN) en el que profesionales de la
Pontificia Universidad Católica de Chile destacaron la capacidad de los Centros
de Salud Familiar de Iquique de adaptarse a la contingencia propia de un
terremoto, como los que azotaron a nuestra ciudad, el 1 y 2 de abril de 2014.
“Consideramos
los cuatro Cesfam más el Hospital Regional y nos enfocamos en la comparación de
la afluencia de población y de atenciones médicas post-terremoto. Y lo que
vimos, efectivamente, fue que en el peak inicial y a los 2 y 3 días después del
sismo, la gente acudió más a los centros de salud familiar que al Hospital, por
lo que concluimos que la Atención Primaria de Salud en Iquique pudo dar soporte
a esta respuesta, que no necesariamente son de atención médica, sino también
pueden ser de búsqueda de información, de servicios básicos y de contención”,
explicó Andrea Vásquez, geógrafa e investigadora de la Línea de Gestión de
Desastres y Respuesta a la Emergencia del CIGIDEN.
Características
de la APS en Iquique
La Atención
Primaria de Salud o APS, en Iquique, en caso de una emergencia de la magnitud
de los terremotos de 2014, se plantea como objetivos establecer una
organización interna que permita coordinar acciones tendientes a preservar la
integridad de los recursos humanos y materiales en las instalaciones de los
cuatro centros de Salud Familiar, el centro comunitario de Salud Familiar Cerro
Esmeralda y las postas rurales de Chanavayita y caleta San Marcos. A su vez
cuida la salud de la comunidad, a través de una gestión estratégica
planificada, de acuerdo a los recursos físicos y posibilidades con las cuente la
organización post catástrofe.
Debido al
comportamiento inusual de los movimientos telúricos por esos días, los que se
iniciaron a mediados de Marzo de 2014, la administración del ex alcalde Jorge
Soria Quiroga activó de inmediato el Comité Operativo de Emergencia de Salud y
se establecieron las medidas e instrucciones para enfrentar una posible
catástrofe en forma inmediata.
Por ejemplo, se
implementó un contenedor de emergencia en el CESFAM Cirujano Aguirre, en zona
de seguridad, el cual contiene equipamiento para enfrentar emergencias, tales
como: Alimentos, agua potable, carpas, toldos, linternas, luces de emergencia,
sacos de dormir, megáfonos, cocinas de campaña, gas, banderas de localización,
señaléticas, material de escritorio, base de radiocomunicaciones comunal, radio
portátil, antena repetidora, medicamentos e insumos de emergencia.
“El caso de
Iquique y la información que nos entregó se ha incorporado, por ejemplo, a la
Nueva Estrategia de Resiliencia Frente a Desastres que le presentamos a la
Presidenta Bachelet en diciembre pasado. Pero llevar esto a una normativa, toma
su tiempo”, dijo Juan Carlos De la Llera, décano de la Facultad de Ingeniería
de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Así también,
bajo la administración del ex alcalde Jorge Soria Quiroga, se determinó que los
cuatro centros de salud familiar con que cuenta Iquique estén ubicados
estratégicamente y sean pensados para tener la capacidad de atender a los
iquiqueños durante una catástrofe.
“Desde la
composición territorial de la APS, la distribución de estos cesfam dentro del
casco urbano de la ciudad nos señala que, en promedio, están a menos de un kilómetro
de las viviendas de los usuarios, lo que es un excelente indicador de
accesibilidad y de fácil interacción entre el usuario y el recinto
asistencial”, añadió Vásquez.
El estudio
“Modelación de la Red de Salud de Iquique” tuvo una duración de tres años,
contempló metodología mixta, es decir, cuantitativa y cualitativa e implicó que
los investigadores viajaran seis veces desde Santiago a Iquique.
Dentro de los
objetivos que se planteó el estudio están el predecir el desempeño de la red de
servicios de urgencia en caso de terremotos, proveer herramientas cuantitativas
para que los tomadores de decisiones puedan escoger las medidas de protección
óptimas y cuantificar el riesgo para compararlo con umbrales aceptables.
Finalmente,
Andrea Vásquez, quien también es Magister en Desarrollo Urbano de la Pontificia
Universidad Católica de Chile, destacó que los resultados de este estudio ya
fueron presentados hace un tiempo en la 16ava Conferencia Mundial de Ingeniería
Sísmica, realizada en Santiago de Chile, y que reunió a más de 3 mil ingenieros
de todo el planeta.
En tanto, Juan
Carlos De La Llera, quien es Master of Science y Doctor of Philosophy de la
Universidad de California (Berkeley, Estados Unidos), si bien, destacó en
general el comportamiento de los iquiqueños ante la ocurrencia de un terremoto fue
claro en decir que, en esta materia, todavía queda mucho por avanzar.