Según datos del Centro Sismológico
de la Universidad De Chile, durante el año 2017 se
registaron 8.094 sismos en nuestro país. A esto se suma otro tipo de
catástrofes como incendios, los que en 2017 llegaron a 1.028 durante el 2 de
enero y el 10 de febrero, afectando 520 mil hectáreas. Los aluviones y
deslizamientos de tierra también aparecen como una amenaza constante, no solo
para la población, sino que también para las empresas -sobre todo las que
trabajan con sustancias y residuos
tóxicos y peligrosos para la salud y el medio ambiente- que pueden verse
afectadas por este tipo de catástrofes.
Es aquí donde surge la
preocupación por el correcto almacenamiento de este tipo de elementos. Para
Pablo A. Gómez Pacheco, Comandante Cuerpo de Bomberos de San Bernardo, “la importancia de almacenar y manejar correctamente las sustancias
peligrosas en las empresas tiene factores preventivos y de respuesta a
emergencias muy valiosos. Preventivos, si se manejan bodegas ordenadas, con
cantidades de productos definidas e identificadas, con buenos controles de
ingeniería asociados a contención y confinamiento de derrames, pretiles que
permitan contener los posibles derrames, o sea, todo lo anterior genera que el
riesgo al interior de esa bodega esté bastante más controlado”. Según el
comandante, la respuesta a emergencias y el reconocimiento de ellas, es la
primera tarea que desarrolla el primer respondedor basado en el entrenamiento
que reciben en el curso Primap (Primera Respuesta a Incidentes con Materiales
Peligrosas) para actuar y que las consecuencias del avance de un incendio o
derrame sean menos catastróficas.
El desarrollo de un
conjunto de productos, servicios y competencias en caso de fenómenos difíciles
de predecir es lo que actualmente hace Arrigoni
Gestión Ambiental. Sus bodegas modulares
de estructura más sólida, resistentes al fuego, con techo, ventilación, válvula
de despiche, entre otras características, sumado a los pallets antiderrames y
jaulas de gases otorga seguridad a las empresas. “El diseño de nuestros
productos es inteligente, lo que les permite adaptarse a cualquier terreno y
clima. Todos los productos están estandarizados y diseñados conforme a la
legislación vigente, pero son totalmente ajustables en cuanto a sus
dimensiones, capacidad y sistemas de cierre”, destaca Gianfranco Arrigoni,
Gerente General de AGA.
Pero no solo manejar y
almacenar sustancias y residuos peligrosos es importante, también capacitarlas.
De allí que Arrigoni Gestión Ambiental desarrollara servicios de capacitaciones
y software de administración para la gestión y almacenaje de éstos, con el
objetivo que las empresas puedan dar cumplimiento a la normativa actual, que
indica que todo el personal asociado al trabajo con sustancias y residuos
peligrosos debe ser capacitado al menos una vez al año, por personal
debidamente calificado.
“Una de las principales causas de la accidentabilidad en el
país está relacionada con el mal manejo de sustancias peligrosas, donde las
consecuencias pueden ser muy graves (Por ejemplo: quemaduras, intoxicaciones,
envenenamiento, asfixia, entre otras). Por esta razón es muy importante que las
empresas se preocupen de la seguridad de sus trabajadores en el manejo seguro
de éstas, su almacenamiento y en la capacitación del uso, manipulación de cada
sustancia con la que se vea enfrentado en el día a día de su jornada laboral.
Actualmente, la normativa (DS 43, DS 40) exige a las empresas capacitarlos,
éstas deben ser responsables en la efectividad de dicha capacitación. Es por lo
que se encuentra en modificación DS 43 y el cambio relacionado con esto es que
se requerirá como mínimo 5 horas de capacitación de acuerdo con la cantidad de
sustancias almacenadas”, indica Pamela Navarrete Pinilla, Ingeniero en
Prevención de Riesgos.
En septiembre de 2016 se
modificó la normativa que rige las condiciones básicas de seguridad en el
almacenamiento de sustancias y residuos peligrosos. Frente a este escenario,
hoy en Chile, se requieren productos, servicios y competencias que ayuden a las
empresas a producir con un mayor nivel de eficiencia y seguridad, que a su vez
evite multas y sanciones cursadas por la Superintendencia del Medio Ambiente.